¡®El esp¨ªritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia¡¯, de Patricio Pron: pesadillas, historia, cr¨ªmenes y lenguaje
El autor saca una versi¨®n corregida y ampliada del libro que public¨® en 2011, una obra que podr¨ªa parecer un relato sobre la memoria, pero que en buena medida es una novela sobre el lenguaje y la distancia entre las palabras y las cosas
Patricio Pron (Rosario, 1975) public¨® por primera vez El esp¨ªritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia en 2011 y este a?o ha sacado en Anagrama una edici¨®n corregida y ampliada, con un ep¨ªlogo y medio centenar de fotograf¨ªas. El autor se?ala en ese ep¨ªlogo que la obra se ha clasificado como novela de no ficci¨®n, autoficci¨®n y true crime; es eso y muchas cosas m¨¢s. Un joven escritor argentino (que ha tenido problemas de memoria por el consumo de medicamentos) vuelve desde Alemania a su ciudad natal a causa de la enfermedad de su padre. Entre los papeles del convaleciente encuentra un archivo dedicado al caso de Alberto Burdisso, un ¡°idiota faulkneriano¡± asesinado en 2008. El padre, periodista, hab¨ªa escrito del asunto ¡ªla desaparici¨®n, las protestas, la resoluci¨®n del crimen¡ª y recopilado cr¨®nicas ajenas. El inter¨¦s, va averiguando el protagonista, se deb¨ªa a la hermana de Burdisso, Alicia, asesinada por la dictadura militar en 1977. Alicia, como el padre del narrador, hab¨ªa pertenecido a la Guardia de Hierro, una organizaci¨®n peronista no violenta de izquierda. A Alberto Burdisso lo matan unos malhechores para robarle la indemnizaci¨®n que el Estado le hab¨ªa dado por el asesinato de su hermana. Hay un juego de simetr¨ªas y diferencias en los asesinatos ¡ªuno por dinero; otro pol¨ªtico¡ª y las b¨²squedas ¨Cde los hermanos, por parte del padre; del padre, por parte del hijo.
El hallazgo rescata una serie de recuerdos de infancia y terror, e inspira un intento para entender el compromiso pol¨ªtico de los padres del protagonista. Ese esfuerzo de empat¨ªa y complicidad tiene una clave ¨ªntima, vinculada con la relaci¨®n del personaje principal con su familia y su pa¨ªs. Tambi¨¦n tiene una lectura expl¨ªcitamente generacional y p¨²blica, que en el ep¨ªlogo Pron relaciona con ¡°la literatura de los hijos¡± en las sociedades posdictatoriales; las circunstancias pol¨ªticas actuales hacen que le parezca que ¡°quiz¨¢ la novela se haya vuelto m¨¢s necesaria que en el pasado¡±.
Estructurada en cuatro partes divididas en cap¨ªtulos breves, la novela es un logrado artefacto narrativo que usa con inteligencia y destreza los g¨¦neros y los registros; es ¨¢gil, ingeniosa, perturbadora y autoconsciente. Aunque podr¨ªa parecer un libro sobre la memoria, sus recovecos y sus silencios, en buena medida es una novela sobre el lenguaje y la distancia entre las palabras y las cosas. Pron recurre a la cita y al comentario de texto, observa que en un programa de la televisi¨®n se subtitula lo que dicen los pobres e interpreta esa distancia, recupera y asocia palabras. Emplea a menudo la enumeraci¨®n ¡ªde las obras y autores que forman una biblioteca, de recuerdos¡ª y la descripci¨®n: de las fotograf¨ªas; del argumento de pel¨ªculas vistas un poco por azar en la tele, cuyas tramas de trampas y tragedias son un contrapunto de la historia principal; de sue?os, acaso porque, como escribe en el pr¨®logo, ¡°la Historia sigue siendo, para m¨ª, como para otros, una pesadilla de la que no puedo despertar¡±.
El esp¨ªritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia
Anagrama, 2024
240 p¨¢ginas, 18,90 euros
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