Todos los libros del presidente

Estados Unidos ha alumbrado una vasta y rica bibliograf¨ªa presidencial. Sus l¨ªderes han sentido tradicionalmente una particular obsesi¨®n sobre su trascendencia en la historia, sobre el relato que se har¨¢ de ellos. Algunos deciden escribirlos en primera persona, como Barack Obama o el general Ulysses Grant. En otros casos, son estrechos colaboradores los que dan fe de las horas cr¨ªticas, como el famoso A Thousand Days, de Arthur M. Schlesinger, sobre John F. Kennedy. Y abundan, claro est¨¢, las investigaciones de terceros. Si el trabajo se hace bien, constituyen algo m¨¢s que narraciones de individuos en el poder, son retratos de un tiempo y una sociedad. Parafraseando un t¨ªtulo de Philip Roth, son la gran novela de Estados Unidos.

Robert Caro, de 88 a?os, lleva d¨¦cadas trabajando en la biograf¨ªa de Lyndon Johnson, de la que lleva publicados cuatro vol¨²menes desde 1982, con el quinto y ¨²ltimo sin terminar. Utiliza para ello una m¨¢quina de escribir antigua y un proceso de investigaci¨®n tan exhaustivo y ¨¦pico que sus notas y material de trabajo se han convertido, literalmente, en material de museo. Si esta saga resulta legendaria en la bibliograf¨ªa de presidentes de Estados Unidos es porque The Years of Lyndon Johnson es muchas cosas a la vez: representa una exploraci¨®n profunda del poder, un manual de pol¨ªtica y tambi¨¦n de psicolog¨ªa, un recorrido por 40 a?os de historia y, sobre todo, un estudio del efecto del poder sobre los no poderosos. Esto ¨²ltimo es tal vez la mayor se?a de identidad de la obra de Caro, junto con el cuidado del estilo.

¡°La calidad de la escritura importa tanto en la no ficci¨®n como en la ficci¨®n, el ritmo es muy importante. Si quieres hacer que se lea algo sobre c¨®mo funciona el poder, que t¨² crees necesario que a la gente le importe, necesitas escribirlo de un modo interesante¡±, dec¨ªa en una entrevista con este peri¨®dico hace tres a?os.

Es tan vasto el campo de obras presidenciales que uno podr¨ªa escoger hasta un centenar y, aun as¨ª, cualquier lector echar¨ªa en falta alg¨²n t¨ªtulo interesante. As¨ª que estas l¨ªneas renuncian a ser una gu¨ªa, son una selecci¨®n heterodoxa. De no serlo, probablemente no mencionar¨ªamos Promise Me, Dad (prom¨¦teme, pap¨¢), el relato que Joe Biden public¨® en 2017 sobre el a?o de lucha contra el c¨¢ncer de su hijo Beau, fallecido en 2016. En ¨¦l cuenta, por ejemplo, cuando vio a Vlad¨ªmir Putin por primera vez, en 2011. ¡°Se?or primer ministro, le estoy mirando a los ojos. No creo que usted tenga alma¡±, dijo el entonces vicepresidente de la Administraci¨®n de Obama. El otro respondi¨®: ¡°Veo que nos entendemos¡±.

De una lista ortodoxa excluir¨ªamos tambi¨¦n The Art of the Deal, el libro que Donald Trump public¨® en 1987 sobre sus inicios y andanzas como joven tibur¨®n de Manhattan. Pero es necesario leerle contar en primera persona c¨®mo aprendi¨® de joven que, cuando uno llama a una puerta, debe apartarse a un lado y no quedarse plantado enfrente, porque el primer trabajo que hizo para su padre, constructor, consist¨ªa en ir a cobrar los alquileres morosos y, si la cosa se pon¨ªa fea, se pod¨ªa llevar un disparo.

