¡®Animales peque?os¡¯ de Mercedes Duque Espiau: sexo posrom¨¢ntico y desidia de la generaci¨®n millenial
La protagonista de esta primera novela, con atenci¨®n a los peque?os detalles, se pregunta hist¨¦ricamente sobre su identidad y la p¨¦rdida
La primera vez que se siente la posibilidad de una enfermedad de transmisi¨®n sexual es una experiencia fundacional. Cualquiera que haya crecido en un contexto liberal, tiene acceso desacomplejado a la informaci¨®n y al sexo, pero llega un d¨ªa en que lo que parec¨ªa una lista de peligros arbitrarios cobra un poder funesto. Se podr¨ªa decir que en ese momento llega la conciencia adulta, y Rita, la protagonista de Animales peque?os, est¨¢ al borde de descubrirlo.
En las p¨¢ginas de la primera novela de Mercedes Duque Espiau hay muchas m¨¢s p¨ªldoras del d¨ªa despu¨¦s, test de embarazo y pruebas de enfermedades ven¨¦reas que en la media de la narrativa actual. Su protagonista y narradora, Rita, tiene veintipocos, malvive como camarera en Londres, encadena encuentros sexuales ap¨¢ticos, tiene una adicci¨®n funcional a la coca¨ªna y echa de menos la liviandad de la adolescencia. Lo que mueve la novela es la decadencia aparentemente insalvable de sus dos ¨²nicas relaciones profundas en la ciudad y en la vida, su amiga Lis y su hermana Eva. Y Rita es de esos personajes desasosegadores para un lector con nervio: permite que todo vaya a la deriva sin inmutarse demasiado mientras, como si se sentara ante un psic¨®logo imaginario, se pregunta hist¨¦ricamente qui¨¦n es y qu¨¦ versi¨®n de su historia la ha llevado hasta aqu¨ª.
Duque ha dicho alguna vez que escribe sobre la juventud porque es cuando aparece la conciencia del pasado y del futuro, y en Animales peque?os consigue narrar bien el sentimiento de suspensi¨®n de ese momento. La acci¨®n es lenta, a veces desesperantemente, porque el nudo de la protagonista es enrevesado. Parece que se resista a deshacerlo del todo porque la ¨²nica salida posible implica dejar algo atr¨¢s y empezar a mirar hacia fuera de si misma.
De Animales peque?os se dir¨¢ que es una novela generacional porque tiene todo lo que tiene que tener: separaci¨®n narcisista del mundo, referencias a series de televisi¨®n de inicio de siglo (entre ellas Girls, emblema milenial), sexo posrom¨¢ntico, mediocridad, desidia y nada de la frivolidad desenfadada de los que han venido despu¨¦s. De hecho, hay un fragmento que parece un gui?o a Mi a?o de reposo y relajaci¨®n, de Ottessa Moshfegh, novela favorita de j¨®venes desencantadas: ¡°Podr¨ªa dormir durante un a?o entero. Que me despierten el pr¨®ximo marzo, que se me atrofien los m¨²sculos de no moverlos, que venga la televisi¨®n brit¨¢nica y graben un reportaje titulado La chica que hibern¨®¡±.
El clich¨¦ es tan conocido que habr¨ªa tenido gracia un poco m¨¢s de comedia al respecto, pero lo mejor de Mercedes Duque est¨¢ en lo m¨¢s peque?o. Las situaciones y los personajes, tambi¨¦n los secundarios, tienen profundidad gracias a gestos precisos (¡°m¨¢s de una vez la he visto retorcer el gesto con una pena controlada, como si las cosas fueran menos tristes cuando se las domestica¡±) y a s¨ªmiles que de tan alejados son concretos (¡°los nombres de las enfermedades y sus s¨ªntomas est¨¢n escritos en letras alargadas y negras, igual que un coche f¨²nebre¡±). La mayor¨ªa, ah¨ª la gracia, son de animales peque?os (¡°su amiga la que liba de cualquier sustancia que le ofrezcan sin preguntar, como si fuera un abejorro en un jard¨ªn¡±, ¡°su polla se convierte en una anguila atrapada en una red¡±, ¡°con el r¨ªmel corrido alrededor de los ojos, ¨¦ramos dos mapaches hambrientos¡±). Recuerda a La reina del baile (Anagrama), de la argentina Camila Fabbri, porque tambi¨¦n all¨ª los animales son un recuerdo de que, sin la conciencia de futuro ni de la posibilidad de p¨¦rdida, una existencia m¨¢s elemental y anestesiada es posible. Sentada en un hospital, Rita fantasea con ella, pero nosotros sabemos que el instinto m¨¢s natural es el que pide luchar por la soberan¨ªa y cambiar de vida.
Animales peque?os
Tusquets, 2025
208 p¨¢ginas
18,90 euros
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