La ¨²ltima resurrecci¨®n de Johnny Cash
El hijo del Hombre de Negro recupera canciones de 1993 de su padre en ¡®Songwriter¡¯, un valioso testimonio para entender que su alianza con el productor Rick Rubin fue la decisi¨®n m¨¢s acertada
Es uno de los cuentos de hadas m¨¢s conocidos de la m¨²sica norteamericana: a principios de los noventa, Johnny Cash conoce al productor Rick Rubin y este le ayuda a reinventarse hasta el punto de resucitarle para la gran audiencia. El Hombre de Negro llega a la ancianidad revaloriz¨¢ndose m¨¢s que nunca y ofreciendo un repertorio tan emotivo como asombroso. Sin embargo, poco se sab¨ªa de que Cash ten¨ªa otros...
Es uno de los cuentos de hadas m¨¢s conocidos de la m¨²sica norteamericana: a principios de los noventa, Johnny Cash conoce al productor Rick Rubin y este le ayuda a reinventarse hasta el punto de resucitarle para la gran audiencia. El Hombre de Negro llega a la ancianidad revaloriz¨¢ndose m¨¢s que nunca y ofreciendo un repertorio tan emotivo como asombroso. Sin embargo, poco se sab¨ªa de que Cash ten¨ªa otros planes para s¨ª mismo si no se llega a cruzar con el h¨¢bil productor, que antes hab¨ªa abanderado una peque?a revoluci¨®n en el hip hop con su trabajo con Beastie Boys y dentro del sello Def Jam Recordings.
En 1993, un a?o antes de publicar el c¨¦lebre American Recordings, el ¨¢lbum con el que el productor hallar¨ªa una f¨®rmula de crudeza instrumental sujeta a la portentosa voz cavernosa del cantante de country, Cash hab¨ªa empezado a registrar unas canciones por su cuenta en los estudios LSI en Nashville, propiedad de su yerno, Mike Daniels. Eran canciones que hab¨ªa ido componiendo a lo largo de los ¨²ltimos a?os y con las que confiaba poder remontar el vuelo. Apareci¨® Rick Rubin y esas composiciones, la mayor¨ªa sin acabar, se guardaron en un caj¨®n. John Carter Cash, hijo de la leyenda de la m¨²sica estadounidense, ha abierto ese caj¨®n y, despu¨¦s de a?os de trabajo y colaboraciones, ha confeccionado un disco: Songwriter (Universal), una obra de 11 canciones que acaba de ver la luz y muestra a un artista pleno de facultades.
Songwriter es un testimonio importante porque, m¨¢s all¨¢ de su valor simb¨®lico, dice mucho de la decisi¨®n que tom¨® Cash. Sin duda, el m¨²sico supo ver que su trabajo con Rubin le ofrec¨ªa una versi¨®n de s¨ª mismo mucho m¨¢s renovada y aplastante. American Recordings, compuesto por canciones propias y versiones de temas originales de Tom Waits, Kris Kristofferson o Leonard Cohen, elevaba la figura del forajido de ¡®I Walk the Line¡¯ a la categor¨ªa del gran crooner anciano y sabio, como un or¨¢culo de una Am¨¦rica siempre contradictoria, herida por sus pecados fundacionales y en b¨²squeda perpetua de la ballena blanca. American Recordings inaugur¨® una serie de discos que le llevar¨ªan a ganarse las bendiciones definitivas de la cr¨ªtica especializada, incluida la de la m¨²sica indie, cuyo p¨²blico lo acogi¨® con los brazos abiertos como uno de los pocos bastiones a venerar, aunque solo fuera porque su vozarr¨®n grave, melanc¨®lico y oscuro era como escuchar el de una especie de divinidad de las tablas del Antiguo Testamento.
