Flamenco, de la tradici¨®n oral a la m¨²sica barroca
Nuevas figuras del cante buscan otras presentaciones e inspiraciones mientras hacen su propia lectura del canon consagrado
El Cante est¨¢ ya hecho¡±. La sentencia, muy recurrente, podr¨ªa suponer una firme llamada al respeto de la ortodoxia o un directo rechazo a su contraria o a posibles innovaciones. Pero, parad¨®jicamente, el gran edificio del cante flamenco no se entender¨ªa sin las aportaciones de muchos creadores y creadoras que se sintieron libres para dejar en la rica tradici¨®n oral sus melod¨ªas e inflexiones personales, que quedar¨ªan fijadas para siempre y se siguen interpretando con sus nombres. Todo ello, teniendo en cuenta que el canon ha permanecido pr¨¢cticamente inalterado para las estructuras r¨ªtmicas y arm¨®nicas de la casi totalidad de los estilos flamencos.
El g¨¦nero no se entender¨ªa sin las aportaciones de muchos creadores que se sintieron libres
Con la misma libertad de aquellos artistas legendarios, los nuevos creadores hacen su propia lectura de ese canon e incorporan sus propias innovaciones. Entre ellas, la forma de presentar el propio cante. El cl¨¢sico acompa?amiento con guitarra, un binomio b¨¢sico y mayoritario, no ha desaparecido y puede que no desaparezca nunca, pero tambi¨¦n es cierto que han surgido nuevos formatos: obras sin guitarra, o con ella, pero, en muchos de esos casos, tratada de forma diferente o junto a otros instrumentos. La electr¨®nica, signo de los tiempos, ha llegado quiz¨¢s para quedarse. En lo relativo a la inspiraci¨®n, ya sea en la l¨ªrica o en la m¨²sica, existe una diversidad que dibuja un panorama muy heterog¨¦neo: desde nuevas lecturas de la tradici¨®n oral hasta una mirada a la m¨²sica barroca.
Esa es, por ejemplo, la fuente que inspira la nueva obra del cantaor onubense Sebasti¨¢n Cruz (Beas, Huelva, 1977), Zarabanda, editada por el prestigioso sello alem¨¢n Winter & Winter. Los encuentros entre la m¨²sica antigua y el flamenco no son algo nuevo, valga con recordar los trabajos del violagambista sevillano Fahmi Alqhai junto al cantaor Arc¨¢ngel (Las idas y las vueltas, 2014) y a la cantaora Roc¨ªo M¨¢rquez (Di¨¢logos de viejos y nuevos sones, 2018). Tambi¨¦n Perrate viaj¨® al Siglo de Oro en su ¨²ltima grabaci¨®n, Tres golpes (2022). Lo de Cruz se antoja, sin embargo, como algo diferente: estamos ante un cantaor traspasado por la m¨²sica barroca, de la que se enamora tras la escucha de la banda original de la pel¨ªcula Todas las ma?anas del mundo, que re¨²ne obras de compositores franceses de ese tiempo. Tras ellos vendr¨ªan Haendel o Bach para componer toda una experiencia que, sin duda, ha transformado su aproximaci¨®n a los estilos flamencos cl¨¢sicos, de los que ya era acreditado conocedor.
¡®Zarabanda¡¯, editado por el sello alem¨¢n Winter & Winter, es un encuentro entre la m¨²sica antigua y el flamenco
La fidelidad a esos estilos no le ha impedido que los ti?a ahora de una modulaci¨®n distinta, una nueva lectura poblada de ecos y reminiscencias antiguas que se articulan por medio de la plasticidad de su voz y de una escolta instrumental que proporciona las atm¨®sferas adecuadas al prop¨®sito. Quiz¨¢s nadie como Ra¨²l Cantizano (guitarras y zanfona) para la direcci¨®n musical. Junto a ¨¦l, una reuni¨®n de m¨²sicos abiertos y desprejuiciados, muy demandados para proyectos de vanguardia: el saxofonista Juan M. Jim¨¦nez (tambi¨¦n gaita gastore?a y flauta rociera), el percusionista Antonio Moreno y el contrabajista Marco Serrato. Los guitarristas Rafael Riqueni y Alfredo Lagos, con puntuales aportaciones, dejan su impronta en los cortes en los que participan. Malague?as, fandangos, soleares, seguiriyas, ca?a, serrana, tanguillos o taranta ¡ªcon letras tradicionales, adaptadas por el propio Cruz, la poes¨ªa popular de Lope de Vega y poemas de Ram¨®n Andr¨¦s y de Edgar Allan Poe¡ª viajan en el tiempo para encontrarse con la zarabanda, que se inspira en la de Haendel.
