¡®Elizabeth Finch¡¯: el magisterio, la fe y el amor seg¨²n Julian Barnes
El autor brit¨¢nico convierte la trascendencia en humor con un artefacto literario que se escinde en una biograf¨ªa detectivesca y un ensayo sobre el mundo antiguo
Julian Barnes ha compuesto una novela en torno a la marca indeleble que le dej¨® al narrador su austera pero carism¨¢tica maestra Elizabeth Finch, pero en lugar de querer ser una suerte de tributo al t¨®pico del magister dixit, de homenaje al principio de la auctoritas y a la corte de sentimientos encontrados que lo acompa?a, entre ellos la sombra de una atadura amorosa sustentada por ¡°el eros del aprendizaje¡± del que advierte Steiner en Lecciones de los Maestros, se muestra como un divertimento en toda regla.
¡°D¨¦jenme contarles algo sobre ella¡± es como arranca uno de los cap¨ªtulos de Una historia del mundo en diez cap¨ªtulos y medio, y es lo que a los lectores les pide este burlesco narrador autoconsciente, ¨¢vido como est¨¢ de verter en su relato una experiencia que marc¨® para siempre su educaci¨®n sentimental y que bien podr¨ªa entenderse como la huella de la cultura en la arena de la vida, la impresi¨®n producida en el individuo por la magia de la paideia. Y las lecciones que recibi¨® de Finch, id est ¡°no vayan a imaginar que la historia intelectual es lineal¡±, son, desde luego, las lecciones que recibimos de un Barnes que, desgastado pero siempre admirable, juega y gana una nueva partida de hibridismo gen¨¦rico.
La biograf¨ªa de Finch que lleva a cabo Neil en la novela es fruto de la lectura esmerada de los cuadernos que le ha legado en testamento ¡ªmaravilla el modo en que se?orea el autor de El sentido de un final la gram¨¢tica de la literatura y su repertorio de clich¨¦s¡ª, dietarios en los que indagar en los motivos de su halo de misterio y advertir a la vez su obsesi¨®n por la figura del emperador Juliano el Ap¨®stata, compartida por Byron y Montaigne, Gore Vidal o Michel Butor, cuyas alusiones a Juliano en La modificaci¨®n consigna Neil cumplidamente, manejados todos ellos por el narrador en el estudio que, siguiendo la inspiraci¨®n de su mentora, decide llevar a cabo sobre el ¨²ltimo emperador pagano y sobre las conjeturas que propicia su historia acerca de la fe, del devenir de Occidente de no haberse apadrinado el monote¨ªsmo cristiano ¡ª¡±Quiz¨¢s no hubiese hecho falta un Renacimiento¡±¡ª y de la biblia en verso.
El libro es un ejercicio de esos que Barnes construye como nadie con narradores sofisticados, metaliteratura, experimentos con la verdad y una iron¨ªa marca de la casa
As¨ª es como se escinde la novela en biograf¨ªa detectivesca y en ensayo erudito, deviniendo entonces farsesca. De una parte, la debilidad del autor por el ejercicio de la biograf¨ªa que repudian en el texto Cavafis y Updike, aqu¨ª la de Finch, que mucho tiene en com¨²n con la que sostiene esa novela prodigiosa e ir¨®nicamente sabionda que es El loro de Flaubert, y con La verdadera vida de Sebastian Knight de Nabokov en el denuedo del bi¨®grafo y en la denuncia de la falacia de la certidumbre; de otra, el ensayo sobre el mundo antiguo que le permite a Barnes emular el Salamb¨® de su idolatrado Flaubert y dar rienda suelta a sus veleidades especulativas regal¨¢ndose, como Boecio, la consolaci¨®n de la filosof¨ªa. Pero pierda cuidado el lector porque, lejos del intimismo de la memoria evocadora o del discurso formal que cabr¨ªa esperar de un ensayo, el autor se siente a sus anchas desplegando ese estilo impostado que una vez m¨¢s convierte en humor la trascendencia.
En fin, tambi¨¦n Elizabeth Finch es un artificio de ficci¨®n de esos que Barnes construye como nadie con narradores sofisticados, metaliteratura, amor, etc¨¦tera, experimentos con la verdad y una iron¨ªa marca de la casa (¡°esto no es, a fin de cuentas, una novela del diecinueve¡±, ¡°aquella alumna que me dijo que no le gustaba Madame Bovary ¡®porque Emma era mala madre¡¯. Virgen santa¡±). Ocurre que no es ¨¦ste, sin embargo, uno de sus artificios m¨¢s aventajados, y tal vez por eso emplea la sorna sin comedimiento y concluye que ¡°cualquier carcajada ir¨®nica que oig¨¢is ser¨¢ m¨ªa¡±.
Elizabeth Finch
Autor: Julian Barnes.
Traducci¨®n: Inga Pellisa.
Editorial: Anagrama, 2023.
Formato: tapa blanda (200 p¨¢ginas, 18,90 euros) y e-book (10,99 euros).
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