Cuando la mujer es el hombre
La autora espa?ola Ana Caro de Mall¨¦n y el alem¨¢n oriental Manfred Karge cuentan, con tres siglos de diferencia, la historia de una dama y la de la esposa de un obrero que se vieron obligadas a vestirse y comportarse como hombres de cuerpo entero para salir adelante
Las mujeres ten¨ªan prohibido actuar en la Inglaterra isabelina, pero en la Espa?a de los Austrias pod¨ªan abrirse paso como actrices, empresarias y escritoras teatrales. Ana Caro de Mall¨¦n, autora de Valor, agravio y mujer, briosa comedia de capa y espada estrenada anoche por la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, fue una de las primeras protoperiodistas de Europa adem¨¢s de una comedi¨®grafa prestigiada. Leonor, la protagonista de su obra, no solo se disfraza de hombre para irse a Bruselas en busca de don Juan, su voluble amante, sino que se convierte en un consumado espadach¨ªn para darle muerte. Cuando se viste de var¨®n, no lo hay m¨¢s gallardo.
La autora cordobesa versifica divinamente, crea personajes con grosor psicol¨®gico y tiene un acusado sentido del humor ir¨®nico, tanto es as¨ª que le hace decir al gracioso Ribete que los poetas en el Madrid de Felipe IV son tan innumerables ¡°que a¨²n quieren poetizar/ las mujeres, y se atreven/ a escribir comedias¡±. En su d¨ªa, al p¨²blico no debi¨® de sorprenderle el g¨¦nero de la autora, pues hab¨ªa un ramillete de ellas, pero s¨ª debi¨® de encantarle ver c¨®mo la arrojada actriz protagonista se bat¨ªa a espada con dos hombres y sal¨ªa triunfante del envite, como sali¨® anoche la brav¨ªsima Julia Piera tras sendos duelos espectaculares trenzados minuciosamente por el maestro de armas Jes¨²s Esperanza.
En su combate con Don Juan, hidalgamente interpretado por Pablo G¨®mez-Pando, Leonor es una fiera que se transmuta de repente en n¨ªnfula, como Mister Hyde se convierte en el Doctor Jeckyll en la novela de Stevenson. La direcci¨®n de Beatriz Arg¨¹ello, rica en simbolismos tales como el de las pecheras rojas que llevan los amantes gallos, tiene su culmen en la escena donde Leonardo (as¨ª se hace llamar Leonor desde que determin¨® vengarse) le ense?a a Don Juan un retrato de s¨ª misma. En este montaje, en lugar de mostrarle el retrato, Leonardo agarra un peto de acero bru?ido y lo pone delante de ambos. Al ver all¨ª reflejado el rostro de su rival, el burlador reconoce en ¨¦l la faz de la mujer que am¨®, aunque sigue sin identificarla cuando la tiene delante.
?Es veros¨ªmil la emocionante historia de esta joven aguerrida? No menos que la de Catalina de Erauso, la Monja Alf¨¦rez, escritora, soldado y aventurera donostiarra, coet¨¢nea de Caro de Mall¨¦n. Huida de un convento con quince a?os, vestida de var¨®n siempre, pele¨® contra medio mundo y dio muerte a unos cuantos. Fue hombre por necesidad. Como lo ser¨¢ tres siglos despu¨¦s Ella Gericke, cuya historia recogi¨® en 1988 Manfred Karge, director, autor y actor alem¨¢n forjado en el Berliner Ensemble de Helene Weigel, viuda de Brecht. Hombre por necesidad, estrenado anteanoche en el Teatro del Barrio, es un soliloquio soberbio dirigido por Eva Redondo en el que Gericke, interpretada por Gabriela Flores, cuenta c¨®mo, ante la muerte temprana de su esposo, tuvo que aprender a manejar el toro mec¨¢nico para hacerse pasar por ¨¦l y seguir cobrando un salario.
Ella Gericke fue hombre a todos los efectos durante los estertores de la Rep¨²blica de Weimar, en el III Reich y en la Rep¨²blica Federal, y como a tal lo explotaron siempre: su int¨¦rprete nos lo relata por menudo, sin sentimentalismos, en este espect¨¢culo conmovedor, el primero de Karge estrenado en Espa?a en castellano.
¡®Valor, agravio y mujer¡¯. Madrid. Teatro de la Comedia, hasta el 4 de junio. ¡®Hombre por necesidad¡¯. Madrid. Teatro del Barrio, hasta el 3 de mayo.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.