Cualquier selecci¨®n, de todos modos, caduca enseguida, porque la producci¨®n de obras crece cada a?o, tanto de los l¨ªderes m¨¢s recientes como de los antiguos. ?Creemos, por ejemplo, que ya no existe nada nuevo que contar sobre Reagan? Pues Max Boot, autor e historiador de origen ruso nacionalizado estadounidense, ha lanzado recientemente una biograf¨ªa valiosa, Reagan. His Life and Legend, en la que trata de analizar si la revoluci¨®n reaganiana conten¨ªa las semillas del actual trumpismo.

Bob Woodward, el reportero que destap¨® el caso Watergate junto a Carl Bernstein, ha escrito sobre todos los presidentes de su tiempo. Sus libros son cr¨®nicas exhaustivas sobre lo que ocurre en la trastienda del poder durante periodos del mandato, con di¨¢logos, y escenograf¨ªas descritas con tal detalle que parecen llevar al lector de paseo por los despachos.

¡°Peter Navarro [asesor en Comercio] entr¨® en el Despacho Oval para una reuni¨®n no programada con el presidente.

¡ªLo ¨²nico que hemos hecho es retirarnos del TPP ¡ªdijo el presidente del Acuerdo Transpac¨ªfico¡ª. ?Por qu¨¦ no hemos hecho nada m¨¢s en comercio?

¡ªEl proceso del secretario de personal est¨¢ parando todo ¡ªrespondi¨® Navarro.

¡ªMadeleine, que venga Rob ahora mismo.

Rob Porter corri¨® escaleras arriba hacia el Despacho Oval¡­¡±.

Y de ah¨ª surgi¨® aquel documento de 180 p¨¢ginas que Trump deb¨ªa firmar para notificar la ruptura del hist¨®rico acuerdo comercial de Am¨¦rica del Norte, el NAFTA, seg¨²n relata Woodward en Miedo (2018).

De la Administraci¨®n de Trump ha publicado tres piezas en solitario: el citado Miedo, Rabia (2020) y Guerra (2024). Junto al reportero Robert Costa sac¨® tambi¨¦n en 2021 Peril, que aborda el turbulento proceso de transici¨®n entre la Administraci¨®n de Donald Trump y la de Joe Biden. El trabajo del veterano periodista ha generado algunas pol¨¦micas interesantes, por ejemplo, sobre el uso de fuentes no identificadas, esas con las que ayuda a construir las secuencias minuto a minuto. En una entrevista con EL PA?S, a prop¨®sito del primer t¨ªtulo, Woodward se defendi¨®: ¡°Cuando yo digo ¡®5.15. Martes. 18 de julio en la oficina del jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Entra esta gente. Dicen esto¡­¡¯, el hecho est¨¢ descrito, no hay nada an¨®nimo en ello. Lo que no desvelo es de d¨®nde lo saco¡±.

Y gener¨® un debate period¨ªstico muy valioso con Rabia, el libro en el que Trump admit¨ªa la peligrosidad de la pandemia de covid en las conversaciones con el periodista al mismo tiempo que, en p¨²blico, le quitaba hierro. Si en ruedas de prensa dec¨ªa cosas como ¡°pr¨¢cticamente lo hemos parado¡± (2 de febrero de 2020) o ¡°nada se cierra por la gripe¡± (9 de marzo), a Woodward le dec¨ªa el 7 de febrero: ¡°Es muy delicado. Es m¨¢s mortal incluso que una gripe intensa. Es algo mortal¡±. ?Debe el periodista guardarse esa informaci¨®n hasta publicar su jugoso libro siete meses despu¨¦s?

Entre los t¨ªtulos que se centran en periodos concretos de la historia merece la pena mencionar Thirteen Days (trece d¨ªas) sobre la crisis de los misiles de Cuba, en 1962. Esas horas durante las que el mundo se tambale¨® suponen un interesante estudio sobre la toma de decisiones, aunque sea visto a trav¨¦s de unos ojos parciales. El autor es Robert F. Kennedy, hermano del presidente Kennedy y testigo de esas aciagas jornadas.

