Everything But The Girl vuelve despu¨¦s de 24 a?os: ¡°Ahora todo es una ¡®playlist¡¯, no hay una historia detr¨¢s¡±
Tras dos d¨¦cadas dedicados a proyectos en solitario y sin publicar como banda, Tracey Thorn y Ben Watt vuelven a trabajar juntos y lanzan ¡®Fuse¡¯, un ¨¢lbum atemporal que tambi¨¦n se puede bailar
Una de las razones que provocaron el final de Everything But The Girl hace 24 a?os fue la dificultad que supon¨ªa compartir cama, familia y escenario al mismo tiempo. Tracey Thorn y Ben Watt son pareja desde que se conocieron en 1981 en la universidad ¡ªa finales de este 2023, sus dos integrantes cumplir¨¢n 61 a?os¡ª, casados desde 2009, padres de tres hijos. Y tambi¨¦n de un ¨¦xito mundial, ¡®Missing¡¯, que all¨¢ por 1995 lleg¨® a estar en lo m¨¢s alto de las listas gracias a la remezcla del productor y disc ?jockey ?Todd Terry. Lustros despu¨¦s, ese edit con m¨¢s de 50 millones de escuchas en Spotify y 3 millones de copias vendidas sigue siendo una de las mejores canciones de baile de los noventa. Su ¨¦xito provoc¨® el viraje sonoro del d¨²o hacia los ritmos de club, dise?ando un sonido ¨²nico y reconocible, tambi¨¦n ahora, dos d¨¦cadas despu¨¦s.
¡°?Sabes que nunca hemos conocido en persona a Todd Terry?¡±, dice Watt, mirando c¨®mplice entre risas a Thorn, sentada a su lado frente a la pantalla en una de sus primeras entrevistas tras anunciar que volv¨ªan, en su casa del norte de Londres. Everything But The Girl debut¨® en 1982 con una versi¨®n de Cole Porter, ¡®Night and Day¡¯. Dos a?os despu¨¦s, su primer disco, Eden, 12 reposadas canciones de baja fidelidad pasadas por el tamiz del jazz y la bossa nova, se colocaba entre los discos m¨¢s vendidos en el Reino Unido. Producido por un colaborador de Sade, en ese trabajo primerizo ya se intu¨ªa que esto iba del encuentro entre dos fuertes personalidades. De hecho, ambos ven¨ªan de publicar m¨²sica por separado y, en el caso de Watt, tambi¨¦n de una intensa herencia musical en casa. A esa temprana edad, ya hab¨ªa colaborado con el gran Robert Wyatt, y su padre, el m¨²sico escoc¨¦s Tommy Watt, ya le hab¨ªa explicado por qu¨¦ rechaz¨® participar en un disco de los ?Beatles, an¨¦cdota que bien merece ser le¨ªda en Romany?and?Tom: A Memoir (2014), uno de los dos libros que Watt ha publicado. A lo largo de los discos que vinieron despu¨¦s, cuatro en total, su m¨²sica fue fluctuando entre el pop y el indie ochentero con las miras puestas en The Smiths y dos constantes: pulidas melod¨ªas inspiradas en la ¨¦poca dorada del folk ingl¨¦s y un t¨ªmido inter¨¦s por los sonidos urbanos.
Fue en 1994 cuando todo se aceler¨®: publicaron Amplified Heart, Thorn colabor¨® con Massive Attack ¡ªel grupo que dio forma a la banda sonora de esa d¨¦cada¡ª, y Todd Terry desde Nueva York remezcl¨® ¡®Missing¡¯, escrita originalmente a 120 bpm, el tempo de la m¨²sica house y disco (es decir, que el grupo ya quer¨ªa que fuera f¨¢cil de remezclar). Un a?o despu¨¦s, Walking Wounded acab¨® confirmando que en el d¨²o hab¨ªan calado todas esas influencias urbanas: trip hop, downtempo, jungle, drum and bass.
