¡®La ciudad y sus muros inciertos¡¯: solo un libro m¨¢s de Haruki Murakami
Mundos paralelos, viajes en el tiempo, amores imposibles, personajes alienados y hasta un poco de jazz. El escritor japon¨¦s recorre en su ¨²ltima novela territorios ya transitados en otras obras
Si una imagen de la m¨¢s reciente novela de Haruki Murakami me acompa?ar¨¢ con persistencia, esa ser¨¢ la de una torre en cuya c¨²spide ha sido colocado un reloj sin manecillas: el tiempo ha perdido su valor o ha dejado de tener su m¨¢s esencial sentido.
Sin embargo, fuera de esa extra?a ciudad amurallada, ubicada en un espacio arbitrario y donde se vive al margen de las cronolog¨ªas, una urbe construida en sus detalles por el escritor japon¨¦s, el tiempo existe, siempre existe y es mensurable. Y ah¨ª est¨¢n para demostrar su persistente transcurso los seis a?os que debieron esperar los millones de fieles lectores que Haruki Murakami ha ido ganando por todo el mundo para que al fin comenzara a circular su nueva novela, La ciudad y sus muros inciertos, publicada el a?o pasado en su pa¨ªs y ahora estampada en espa?ol por su sello habitual, Tusquets Editores. Seis a?os especialmente intensos en los que en el mundo han ocurrido acontecimientos que han alterado el ritmo de la vida de todo el planeta: desde una pandemia global que dio la impresi¨®n de detener el tiempo hasta el inicio de guerras en Europa y Oriente Pr¨®ximo (que nos da el sentimiento de haber retrocedido en el tiempo), y otros muchos acontecimientos que de alg¨²n modo nos afectan a todos y tambi¨¦n alimentan una cada vez m¨¢s visible polarizaci¨®n de las sociedades, divididas entre los individuos y grupos que est¨¢n a favor o en contra, no importa en ocasiones de qu¨¦, y, como parece corresponder a nuestra ¨¦poca, que se perciben (y comportan) como enemigos.
De esos a?os, varios de ellos fueron dedicados por Murakami a la escritura de esta novela y ese lapso tambi¨¦n ha afectado a la vida del escritor. Lo s¨¦ por experiencia ¡ªy lo ha refrendado Kundera¡ª, pues el novelista que comienza un libro y el que lo termina no son la misma persona. Cuando menos, es el autor de un libro m¨¢s.
Y este libro, que expectantes y curiosos ahora leemos, creo que para un autor con una obra como la de Haruki Murakami, resulta ser solo eso: un libro m¨¢s.
El tempo narrativo resulta m¨¢s trabado que lento y las reiteraciones, con repeticiones textuales de ideas, frases, incluso momentos de las casi 600 p¨¢ginas del texto, me hicieron recordar en muchas ocasiones el sabio consejo de Juan Rulfo de que ¡°se escribe con el hacha¡±
Para esa multitud de seguidores del japon¨¦s, el tr¨¢nsito por esta novela los llevar¨¢ por territorios que nos parece que, de su mano, ya hemos recorrido (en otros tiempes y m¨¢s de una vez): la presencia de mundos paralelos que implican la existencia de diferentes dimensiones de la realidad, viajes a trav¨¦s del tiempo en el mismo espacio, quiebres de las l¨®gicas racionales con la creaci¨®n de universos alterados propios de la literatura fant¨¢stica, personajes alienados (vivos y muertos) portadores de una inconmensurable tristeza, amores imposibles y hasta un poco de jazz. Todo Murakami, mucho Murakami, pero ahora en una novela en la cual, quiz¨¢s m¨¢s que en ninguna otra de las firmadas por ¨¦l y que yo haya le¨ªdo, el tempo narrativo resulta m¨¢s trabado que lento y las reiteraciones, con repeticiones textuales de ideas, frases, incluso momentos de las casi 600 p¨¢ginas del texto, me hicieron recordar en muchas ocasiones el sabio consejo de Juan Rulfo de que ¡°se escribe con el hacha¡±.
