¡®En mitad de tanto fuego¡¯: un mon¨®logo a tumba abierta
La suma del autor Alberto Conejero, el director Xavier Albert¨ª y el actor Rub¨¦n de Egu¨ªa da como resultado un espect¨¢culo minimalista y exquisito
Este mon¨®logo se sirve crudo. Sin adornos, sin m¨²sica, sin decorado, sin proyecciones de v¨ªdeos. Nada que pretenda aligerarlo, envolverlo o entregarlo predigerido. Solo la palabra, el cuerpo del actor, apenas el gesto, luz y oscuridad. Hay que confiar mucho en la materia prima para ofrecer un espect¨¢culo tan sobrio hoy d¨ªa. El director Xavier Albert¨ª lo hace en este caso. Se lanza a tumba abierta y nos invita a los espectadores a hacerlo tambi¨¦n. Esa es una de las principales virtudes del montaje.
La palabra: En mitad de tanto fuego, de Alberto Conejero. Es un texto altamente literario, con referencias y citas de Safo, Pedro Lemebel, Anne Carson o Luis Cernuda, seg¨²n refiere el propio dramaturgo. Y por supuesto, Homero: el autor toma como punto de partida el canto XVI de la Il¨ªada, que relata la muerte de Patroclo, ¡°compa?ero amado¡± de Aquiles, en la guerra de Troya. Pero como ya hizo en obras anteriores ¡ªviene todo el rato a la memoria la c¨¦lebre La piedra oscura¡ª, Conejero no se centra en la cara visible de la historia, esa que pasa a la posteridad, sino en lo que hay por debajo de la ¨¦pica. Patroclo, secundario de la Il¨ªada, aqu¨ª protagonista. El amigo que muri¨® en lugar del h¨¦roe a manos de H¨¦ctor. El que conoc¨ªa no solo la c¨®lera de Aquiles, sino tambi¨¦n su deseo. ¡°No estoy aqu¨ª para hablar del ¡®m¨¢s querido entre los soldados¡¯, yo estoy aqu¨ª para reventar los eufemismos, para hablar del amante insaciable¡±, proclama Patroclo en su mon¨®logo, subrayando orgulloso la naturaleza sexual de su relaci¨®n y rechazando la condici¨®n de ¡°compa?ero amado¡± que le atribuyen los rapsodas; recre¨¢ndose en el recuerdo, conjurando los cuerpos, excitando la fantas¨ªa del p¨²blico. Y tambi¨¦n: ¡°No estoy aqu¨ª para contar la guerra de Troya. / Esta es la historia de mi carne, / all¨ª donde coincidieron la muerte y el amor¡±. Es adem¨¢s la historia de los que mueren en las guerras de manera an¨®nima, un oratorio por las v¨ªctimas del honor y la gloria: ¡°No hay monstruo m¨¢s horrible que un h¨¦roe¡±.
El texto es espeso y nutritivo, pero que nadie se asuste: es tambi¨¦n bello y f¨¢cil de degustar. Una prosa po¨¦tica que bebe de Homero, pero en la que resuenan ecos de todas las ¨¦pocas. Desertores de todos los tiempos, soldados de todas las guerras, amantes de toda condici¨®n.
El actor Rub¨¦n de Egu¨ªa realza el texto con una interpretaci¨®n exquisita, sobria, al servicio de la palabra, pronunci¨¢ndola con ritmo pero dejando tiempo para saborearla. Conteniendo la emoci¨®n y haci¨¦ndola vibrar solo en momentos escogidos a trav¨¦s de gestos m¨ªnimos pero rotundos, silabeos de efecto poderoso. No se puede imaginar otra manera de hacerlo.
La direcci¨®n de Xavier Albert¨ª es minimalista. Pero que no haya condimentos no significa que la puesta en escena no est¨¦ cocinada al detalle. Tambi¨¦n por entero al servicio de la palabra y apost¨¢ndolo todo a la interpretaci¨®n del actor. Solo juega con la luz y con movimientos sutiles del personaje. Empieza con Patroclo en primer plano, muy cerca del p¨²blico, hablando en tono ¨ªntimo: nos est¨¢ contando su relaci¨®n con Aquiles, c¨®mo se amaban, c¨®mo se deseaban. Despu¨¦s, cuando relate las guerras, ir¨¢ al fondo del escenario. M¨¢s all¨¢ de la gloria, las personas como protagonistas de la historia.
En mitad de tanto fuego
Texto: Alberto Conejero. Dirección: Xavier Albertí. Interpretación: Rubén de Eguía. Madrid: Teatros del Canal, hasta el 4 de febrero. Próxima gira: Buenos Aires, Montevideo, Lima, Lloret de Mar, Sevilla.
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