La grabaci¨®n Arteria, de Rafael del Zambo (Jerez, 1990), solo disponible en plataformas, tiene unas ra¨ªces muy diferentes. ?l es el nuevo eslab¨®n que prolonga la dinast¨ªa de Los Zambo, los Fern¨¢ndez Soto del barrio de Santiago de Jerez, de los que emergi¨® su t¨ªo Luis en uno de los ¨²ltimos ejemplos de tr¨¢nsito desde el cante de uso hasta una profesionalidad que dir¨ªamos de culto. La familia es m¨¢s amplia, como se puede comprobar en la genuina fiesta por buler¨ªas que cierra la grabaci¨®n, puro Jerez a comp¨¢s. En su disco de presentaci¨®n en solitario, el joven Rafael no traiciona su herencia, pero la lleva a su personal terreno con frescura y con la complicidad de otra ilustre saga, la de los Parrilla. Guiado por la impecable guitarra de Manuel, y con detalles de sus hermanos Juan (flauta) y Bernardo (viol¨ªn), el metal de los Zambo, que a¨²na jondura con un toque dulce y melodioso, es reconocible en todos los estilos, mayormente ligeros, pero de forma especial en la seguiriya, donde luce desnudo.
Tambi¨¦n por seguiriya se presenta el sevillano Juani Mora (Sevilla, 1999) en su estreno discogr¨¢fico, Mi calle no tiene nombre (Karonte). Sorprende en ese intenso primer corte el rajo jondo y rancio del cantaor, un rajo que parece viejo pese a la juventud de su due?o. La incontestable calidad de esa garganta inunda toda la grabaci¨®n y da car¨¢cter a un repertorio con predominio de estilos ligeros ¡ªcanci¨®n andaluza, sevillanas, buler¨ªas, rumba, bolero flamenco¡¡ª, que se presentan bien arropados por los ricos arreglos instrumentales de Jes¨²s Bola, productor musical, que incluyen cuerda, metales y, tambi¨¦n, unos omnipresentes coros vocales. El otro productor, Jes¨²s de Fari?a, firma la mayor¨ªa de las letras originales, con excepciones, como las sevillanas, del propio Mora, con las que homenajea a sus maestros.
Se acord¨® que, con ¡®No duerme nadie¡¯, de Gregorio Moya, la mejor manera de tributar a Enrique Morente era ¡°calcando literalmente su obra¡±. No obstante, el cantaor demuestra no ser un simple calco de Morente
De singularidad se puede calificar la grabaci¨®n que protagoniza el cantaor Gregorio Moya (Argamasilla de Alba, Ciudad Real, 1984), No duerme nadie (La Droguer¨ªa Music). Se trata de una antolog¨ªa, quiz¨¢s un ¡°grandes ¨¦xitos¡±, de Enrique Morente, de cuya extensa discograf¨ªa se han seleccionado 14 cortes, que van desde su grabaci¨®n Homenaje flamenco a Miguel Hern¨¢ndez (1971) hasta la rompedora Omega (1996), pasando por los imprescindibles Homenaje a Don Antonio Chac¨®n y Despegando, ambos de 1977. Los temas escogidos hacen f¨¢cil el paseo por la trayectoria del artista de Granada, y no solo porque sean conocidos para el aficionado, sino tambi¨¦n por la fidelidad interpretativa que muestra Moya adaptando sus registros. ?Se podr¨ªa hablar de versiones? Tal vez, pero el productor de la grabaci¨®n, el music¨®logo Chemi L¨®pez, cuenta que acordaron que la mejor manera de tributar a Enrique era ¡°calcando literalmente su obra¡±. No obstante, el cantaor demuestra no ser un simple calco de Morente.
Sebasti¨¢n Cruz
Winter&Winter
Gregorio Moya
La Droguer¨ªa Music
Rafael El Zambo
Autoeditado
Juani Mora
Karonte
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