Stefan Zweig a la b¨²squeda del minuto definitivo
Luis Fernando Moreno Claros ofrece un magn¨ªfico retrato, firme y desapasionado de un ¡®hombre aparte¡¯ que vivi¨® refugiado en sus ideas y sus libros
En uno de sus relatos m¨¢s brillantes, La confusi¨®n de los sentimientos (el preferido de Freud, y tambi¨¦n uno de los m¨ªos), Stefan Zweig expone una idea de la que como bi¨®grafo estaba convencido: vivimos infinitos minutos, pero siempre hay un minuto, uno solo, que hace arder nuestro mundo ¨ªntimo precipitando su cristalizaci¨®n. Un minuto (met¨¢fora de una experiencia puntual) que se mantiene oculto en el interior c¨¢lido de la vida a lo largo, o corto, del tiempo y no hay ¨¢lgebra del esp¨ªritu capaz de medirlo, cuantificar su potencia irradiadora. En sus biograf¨ªas ¡ªde Fouch¨¦, de Mar¨ªa Antonieta, de H?lderlin, de Balzac¡ª, en sus ¡°momentos estelares de la humanidad¡±, la preocupaci¨®n de Zweig es siempre la misma: apropiarse de lo que ¨¦l llamaba ¡°el aut¨¦ntico n¨²cleo del ser¡±, la c¨¦lula pl¨¢stica de la que brota todo conocimiento. Como bi¨®grafo, Zweig se mantuvo fiel a esta convicci¨®n que le conduc¨ªa a esforzarse al m¨¢ximo por conocer y desvelar ¡ªen un ejercicio imaginativo de interpretaci¨®n siempre atrevido¡ª el minuto secreto de sus personajes, la llave psicol¨®gica que pod¨ªa conducirle a la comprensi¨®n de su personalidad. Y esta es la raz¨®n del ¨¦xito internacional de sus biograf¨ªas, la capacidad de aquel hombre cort¨¦s, generoso y afable, impaciente y nervioso, formidable trabajador y amante de su libertad por encima de todo, por abrirse camino en la cultura europea.
Su empat¨ªa le permiti¨® revivir las tragedias y dificultades de sus personajes, escrutar hasta el l¨ªmite de sus posibilidades sus intersticios, sus fracturas psicol¨®gicas, las experiencias que fundaron su car¨¢cter
Es de sobra conocida la capacidad de empat¨ªa que sent¨ªa el austriaco por el ser humano y por las pasiones que condicionan su vida. Eso le permiti¨® revivir las tragedias y dificultades de sus personajes, escrutar hasta el l¨ªmite de sus posibilidades sus intersticios, sus fracturas psicol¨®gicas, las experiencias que fundaron su car¨¢cter. C¨®mo profundiza Zweig en la mente de N¨²?ez de Balboa y en su dram¨¢tica traves¨ªa cruzando el istmo de Panam¨¢ en busca del Pac¨ªfico; o c¨®mo se sirve de la apoplej¨ªa sufrida por H?ndel a los 52 a?os para explicar el origen de su m¨¢s celebrada composici¨®n musical; c¨®mo penetra en la conciencia de un oficial franc¨¦s que en una noche de soledad y patriotismo compone La Marsellesa¡
Los Momentos estelares de la humanidad, publicados en su primera versi¨®n en 1927, son piezas biogr¨¢ficas ¡ª¡°miniaturas¡± las llam¨® ¨¦l¡ª de una grandeza literaria excepcional. La ambici¨®n de Zweig por comprender el alma humana nos sigue conmoviendo. Y es l¨®gico que su personalidad atraiga a los bi¨®grafos hacia uno de sus maestros. M¨¢s de 20 biograf¨ªas se han escrito sobre ¨¦l. La ¨²ltima, y magn¨ªfica, es la de Luis Fernando Moreno Claros, una completa puesta al d¨ªa de su trayectoria vital as¨ª como de la evoluci¨®n de su obra, desde sus inicios hasta su muerte, a los 60 a?os, sin poder superar la nube oscura que se hab¨ªa ce?ido sobre ¨¦l por una convergencia de razones bien clarificadas por el cr¨ªtico y bi¨®grafo Moreno Claros, excelente conocedor de la cultura en lengua alemana. Apoy¨¢ndose sobre todo en la correspondencia del personaje y la biograf¨ªa de Donald Prater (La vida de un impaciente, no traducida al espa?ol), Moreno Claros nos ofrece un relato firme y desapasionado del austriaco. Al bi¨®grafo le asoman algunas dudas ¡ªla posible afici¨®n de Zweig al exhibicionismo, el hecho de apoyarse en temas o interpretaciones que ya hab¨ªan sido tratados con anterioridad, su reserva emocional en franco contraste con la pasi¨®n que le despierta la vida de sus personajes y, por descontado, su cobard¨ªa pol¨ªtica de la que acaba siendo una v¨ªctima m¨¢s¡ª.
Pero hay que entenderlo ¡ªy Moreno Claros lo entiende muy bien¡ª: el hombre que tanto se esforz¨® por comprenderlo todo, que hizo de su literatura una defensa desesperada de la tolerancia y la humanidad, no estaba preparado para ejercer una oposici¨®n frontal a la virulencia del nazismo. Prefiri¨®, en la medida de lo posible, seguir siendo un homo pro se, un hombre aparte, como lo fueron Erasmo o Montaigne. Es decir, alguien que pod¨ªa vivir refugiado en sus ideas, en sus libros y sus debilidades. Muriendo voluntariamente, conduciendo su vida a un minuto definitivo, nos obliga a pensar que, en efecto, su mundo era otro y muriendo como lo hizo no ten¨ªa nada que perder porque ya estaba todo perdido.
Stefan Zweig. Vida y obra de un gigante de la literatura
Arpa, 2023
519 p¨¢ginas. 24,90 euros
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