La ciudad y sus muros inciertos comienza contando la historia de un amor frustrado. El joven narrador de la novela se enamora de una tambi¨¦n muy joven muchacha que un buen d¨ªa desaparece, luego de confiarle que existe una ciudad amurallada ubicada en una geograf¨ªa imprecisa, donde no se marca el tiempo, un lugar al que se puede entrar y de donde no se puede salir. All¨ª, adem¨¢s, las personas pierden su sombra, se pasean unicornios y, sobre todo, hay una biblioteca que, en lugar de libros, conserva ¡°viejos sue?os¡±. Una ciudad que, ya lo sabremos, fue creada con una muralla inexpugnable a ra¨ªz de una pandemia que asol¨® al mundo.
Y all¨¢ aparece el narrador, sin saber nunca c¨®mo lleg¨® a ese sitio, para encontrar al otro yo de la joven a la que am¨® 20 a?os antes y que resulta ser la bibliotecaria que le entregar¨¢ los ¡°viejos sue?os¡± que el ya no tan joven protagonista debe leer.
Tambi¨¦n, siempre sin saber c¨®mo, el narrador de la historia logra lo imposible: salir de la ciudad inexpugnable para redefinir su vida convirti¨¦ndose, por un llamado de su conciencia, en el anodino director de la biblioteca de un peque?o pueblo rodeado de monta?as (que son como murallas). All¨ª, en un tiempo y espacio que parecen ser reales, tambi¨¦n asistiremos a rupturas de nuestras l¨®gicas con distintas situaciones, personajes y acontecimientos que no pretendo revelar y que se prolongan hasta el regreso del protagonista a la ciudad amurallada, aunque para ¨¦l su posibilidad de permanecer all¨ª ya no ser¨¢ posible.
Durante su lectura no pod¨ªa dejar de preguntarme qu¨¦ se propon¨ªa el escritor, ad¨®nde quer¨ªa llegar, qu¨¦ me quer¨ªa decir con esta especie de distop¨ªa literaria¡
En mi lectura, mientras atravesaba las escasas peripecias que alimentan el argumento de una novela que podr¨ªa considerarse de tesis, no pod¨ªa dejar de preguntarme qu¨¦ se propon¨ªa el escritor, ad¨®nde quer¨ªa llegar, qu¨¦ me quer¨ªa decir con esta especie de distop¨ªa literaria¡ Y encontraba, dichas por ¨¦l, posibles respuestas como esta: ¡°Sostengo que no hay una sola realidad, sino que se nos ofrece un amplio abanico de posibilidades, de entre las cuales cada persona tiene que seleccionar una¡±. O esta otra: ¡°En cualquier caso, hac¨ªa tiempo que para m¨ª el t¨¦rmino realidad no estaba claro, se hab¨ªa roto en pedazos. Me ve¨ªa incapaz de discernir lo real de lo irreal. Sent¨ªa zozobra y confusi¨®n¡±, dice el narrador, anticipando quiz¨¢s lo que puede sentir el lector ante tales afirmaciones: zozobra y confusi¨®n.
A Haruki Murakami no le hacen falta elogios de la cr¨ªtica para que sus libros sean recibidos con entusiasmo. Sus ¨¦xitos de venta, el culto que le profesan sus lectores, lo han ido convirtiendo en un escritor con m¨¦ritos para ser un ¡°eterno aspirante al Nobel de Literatura¡±. Pero recordemos que con cada uno de sus trabajos el artista da unos brochazos sobre el lienzo de su obra y que a veces un espacio en blanco aporta m¨¢s al conjunto que unos colores inciertos.
La ciudad y sus muros inciertos
Traducci¨®n de Juan Francisco Gonz¨¢lez S¨¢nchez
Tusquets, 2024
576 p¨¢ginas. 22,90 euros
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