Fue su mejor momento a nivel creativo y de fama. Las letras de ambos discos est¨¢n marcadas por la enfermedad de ?Watt, la granulomatosis, un tipo de vasculitis que dificulta la circulaci¨®n de la sangre. Y por el hecho de lidiar con el amor cuando este se transforma en otra cosa. Ellos fueron de los primeros m¨²sicos en la industria en hablar abiertamente de problemas mentales en sus letras. ¡°Mis problemas de salud a primeros de los noventa ten¨ªan un efecto potente en m¨ª. Era inevitable hablar de ello. Necesitaba contar esa historia desde lo personal para superarlo. Nunca pens¨¦ que estuviera abriendo el camino a otros m¨²sicos, solo estaba intentando ser sincero, ser yo mismo¡±, dice Watt.
Escuchar la discograf¨ªa completa de la banda, 13 discos, permite trazar una l¨ªnea imposible entre dos bandas brit¨¢nicas de ¨¦pocas y estilos totalmente ajenos, Fairport Convention y Four Tet, e iluminar el legado de esta incre¨ªble banda que ha sabido unir la melod¨ªa, el folk y la electr¨®nica de baile. ¡°Recuerdo escuchar los primeros discos de Massive Attack cuando Tracey empez¨® a colaborar con ellos. Los arreglos me recordaron al m¨²sico de jazz Harry Robertson, que trabaj¨® con Fairport Convention y Sandy Denny. Cuando Tracey y yo escuchamos m¨²sica, pensamos en notas, acordes, armon¨ªas, instrumentos. No hablamos de m¨²sica en cuanto a g¨¦neros o escenas; esas cosas no nos interesan¡±, confirma Watt, explicando c¨®mo un grupo como este acab¨® sonando en clubes.
Fuse, que as¨ª se titula el nuevo trabajo, tambi¨¦n se puede bailar. Y, por cierto, no pertenece a la ya cl¨¢sica etiqueta del disco de pandemia. No empezaron a hacer m¨²sica juntos de nuevo porque las circunstancias les empujaran a estar encerrados (en el caso de Watt, que sufre problemas respiratorios, la covid fue particu?larmente estresante). ¡°Los dos llev¨¢bamos varios a?os trabajando en proyectos en solitario y los dos tuvimos que pararlo todo cuando lleg¨® la pandemia. Ben estaba en el medio de una gira, la promoci¨®n de su ¨²ltimo disco, y yo estaba terminando un libro que iba a salir. Cuando todo eso pas¨® y volvimos a salir, nos preguntamos: ¡®?Tiene sentido volver a esos proyectos en los que est¨¢bamos antes?¡¯. Fue un momento de reflexi¨®n. De repente, apareci¨® la idea de hacer m¨²sica juntos, algo que no hab¨ªamos hecho en mucho tiempo. Fue como si lo hici¨¦ramos por primera vez. Tambi¨¦n me preocupaba que, si no lo hac¨ªamos ya, no volver¨ªa a suceder¡±, sostiene ella.
¡°Mi voz ha ido cambiando gradualmente en los ¨²ltimos a?os. Puedo alcanzar notas m¨¢s bajas. Me gusta. Uno puede llegar a aburrirse de su propia voz¡±Tracey Thorn
Este es un disco m¨¢s colaborativo, en el que su manera de trabajar ha cambiado ¡°para siempre¡±: antes cada uno acud¨ªa al otro con la idea cerrada, pero estas nuevas canciones se han fabricado entre dos. Destaca la voz de Tracey, una de las m¨¢s carism¨¢ticas de la m¨²sica brit¨¢nica. Suena m¨¢s profunda, m¨¢s rugosa. Las melod¨ªas del disco ahondan m¨¢s en las notas bajas. ¡°Ha sido algo totalmente natural. Mi voz ha ido cambiando gradualmente en los ¨²ltimos a?os, pero en los ¨²ltimos cinco, m¨¢s radicalmente. Puedo alcanzar notas m¨¢s bajas y es menos suave. Me gusta. Uno puede llegar a aburrirse de su propia voz. Es excitante descubrir nuevas cualidades. En este disco hemos trabajado con los efectos vocales para usar mi voz como un instrumento nuevo¡±, explica.