Porque la bibliograf¨ªa de los presidentes de EE UU es mayoritariamente una historia de hombres ¡ªentre los cl¨¢sicos proliferan los autores masculinos¡ª hablando sobre, l¨®gicamente, hombres, pues no ha alcanzado a¨²n ninguna mujer el puesto m¨¢s poderoso. Bueno, esto es t¨¦cnicamente incorrecto: Kamala Harris no solo puede ser la mujer presidenta de Estados Unidos, sino que ya lo fue, durante 85 minutos, el 19 de noviembre de 2021, mientras Biden fue sedado para someterse a una revisi¨®n m¨¦dica. Este episodio se contar¨¢ en pr¨®ximos libros.

Muchas figuras femeninas desempe?an un papel capital en los relatos de presidentes, pero no solo por los altos cargos que empezaron a ocupar en el transcurso de la historia (de Madeleine Albright a Condoleezza Rice, pasando por Frances Perkins, secretaria de Empleo en los a?os treinta con Franklin Delano Roosevelt), sino tambi¨¦n por su rol entre bambalinas. Caro habla por ejemplo de Alice Glass, la m¨¢s relevante de las m¨²ltiples amantes que tuvo Johnson a lo largo de su vida, quien fue pareja sexual poco tiempo pero consejera ¨¢ulica durante d¨¦cadas. ?Y se podr¨ªa comprender la presidencia de Franklin Delano Roosevelt sin hablar de Eleanor Roosevelt? Uno de los must de cualquier biblioteca presidencial que se precie es No Ordinary Time. Franklin and Eleanor Roosevelt: The Home Front in World War II (1995), de Doris Kearns Goodwin, centrada en los dos personajes. Convertido en un superventas de la d¨¦cada y ganador del Pulitzer de Historia de 1995, el libro se enfoca en la relaci¨®n del matrimonio y su impacto en los tumultuosos a?os de la guerra, los grandes programas econ¨®micos y las primeras bases de la democracia social moderna. ¡°Eleanor hab¨ªa sido incapaz de compartir el optimismo de su marido, ella estaba constantemente preocupada sobre c¨®mo quedar¨ªa Am¨¦rica al terminar la batalla, si los valores humanos y liberales que hab¨ªan animado el new deal se estaban sacrificando por necesidades de la guerra. Pero en oto?o de 1945, cuando comenz¨® a viajar por el pa¨ªs, se dio cuenta de que la naci¨®n hab¨ªa dado m¨¢s pasos hacia la justicia social durante la guerra que durante el new deal¡±, escribe.

Hay un libro delicioso sobre el poder de las primeras damas de la era moderna. First Women (2016), de Kate Andersen Brower, repasa las aventuras y desventuras de todas las esposas de los presidentes desde Jacqueline Kennedy hasta Michelle Obama, pasando por Lady Bird Johnson, Pat Nixon, Betty Ford, Rosalynn Carter, Nancy Reagan, Barbara Bush, Hillary Clinton o Laura Bush. Brower, periodista que cubri¨® el primer mandato de Obama para Bloomberg, aborda la involucraci¨®n en la pol¨ªtica de Carter o Clinton, la historia de lucha contra el alcoholismo de Ford, as¨ª como las amistades y agravios entre ellas.

Tambi¨¦n chismorreos, como cuando Barbara Bush, la ¨²nica de ellas madre y esposa de presidente, le aconsej¨® a su nuera Laura: ¡°Nunca critiques los discursos de tu marido, solo te causar¨¢ problemas¡±.

La inquietud por la huella en la historia es palpable en uno de los mejores narradores que ha acogido la Casa Blanca, Barack Obama. Su inclinaci¨®n hacia la literatura, hacia el relato, forma parte de su cualidad pol¨ªtica y es apreciable en sus discursos y tambi¨¦n en sus escritos. En 1995, mucho antes de salir a la escena nacional, public¨® Dreams from My Father, un libro sobre su origen familiar, africano y estadounidense, y result¨® superventas. En 2020 lanz¨® el primer volumen de sus memorias presidenciales, Una tierra prometida, que arranca con su forja como animal pol¨ªtico, abre de forma prudente la intimidad familiar y hace un delicado ejercicio de cr¨ªtica y defensa del papel de Am¨¦rica en el mundo. Y todo fluye con sentido, como en las grandes novelas.