¡®El eco pintado¡¯, arte que se mira a s¨ª mismo
?scar Mart¨ªnez recurre a sus sensaciones como experimentado viajero por las pinacotecas del mundo en busca de obras que recrean espejos, reflejos o un cuadro dentro de otro
Cuando la historia se convierte en instrumento de la voluntad del escritor, o reflejo de su deseo, no es historia, sino un selfi por otros medios. Concluido el tiempo de los acontecimientos (para Walter Benjamin, memoria y olvido son parte de una historia constructiva) y con la autoficci¨®n al borde del hartazgo, cualquier tema, cuadro, escultura o arquitectura puede ser material narrativo. No hay duda de que ?scar Mart¨ªnez, autor de El eco pintado, prefiere su propia imaginaci¨®n a la de otros historiadores, por mucho que este conjunto de peque?os ensayos sobre metapintura ¡ªo los cuadros dentro de cuadros, espejos y reflejos en el arte¡ª se base en todo lo aprendido en manuales y tratados que cualquier iniciado puede encontrar a golpe de clic en las wikipedias.
Profesor en la Universidad de Valencia, Mart¨ªnez es tambi¨¦n pintor, grabador y autor del libro Umbrales (Siruela, 2021), una invitaci¨®n a abismarse en las puertas m¨¢s singulares de la cultura occidental. Con la misma f¨®rmula, un comparatismo posmoderno que irrumpe en cada cap¨ªtulo con claims publicitarios, letras de canciones de Joaqu¨ªn Sabina y Kiko Veneno, al lado de pensamientos de emperadores, f¨ªsicos y escritores como Marco Aurelio, Jorge Wagensberg o James Joyce (la que m¨¢s nos gusta es la del escritor irland¨¦s, ¡°Roma es la ¨²nica ciudad que conozco que vive de ense?ar el cad¨¢ver de su abuela¡±), el libro despliega a manos llenas las impresiones de un experimentado viajero por las pinacotecas de medio mundo, donde una pintura espec¨ªfica de Picasso, El Greco, Vermeer, Manet, Van Eyck, Norman Rockwell o Richard Estes es objeto de escrutinio, una gota m¨¢s que exprimir dentro de las hagiograf¨ªas de algunos de los m¨¢s grandes pintores de hace d¨¦cadas y siglos.
Lo que une a estos autores es que en alg¨²n momento pintaron un espacio imaginario dentro de otro. Ese eco es la imagen de Alicia/?scar Mart¨ªnez atravesando su propio reflejo, sugiriendo al lector cuestiones sobre la propia nostalgia (¡°recuerdo la extra?a sensaci¨®n que me embargaba cuando extraviaba el amarillo de la caja Alpino o en el estuche de Carioca¡±) o d¨®nde situar la frontera entre la imagen y el objeto que le sirve de modelo. Y la m¨¢s inaplazable (mientras sentimos el aliento de la IA en nuestros cogotes), si puede el arte sustituir a la realidad o ser¨¢ siempre un suced¨¢neo.
Las pinturas seleccionadas est¨¢n ordenadas por categor¨ªas: representaciones sobre papel (carteles, mapas y fotograf¨ªas), reproducciones textiles, cuadros que contienen cuadros y pinturas con espejo. No son las m¨¢s populares (si descontamos El matrimonio Arnolfini, Las hilanderas y Los embajadores), pero todas tienen la firma de los titanes-hombres, con la sola excepci¨®n del admirable Autorretrato ante el caballete, de Sofonisba Anguissola, y del mosaico pompeyano La Batalla de Issos (100 a. C, Museo Arqueol¨®gico de N¨¢poles), que le sirve al autor del libro para interpretar el mito de Narciso. Se trata de una copia romana rescatada de la Casa del Fauno hace dos siglos, cuyo dibujo original fue atribuido muy tard¨ªamente a Helena de Egipto y que contendr¨ªa el reflejo m¨¢s antiguo jam¨¢s documentado.
Conjeturas, an¨¦cdotas, referencias hist¨®ricas y cient¨ªficas bosquejan hasta el detalle las historias de estos ecos pintados, algunas muy cautivadoras, como la de La habitaci¨®n azul, de Picasso, o el Autorretrato de Parmigianino. Es inevitable alegar que el lector necesitar¨¢ proveerse de im¨¢genes de mejor resoluci¨®n, que podr¨¢ extraer de cat¨¢logos o de internet, ya que las ilustraciones que acompa?an a cada texto son muy precarias, del tama?o de un sello y en blanco y negro. Un eco invisible que contrariar¨¢ al m¨¢s entusiasta lector.
El eco pintado
Siruela, 2023
286 p¨¢ginas. 21,95 euros
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