El ¨¢lbum va sacando todas las se?as que le marcaron antes de su celebrada reinvenci¨®n en American Recordings
El disco recuperado es, por tanto, una obra menor que todo lo que dej¨® Cash desde su asociaci¨®n con Rubin. Y, aun as¨ª, Songwriter se despliega ante el oyente como un camino interesante y abundante en pistas que le definieron. Bajo la producci¨®n de David Ferguson, el ¨¢lbum va sacando todas las se?as que le marcaron antes de su celebrada reinvenci¨®n en American Recordings. Es como un resumen de Cash hasta 1994. Hay composiciones de ritmo saltar¨ªn e imparable, impulsado por el bajo de Dave Roe, tan propias de esos a?os cincuenta en Sun Records, como ¡®Well Alright¡¯, ¡®Soldier Boy¡¯ o ¡®Sing It Pretty Sue¡¯, revisada tras haber sido grabada en 1962. Tambi¨¦n se dan baladas country como ¡®Have You Ever Been to Little Rock?¡¯ o ¡®She Sang Sweet Baby James¡¯. Y otra con un delicioso toque swing como ¡®I Love You Tonite¡¯, una carta de amor a su esposa, June Carter. Faltar¨ªa algo de su vertiente g¨®spel, aunque, por el contrario, se puede apreciar su actitud outlaw ungida de un canto espiritual en la inicial ¡®Hello Out There¡¯, donde el guitarrista Marty Stuart deja su estupendo sello. Stuart y Roe son m¨²sicos que sol¨ªan acompa?ar a Cash y grabaron con ¨¦l en esos d¨ªas, pero para completar el trabajo inacabado de Songwriter el hijo de Cash ha reclutado en la conocida como Caba?a Cash ¡ªun espacio estrecho en Tennessee donde el m¨²sico escrib¨ªa, grababa y se relajaba¡ª a otros espadas importantes como Dan Auerbach, de The Black Keys, que deja un solo blues en ¡®Spotlight¡¯; y Vince Gill, que presta su voz en ¡®Poor Valley Girl¡¯.
Su esposa, June Carter, andaba tan preocupada por su marido que un d¨ªa lleg¨® a comentarle que ten¨ªa que parar y reflexionar porque estaba m¨¢s desorientado que nunca
Las sesiones de Songwriter sucedieron a principios de 1993. Por aquella ¨¦poca, Cash estaba casi desahu?ciado. Llevaba m¨¢s de una d¨¦cada publicando discos que apenas ten¨ªan trascendencia y su p¨²blico menguaba cada a?o. Su declive le hab¨ªa llevado a pelearse con su discogr¨¢fica, Mercury, editora actualmente de este disco. El Hombre de Negro no sab¨ªa c¨®mo remontar su carrera tras una traves¨ªa por el desierto que no ten¨ªa fin. Incluso unos millonarios consiguieron convencerle para un proyecto que nunca lleg¨® a materializarse: quer¨ªan construir en Nashville una especie de Disneyland del country, un parque tem¨¢tico de atracciones para toda la familia donde la joya de la corona fuera un teatro con aforo para casi 3.000 personas que llevase su nombre y donde Cash tocar¨ªa todas las semanas. El m¨²sico, por entonces, apenas llenaba aforos de 600 personas. Su esposa, June Carter, andaba tan preocupada por su marido que un d¨ªa lleg¨® a comentarle que ten¨ªa que parar y reflexionar porque estaba m¨¢s desorientado que nunca.
Cash par¨® y se meti¨® a grabar una serie de canciones que, hoy, forman Songwriter, el disco que muestra el perfil de uno de los grandes outlaw, la famosa generaci¨®n de forajidos del country que, en los setenta, desafiaron las reglas de Nashville y se enfrentaron a la poderosa industria vaquera. Tan s¨®lo siguen en pie Kris Kristofferson y Willie Nelson, que sigue incombustible a sus 91 a?os con giras sin parar y sacando discos cada curso, el ¨²ltimo, The Border, publicado la primavera pasada, un elegante testimonio emocional a la Am¨¦rica m¨ªtica. La misma Am¨¦rica a la que dej¨® un testamento inigualable Johnny Cash. Porque, si a la serie de American Recordings se han podido sumar en los ¨²ltimos a?os The Music: Forever Words (2021) ¡ªun ¨¢lbum con escritos y cartas encontradas tras su muerte y cantadas por artistas como Alison Krauss, Chris Cornell, Willie Nelson, Elvis Costello, John Mellencamp o T Bone Burnett¡ª o The List (2009) ¡ªun disco en el que su hija Rosanne Cash grab¨® canciones favoritas de su padre en su ¨²ltima ¨¦poca¡ª, ahora toca a?adir Songwriter. La ¨²ltima resurrecci¨®n de una figura que se agranda con el paso del tiempo.
Johnny Cash?
Universal
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