¡®La distancia que nos separa¡¯, de Maggie O¡¯Farrell: cuando los escritores saben ir a mejor
La autora norirlandesa da pistas de su brillo en su tercera novela, que sin embargo fluye de manera desigual. Lo que hay que celebrar es el salto que ha sido capaz de dar de entonces a hoy
Ya tenemos pruebas: a diferencia del deporte, una disciplina en la que los grandes h¨¦roes empiezan a perder partidos al cumplir a?os hasta verse obligados a la retirada, los m¨²sculos de la literatura son de otra especie. Los grandes escritores (o muchos grandes escritores) evolucionan desde la sencillez a la riqueza, desde la prueba y el error hacia una solidez fant¨¢stica que les hace poco a poco m¨¢s interesantes, complejos, inalcanzables.
Es el caso de Maggie O¡¯Farrell, autora de dos proezas narrativas como son Hamnet (2021 en Espa?a) y El retrato de casada (2023), ambos en Libros del Asteroide, editorial que ahora nos ofrece la que fue su tercera novela, La distancia que nos separa, publicada por la autora en 2004, hace 20 a?os.
Echamos cuentas: la escritora norirlandesa, nacida en 1972, ten¨ªa entonces 32 a?os, muy lejos de la veterana que hoy est¨¢ en su apogeo narrativo. Y es as¨ª como hay que leer esta novela de lento avance que intenta amasar dos historias que fluyen de manera desigual. Hay brotes de brillo en su prosa, hay fragmentos que ella sabe iluminar con su estilo detallado, preciosista, casi po¨¦tico. Hay pistas enormes de una belleza literaria que ¡ªhoy lo sabemos¡ª sabr¨¢ desarrollar plenamente m¨¢s adelante. En el presente.
La trama es ambiciosa: un chaval de origen ingl¨¦s vive solo en Hong Kong, donde su madre hippy le ha dejado tras recorrer el mundo y para seguir recorri¨¦ndolo. Es sensible, es carism¨¢tico, es deseable, y tiene agujeros en su desarraigo que le hacen especial, sobre todo el desconocimiento de su padre, un amor fugaz de su madre del que apenas sabe que es o era escoc¨¦s. Muy lejos de all¨ª, en Escocia, una chica libra sus propias batallas con su hermana y su pasado. La haza?a est¨¢ en cruzar sus destinos, claro, y es ah¨ª donde la autora recorre con valent¨ªa los grandes temas de la angustia, la enfermedad, la muerte, las opciones equivocadas y las heridas sin cicatrizar. La paleta de colores es amplia y se despliega en planos temporales y geogr¨¢ficos prolijos, variados, acaso excesivos. El ritmo y el pulso no van ah¨ª como un reloj.
Hay maestr¨ªa en la escritura, no obstante. La hay en el retrato de los personajes y, sobre todo, en la aproximaci¨®n entre los dos protagonistas, en la cadena de sensaciones que se ponen en juego cuando se conocen, cuando se buscan, cuando se evitan, cuando se acercan y cuando se alejan sin manual de instrucciones. Es ah¨ª donde logra la autora secuencias hermosas donde ya est¨¢n plantadas las mejores semillas que florecer¨¢n en las extraordinarias Hamnet y El retrato de casada. Donde los bucles de sus vidas son ca¨®ticos, la pluma es firme.
Porque es ah¨ª donde O¡¯Farrell acierta plenamente. La autora sabe (es decir: sab¨ªa ya a los 32 a?os) detenerse en momentos, regodearse, generar el suspense justo mediante los detalles y, a partir de una selecci¨®n muy minuciosa de chispazos delicados y certeros, ofrecer al lector una delicatessen ante la que puede pararse a saborear a c¨¢mara lenta o devorar a conciencia. ¡°Dejan atr¨¢s abedules de plata, caballos al otro lado de una cerca, una casa de piedra en la que una mujer da vueltas haciendo volar a un ni?o. Stella grita y se r¨ªe, se queja del freno, pero en lo ¨²nico en lo que se fija Jake es en los brazos que lo envuelven: el mundo por el que circulan a velocidad es indistinto, borroso, como si ellos dos fueran los ¨²nicos seres reales, sensoriales, que respiran¡±.
Como ha sido certera en la descripci¨®n de una amante: ¡°Le fascinaba la belleza de los j¨®venes, lo impecables que eran, que tuvieran los m¨²sculos tan agarrados a los huesos, lo bien que se les ajustaba la piel al cuerpo. Esperaba que se le pegara un poco de todo eso, como el polen a una manga¡±.
La distancia que nos separa, traducido por Concha Carde?oso, es un gran punto de partida. Una prueba de que hay grandes escritores capaces de crecer y evolucionar. Lo que hay que celebrar al leerlo es el salto que ha sido capaz de dar a partir de un embri¨®n de calidad, riqueza y preciosismo que son marca de la casa. O¡¯Farrell escribe como los ¨¢ngeles y las pruebas de ello, m¨¢s all¨¢ de una trama un tanto forzada hasta el final, estaban ah¨ª. Nada que ver con los escritores que solo saben ir a peor. Sin ser deportistas.
La distancia que nos separa
Traducci¨®n de Concha Carde?oso
Libros del Asteroide, 2024
384 p¨¢ginas. 22,95 euros
La dist¨¤ncia que ens separa
Traducci¨®n de Alexandre Gombau
L'altra editora, 2024
352 p¨¢ginas, 22,95 euros
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