¡®Las horas antiguas¡¯, de Michael Bible: las cosas invisibles que controlan nuestro mundo
Instalada en el espacio mental del g¨®tico sure?o, esta novela corta navega cuestiones como qu¨¦ empuja a una persona a cometer un acto destructivo en un relato que orbita alrededor de un asesino accidental
El g¨®tico sure?o es un espacio mental donde la palabra literal de Dios permea y distorsiona la vida hacia lo grotesco. Sigue siendo el mundo de William Faulkner y Flannery O¡¯Connor, de Tennessee Williams y Carson McCullers, un lugar donde la obsesi¨®n florece y se esponja, fermentada por el aislamiento y la culpa, produciendo trastornos mentales que se traspasan de padres a hijos. La tragedia magnetiza el ambiente como un filtro de Instagram. Las almas sensibles enferman en su aire viciado y buscan ox¨ªgeno en las habituales v¨ªas de escape: alcohol, drogas, sexo, m¨²sica, violencia. Despu¨¦s recorren o son arrastradas por el camino del ¨¦xtasis y la expiaci¨®n.
En Las horas antiguas, la corta novela de Michael Bible reci¨¦n editada por Gatopardo, un adolescente solitario y callado llamado Iggy decide inmolarse por la v¨ªa de la gasolina en la iglesia de Harmony, una peque?a ciudad sure?a sobrevolada por aviones privados del NASCAR y cargada de trauma generacional. ¡°Nosotros ¨¦ramos inocentes¡± dice un coro griego nada m¨¢s abrir el libro, levantando razonables sospechas. El coro es un grupo de supervivientes que acostumbra a quedarse en el bar despu¨¦s del cierre para seguir procesando juntos el ¡°incidente¡±, 18 a?os m¨¢s tarde. ¡°Cre¨ªamos ser especiales, nos emborrach¨¢bamos todos los fines de semana en el centro comercial¡±, explican a nadie en concreto. Lo m¨¢s interesante del incidente es que sali¨® mal.
?Qu¨¦ empuja a una persona a cometer un acto destructivo? ?Qu¨¦ oscuro magnetismo nos sujeta a lugares y personas que no nos dejan respirar? Son preguntas pertinentes en un pa¨ªs que cuenta m¨¢s de 377 tiroteos escolares desde Columbine, pero las horas no es un libro de sociolog¨ªa sino una balada de Nick Cave, donde el amor es demasiado compatible con el pecado. Como canta en el bar de O¡¯Malley, acaso podemos ser moralmente culpables si todos somos actos del se?or.
El libro navega estas cuestiones en un relato que orbita alrededor de un asesino accidental. ¡°Dentro de seis d¨ªas ser¨¦ ingr¨¢vido, asesinado por el estado¡±, escribe Iggy desde la c¨¢rcel, apreciando la iron¨ªa de estar bajo vigilancia de suicidio antes de su ejecuci¨®n. Su voz es limpia y vibrante, como una canci¨®n de Manic Street Preachers en la era del Holy Bible. Su b¨²squeda de trascendencia lleva tatuado el esp¨ªritu de Richey James. ¡°Hice cosas horribles¡±, escribe en sus ¨²ltimas horas. No son las que le llevaron all¨ª. Su triste luminosidad contrasta con el reportaje seco y enga?osamente plano que caracteriza la novela, haciendo flotar sus hallazgos como por descuido. Iggy no sabe por qu¨¦ su anhelo de amor, belleza y familia se volvi¨® de pronto venenoso, pero nosotros s¨ª.
En la tradici¨®n budista, la autoinmolaci¨®n es un sacrificio extremo que busca transmitir un mensaje profundo. La iron¨ªa de su mensaje torcido llega contaminada por el recuerdo de su ¨²nica felicidad. ¡°Como un perro que caza conejos en sue?os, a?oro a Cleo y a Paul¡±, escribe entre barrotes. Antes del incidente, Cleo le habla de ¡°una sensaci¨®n que le sobreviene, algo entre un anhelo continuo y un tumor repentino como una tarde lluviosa cuando brilla el sol o el misterioso zumbido de una calle vac¨ªa por la noche¡±. Qu¨¦ adolescente no conoce esa sensaci¨®n. Encontrar a los otros nos salva y hace brillar nuestras extra?ezas, pero aqu¨ª son encuentros condenados. En Harmony, la p¨¦rdida crece en el coraz¨®n de todas las relaciones como un tumor.
En el Cintur¨®n de la Biblia, intoxicarse de William Faulkner y Gertrude Stein y Emily Dickinson, de ¡°libros sobre viejos trenes con coches cama que viajaban de Venecia a Londres¡±, de historias de Che Guevara y San Francisco de As¨ªs, captura el alma y la condena. La traducci¨®n de Inmaculada C. P¨¦rez Parra, traductora tambi¨¦n de Anne Carson y Ottessa Moshfegh, consigue no s¨®lo manifestad el extra?o encantamiento del original sino que, en algunos momentos, lo eleva por encima de sus ambiciones. Un libro corto y bonito que te parte el coraz¨®n.
Las horas antiguas
Traducci¨®n de Inmaculada C. P¨¦rez Parra
Gatopardo, 2024
144 p¨¢ginas. 17,95 euros
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