La canci¨®n m¨¢s impactante del ¨¢lbum es ¡®Lost¡¯, un medio tiempo que se va cargando de intensidad y donde los arreglos y efectos aparecen y desaparecen. La letra es solo una enumeraci¨®n racional de objetos y cosas que uno perder¨¢ inevitablemente a lo largo de la vida. ¡°Escrib¨ª el primer verso y me intrig¨® saber qu¨¦ p¨¦rdidas sent¨ªan los dem¨¢s. Fui a Google y tecle¨¦: ¡®Perd¨ª mi¡¡¯. Aparecieron las respuestas. Las m¨¢s habituales eran el trabajo y a la madre. Empec¨¦ a componer la m¨²sica, habl¨¦ con Tracey y seleccionamos las mejores respuestas. Cuando ella cant¨® el verso sobre perder a su madre, la canci¨®n entr¨® en otra dimensi¨®n¡±, relata Watt. A su lado, Thorn lo secunda: ¡°Hay otra parte de la letra que yo escrib¨ª por separado, que canto de fondo y casi no se escucha. Me gusta que esta canci¨®n no estuviera planeada, que fuera tan espont¨¢nea y que, de repente, tenga un significado tan profundo para m¨ª¡±.
Reconocen no haber pisado un club en muchos a?os, pero son conscientes de que la electr¨®nica ha cambiado totalmente. Mientras el jazz o el rock se han convertido en lo que el cr¨ªtico Mark Fisher defini¨® como un ¡°objeto patrimonial¡±, queda la duda de si la electr¨®nica ha alcanzado algo novedoso en los ¨²ltimos tiempos. A nivel de estructura, sugiere ?Watt, se sigue trabajando con las que ya se usaban en el jungle, el house y el tecno, aunque la calidad de detalles es mayor. Por otro lado, la banda es consciente (porque lo viven en su propia casa, con sus hijos veintea?eros) de que la manera de escuchar y producir m¨²sica es totalmente diferente.
¡°Grupos de lugares totalmente remotos entre s¨ª pueden sonar igual. Luego, todos los g¨¦neros y escenas est¨¢n en todas partes cada vez a golpe de clic. De hecho, nuestros hijos escuchan la m¨²sica de esa manera. Pueden estar con cantautores de los setenta, luego con Sufjan Stevens, Elliott Smith o con la nueva banda que acaba de salir de Hoxton. Todo es una playlist. No hay una historia detr¨¢s¡±, reflexiona Watt. ¡°Lo que yo he detectado tambi¨¦n es un movimiento creciente en los ¨²ltimos 15 a?os por replicar el pasado: la gente hace discos con t¨¦cnicas de grabaci¨®n parecidas a las de los a?os setenta y cajas de ritmos que se usaban en los primeros ochenta. Y, adem¨¢s, todos los g¨¦neros y sonidos se mezclan unos con otros. En nuestro caso, quisimos estar seguros de que el disco ten¨ªa un lugar en el ahora, que se sintiera contempor¨¢neo¡±.
¡°Cada generaci¨®n cree que el mundo se va a ir al infierno. Y la democracia siempre est¨¢ en riesgo¡±Ben Watt
Simpatizantes de la izquierda, siempre han mostrado preocupaci¨®n por el entorno. El Brexit y el ascenso de Trump impresionaron tanto a Thorn que escribi¨® un disco sobre ello, Record (2018). En este trabajo, sin embargo, hay cierto desencanto pol¨ªtico. ¡°B¨¦same mientras el mundo decae / B¨¦same mientras la m¨²sica suena¡±, canta Thorn en su primer sencillo en m¨¢s de dos d¨¦cadas, ¡®Nothing Left To Lose¡¯. ¡°Cada generaci¨®n cree que el mundo se va a ir al infierno. Eso pasa cada 10 a?os. Si no es una cosa, es otra. No somos los ¨²nicos. Y la democracia siempre est¨¢ en riesgo¡±, dice Ben, poniendo esa cara de persona que no dice todo lo que piensa, la misma que si se le pregunta si habr¨¢ gira o no con el nuevo disco. Solo ellos saben la respuesta, porque se mueven por lo que les vaya apeteciendo. Pero nadie vuelve despu¨¦s de tanto tiempo para hacer solamente un disco. Eso tambi¨¦n ser¨ªa terrible: no volver a verlos en directo.
Everything But The Girl?
Buzzin¡¯ Fly / Virgin
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