¡®Ciudad Victoria¡¯, el imperio de fantas¨ªa y cardamomo de Salman Rushdie
?pica, jocosa, extravagante y desatada. As¨ª es la nueva novela del autor angloindio, que sigue fiel al realismo m¨¢gico que singulariz¨® su obra entre los maestros de la literatura poscolonial
Como Ishiguro en El gigante enterrado, Rushdie se sirve en Ciudad Victoria de la ficci¨®n especulativa para iluminar la oscura ralea de nuestro mundo contempor¨¢neo. Y como Calvino en Las ciudades invisibles, el autor de Los versos sat¨¢nicos ha querido inventarse una ciudad m¨ªtica de la India tardomedieval que tambi¨¦n bautiza con nombre de mujer y de cuya cr¨®nica febril a lo largo de los siglos se sirve para denunciar el fracaso y el infortunio al que se ver¨¢n abocados sin remedio quienes pretendan perpetuar la prosperidad. Se recrea un mundo legendario en el que denunciar el veneno con el que la pol¨ªtica pervierte la sociedad, y en el que reunir las pruebas que permiten constatar la imposibilidad de la bienaventuranza y que favorecen la refutaci¨®n de la falacia del bienestar.
Ciudad Victoria relata el brumoso origen, el auge y la ca¨ªda de un universo fantasioso cuya primigenia voluntad de feliz convivencia ¡ªnacida del empe?o de su fundadora, Pampa Kampana, mujer a la que una diosa le ha insuflado su magia¡ª va deterior¨¢ndose hasta ver cumplido su infausto destino.
De acuerdo con su consabida querencia cervantina, Rushdie traza la novela vali¨¦ndose del t¨®pico del manuscrito hallado, como la reescritura ¡°en un lenguaje m¨¢s llano¡± de una saga en s¨¢nscrito denominada Jayaparajaya, un poema narrativo ¡°tan largo como el Ramayana¡± y escondido ¡°en una cazuela de barro sellada con cera en el coraz¨®n del Recinto Real ahora en ruinas¡±.
Fiel a su querencia cervantina, el escritor afirma que su libro es un manuscrito encontrado
Su ficticio autor se convierte en instancia narrativa necesaria para el juego de la metaficci¨®n que evoca el laberinto autorial del Quijote. Tambi¨¦n es la voz que relata y elucida el juego de tronos que la novela rememora. Y es al ¡°presente autor, que no es ni un erudito ni un poeta sino un simple cuentacuentos que ofrece esta versi¨®n para el mero entretenimiento y posible instrucci¨®n del lector de hoy, ya busque la sabidur¨ªa o le diviertan los disparates¡±, al que le corresponde transmitir la epopeya del reino de Bisnaga y redactar las par¨®dicas notas en cursiva que acompa?an al texto gui?¨¢ndole un ojo a la filolog¨ªa (¡°Podemos suponer, y parece ser as¨ª en el manuscrito, que los versos [¡] de Achyuta fueron insertados despu¨¦s¡±) y lo convierten en texto sagrado que requiere una ex¨¦gesis.
A la hora de cumplir con la tarea de relatar la fundaci¨®n de Bisnaga e ir refiriendo sus propiedades, procede el autor de forma similar a Borges cuando en ¡®Tl?n, Uqbar, Orbis Tertius¡¯, de Ficciones, describe los atributos del territorio de Uqbar y establece ¡°que su literatura era de car¨¢cter fant¨¢stico y que sus epopeyas y sus leyendas no se refer¨ªan jam¨¢s a la realidad¡± porque la existencia de una realidad solo sirve para desvelar la fragilidad de los mundos posibles.
Tambi¨¦n la ciudad invisible de Rushdie ¡ªcomo Aglaura, Moriana y las urbes imaginadas por Calvino¡ª est¨¢ hecha de memorias y de deseos, de conflictos pol¨ªticos y anhelos de libertad, de ¨¦pica y de magia conforme a las hechuras de la fantas¨ªa heroica.
Bisnaga, imperio de ensue?o, prodigio y cardamomo, es encrucijada de civilizaciones y liza de linajes, y otro para¨ªso perdido, porque por obra y gracia de la condici¨®n humana est¨¢ escrito que los para¨ªsos solo puedan perderse.
El estilo es esta vez menos opulento que el de sus obras mayores, a las que no va a hacerles sombra
Ver¨¢ el lector que la cr¨®nica que de ella se lleva a cabo ¡ªembebida de humor y de un car¨¢cter burlesco bajo el que puede percibirse la ense?anza de las virtudes de la literatura (¡°las palabras son los ¨²nicos vencedores¡±) y la advertencia del desenga?o que vendr¨¢¡ª equilibra con la exuberancia de su imaginaci¨®n las flaquezas de estilo de Salman Rushdie, menos opulento esta vez que el que se despliega en sus obras mayores, a las que no parece que vaya a hacerles sombra, y es posible que este estilo empalidecido sea el ¨²nico indicio de flaqueza de nuestro escritor impenitente.
Rushdie jam¨¢s ha dudado de la solidez de su vocaci¨®n. En Joseph Anton, las jugosas memorias de sus a?os de clandestinidad, cuenta que Vonnegut le pregunt¨® si iba en serio en esto de escribir y lo previno dici¨¦ndole ¡°llegar¨¢ un d¨ªa en que no tendr¨¢s un libro que escribir y, aun as¨ª, tendr¨¢s que escribir un libro¡±: el esplendor de Ciudad Victoria desmiente que Rushdie escriba nunca por compromiso.
La exquisita prosa a la que nos tiene acostumbrados sigue ofreci¨¦ndonos frases e im¨¢genes tan sugestivas como los mangos maduros de Goa que perfuman el texto ¡°como si flotara sobre mareas de tristeza¡± cuando ¡°solo hab¨ªa dolor, el dolor que hace deseable la muerte, el bendito alivio¡±. Y baste con los monos multicolores y los hombres voladores y los p¨¢jaros parlantes para dar fe de los vestigios que quedan en su nueva novela de aquel realismo m¨¢gico que singularizaba la joya de la literatura poscolonial que es Hijos de la medianoche, novela fundacional y fundamental de la obra del m¨¢s c¨¦lebre de los autores perseguidos, m¨¢rtires todos de la certeza de que el arte despierta sin remedio el recelo del poder.
Ciudad Victoria ilustra la definici¨®n de novela que ofreci¨® Rushdie en The New Yorker all¨¢ por 1996: ¡°Esa forma h¨ªbrida, en parte investigaci¨®n social, en parte fantas¨ªa, que atraviesa los l¨ªmites del conocimiento¡±. ?pica, jocosa, extravagante y desatada, ratifica que el compromiso del autor de la magn¨ªfica Shalimar el payaso con la mejor literatura no ha perdido ni un ¨¢pice de firmeza a pesar de su atormentada vida, no permite vislumbre alguno de cansancio e impone nuevos laureles sobre la privilegiada cabeza del autor brit¨¢nico.
Ciudad Victoria
Autor: Salman Rushdie.
Traducci¨®n: Luis Murillo Fort.
Editorial: Random House, 2023.
Formato: tapa blanda (416 p¨¢ginas, 21,75 euros), e-book (10,49 euros) y audiolibro (17,09).
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