Populismo catalanista en la Segunda Rep¨²blica
El primer libro de Enric Ucelay-Da Cal desmitific¨® el relato esquem¨¢tico sobre la Catalu?a republicana y defini¨® su hegemon¨ªa pol¨ªtica como un populismo interclasista
En la historiograf¨ªa sobre la Espa?a contempor¨¢nea, La Catalu?a populista ha sido un libro de culto. Este ensayo de historia pol¨ªtica, que se public¨® en 1982, ni se hab¨ªa reeditado ni se hab¨ªa traducido al espa?ol. En el proemio a la nueva edici¨®n escrito tras la resaca del Proc¨¦s, el profesor Enric Ucelay Da-Cal afirma que en su d¨ªa el presidente Jordi Pujol ¡°lo puso en la lista de las obras malditas¡±. Lo que deb¨ªa disgustar a Pujol no era la hip¨®tesis sobre cu¨¢l hab¨ªa sido la cultura pol¨ªtica dominante durante el per¨ªodo republicano (un populismo interclasista), sino el espejo del pasado que Ucelay colocaba al final para interpretar la situaci¨®n catalana en los inicios de la segunda Restauraci¨®n. ¡°La excepcionalidad econ¨®mica catalana de los a?os treinta no existe hoy en d¨ªa: ni es Catalu?a la ¨²nica parte del Estado que est¨¢ socialmente industrializada, ni es hoy Barcelona la gran capital europea de Espa?a, que con rapidez parec¨ªa sobrepasar a Madrid como mayor ciudad metropolitana¡±.
La Catalu?a del arranque del pujolismo, y as¨ª nos va, estaba perdiendo la singularidad que hab¨ªa tenido en Espa?a desde 1870. Y era la din¨¢mica pol¨ªtica de esa Catalu?a singular la que Ucelay hab¨ªa convertido en su objeto de estudio, desde que lleg¨® a Espa?a en 1972 procedente del exilio norteamericano y hasta El fascio de las Ramblas, que public¨® ahora hace un a?o con Xavier Casals y que situaba el origen del fascismo espa?ol en la convulsa Barcelona reprimida por generales provenientes de Cuba.
La Catalu?a populista era una evoluci¨®n de la tesis de Ucelay sobre el nacionalismo radical catal¨¢n. El n¨²cleo del libro era desbrozar, m¨¢s all¨¢ de los t¨®picos establecidos y las est¨¢ticas visiones ideologizadas, c¨®mo se hab¨ªa resuelto la tensi¨®n social en la autodenominada ¡°F¨¢brica de Espa?a¡± durante la Segunda Rep¨²blica. Porque si a escala nacional el que se percibi¨® como problema fundamental para la consolidaci¨®n del nuevo r¨¦gimen hab¨ªa sido la cuesti¨®n agraria, el reto en Catalu?a hab¨ªa sido otro: ¡°ordenar pol¨ªtica y socialmente una sociedad industrial¡± despu¨¦s de un per¨ªodo convulso y la Dictadura.
El punto de partida de Ucelay, que siempre ha analizado Catalu?a con la oxigenante ¨®ptica comparatista, era evidenciar un doble espejismo. De acuerdo que se trataba de una sociedad industrial y netamente burguesa, pero su industria era peque?a y a¨²n principalmente textil, lo que la estancaba con respecto a las zonas industriales de veras potentes que adem¨¢s contaban con un pulm¨®n financiero y otro estatal. De acuerdo que esa industria imant¨® trabajadores de las comarcas catalanas (aceleradores de la radicalizaci¨®n catalanista) y del Levante espa?ol, pero tampoco tuvo la masa cr¨ªtica suficiente para fundar una cultura proletaria propia y singular.
Establecida esta desmitificaci¨®n paralela (m¨¢s talleres que f¨¢bricas, m¨¢s ateneos que casas del pueblo), pod¨ªa solidificar su hip¨®tesis: lo que de veras oper¨®, liderado por la Esquerra Republicana de l¡¯Avi (el abuelo) Francesc Maci¨¤, fue un populismo interclasista que trat¨® de imponer la peque?a burgues¨ªa y las izquierdas.
Para establecer su noci¨®n de populismo, Ucelay no usaba los te¨®ricos de la cultura de masas sino pensadores argentinos. Ese populismo catal¨¢n, que deb¨ªa resolver la tensi¨®n entre capital y trabajo a trav¨¦s de una s¨ªntesis progresista, Ucelay lo bautiz¨® como ¡°noucentisme de masses¡±. Si a principios del siglo XX el proyecto de cultura nacional del Noucentisme conservador hab¨ªa mezclado pol¨ªtica reaccionaria con la b¨²squeda de una belleza neocl¨¢sica, en el per¨ªodo republicano ese proyecto se reformul¨® como una amalgama que revaloriz¨® a la mujer y a la juventud y tuvo la potencialidad de integrar contenido social.
Ser¨ªa la f¨®rmula de la casa y el huerto de Maci¨¤ como ideal c¨ªvico. El ¨¦xito de la f¨®rmula, que capitaliz¨® ERC y de entrada no problematiz¨® la CNT, fue sensacional en el campo y en la ciudad, entre burgueses, menestrales y obreros. La capilarizaci¨®n social del catalanismo fue acelerada. Pero los sucesivos shocks evidenciar¨ªan las limitaciones efectivas de ese proyecto para neutralizar las contradicciones desde la Generalitat. Ocurri¨® en 1934, cuando fracas¨® el golpe populista. Y por supuesto ocurri¨® con el estallido de la Guerra Civil y el colapso social que el anarquismo quiso decantar hacia la revoluci¨®n. Entonces, imparable, empez¨® la desintegraci¨®n de ERC.
La Catalu?a populista?
Traducci¨®n de ?scar Gonz¨¢lez
Taurus, 2024. 514 p¨¢ginas. 23,65 euros
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