Cuallad¨®, gran catalizador de la fotograf¨ªa en Espa?a

De Gabriel Cuallad¨® (Massanassa, Valencia, 1925-Madrid, 2003), siempre se ha dicho que fue un gran catalizador de la fotograf¨ªa. Un adelantado a su tiempo, que no solo lograr¨ªa renovar el lenguaje visual, servir como un puente entre lo amateur y lo profesional y promover el reconocimiento del medio como una disciplina art¨ªstica, sino que en su labor como coleccionista y archivista cre¨® conexiones entre su obra y la fotograf¨ªa internacional, enriqueciendo el desarrollo de la fotograf¨ªa en Espa?a.

De esto da cuenta con precisi¨®n la exposici¨®n Cuallad¨®: archivo / obra, celebrada en el IVAM. Una muestra que, partiendo de una investigaci¨®n de los fondos del autor presentes en la colecci¨®n del museo, presenta cuatro proyectos, realizados desde finales de los cincuenta hasta los noventa, con una parte del archivo del fot¨®grafo, compuesta por correspondencia, fotomontajes, polaroids, y otros documentos de naturaleza diversa, as¨ª como de su fant¨¢stica biblioteca y su colecci¨®n de fotograf¨ªas.

¡°La importancia de Cuallad¨® en la colecci¨®n de IVAM va en paralelo con la importancia de la fotograf¨ªa en el museo. As¨ª, a lo largo de los a?os se han sucedido compras, dep¨®sitos y donaciones tanto de su obra como de su archivo¡±

Sandra Moros, comisaria

Contaba Tom¨¢s Llorens, impulsor, fundador y primer director del museo valenciano, que, a Cuallad¨®, a pesar de ser un hombre corpulento, cuando caminaba, no se le o¨ªa. ¡°Buscaba ese momento de ensimismamiento que tiene el visitante del museo cuando de repente un cuadro le llama la atenci¨®n¡±. Llorens admiraba su obra, la profundidad de su mirada austera libre de todo artificio. As¨ª, de igual forma que la incorporaci¨®n de la fotograf¨ªa en las colecciones del IVAM, a mediados de los ochenta, est¨¢ profundamente relacionada con la visi¨®n fundacional de la instituci¨®n ¡ªatendiendo a una disciplina art¨ªstica no abordada con regularidad en Espa?a¡ª, desde sus comienzos el museo estableci¨® una relaci¨®n muy cercana con el fot¨®grafo, y el mismo a?o de su apertura le dedica una exposici¨®n individual. ¡°Una de las primeras obras que entra en el IVAM es el proyecto de La Albufera; un encargo de la Conselleria de Cultura, Educaci¨® i Ciencia que podemos ver en la muestra¡±, destaca la comisaria, Sandra Moros. ¡°La importancia de Cuallad¨® en la colecci¨®n de IVAM va en paralelo con la importancia de la fotograf¨ªa en el museo. As¨ª, a lo largo de los a?os se han sucedido compras, dep¨®sitos y donaciones tanto de su obra, como de su archivo¡±.

Compuesta por 180 fotograf¨ªas y numerosos documentos, la exposici¨®n se divide en dos plantas. En la planta baja, una gran mesa re¨²ne parte del archivo y una selecci¨®n de la biblioteca, adquirida por el museo en 2022 y compuesta por 1.506 ejemplares. La biblioteca del fot¨®grafo fue un lugar donde acceder a muchos trabajos in¨¦ditos en Espa?a, desde la primera edici¨®n de Los Americanos, de Robert Frank, o las ciudades de William Klein, a monograf¨ªas de autores japoneses de los a?os cincuenta y sesenta, o revistas internacionales. ¡°Era la biblioteca m¨¢s importante que exist¨ªa en nuestro pa¨ªs sobre fotograf¨ªa y sirvi¨® de consulta privilegiada a otros fot¨®grafos¡±, destaca Moros.

Los documentos que componen su archivo son de diferente ¨ªndole, pero ordenados de forma cronol¨®gica permiten ver la evoluci¨®n del fot¨®grafo. Como lo hace el manual What is Family Photography?, que nos remite a 1951, cuando nace su primer hijo y compra su primera c¨¢mara; as¨ª, de su entorno familiar saldr¨¢n algunas de sus mejores fotos. Cargadas de una melancol¨ªa subyacente dan otro giro a la realidad. Un art¨ªculo publicado en Diario 16, destaca The Family of Man, de Edward Steichen, como su libro de cabecera. Tambi¨¦n se pueden encontrar algunos de sus escritos y publicaciones, como la rese?a sobre el monogr¨¢fico American Photographs de Walker Evans, editado por el MoMA. ¡±Los documentos gr¨¢ficos de Evans no dejan de ser realidades concretas y siempre documentales impresionantes por su autenticidad¡±, escrib¨ªa Cuallad¨® en Cuadernos de Fotograf¨ªa, apuntando a esos ¡°detalles humanizados y a una visi¨®n aut¨¦nticamente poetizada¡±, que no dejan de referirnos a su propia obra. ¡°Cuando no est¨¢ presente la figura del hombre lo est¨¢ su huella, su presencia presentida, dir¨ªa, casi tangible, flotando en todos los detalles¡±.

Destacan los recortes y fotomontajes, que se muestran por primera vez. Proceden, en su mayor¨ªa, de revistas americanas como Vogue o Life, ¡°En ocasiones recortaba solo una imagen que pega en una p¨¢gina¡±, explica la comisaria. ¡°Otras veces har¨¢ una composici¨®n con distintos elementos, como podr¨ªan ser los textos de la misma revista; o combinar¨¢ im¨¢genes que generen di¨¢logos. Se trata de una forma de construcci¨®n de im¨¢genes que conviven con sus primeras d¨¦cadas de producci¨®n fotogr¨¢fica¡±.

Abordar la obra de Cuallad¨® desde la perspectiva del archivo ha permitido ofrecer lecturas in¨¦ditas. ¡°Tiene muchas influencias de la fotograf¨ªa de moda. A pesar de que era un g¨¦nero denostado, se puede observar c¨®mo se trata de una de sus fuentes principales¡±, destaca Moros. ¡°Es algo que se va reflejando en la evoluci¨®n de su obra. Se advierten m¨¢s referencias a Irving Penn y a Klein que a Frank. Nunca le convenc¨ªan las comparaciones que se establec¨ªan con el fot¨®grafo suizo, de ello queda constancia en su correspondencia. Cuando se publica Los Americanos, en 1958, ¨¦l ya llevaba tiempo fotografiando¡±.

En su tarjeta de visita pon¨ªa ¡°fot¨®grafo amateur¡±. Sin embargo, llegar¨ªa a ser el primer Premio Nacional de Fotograf¨ªa, en 1994. Su vida personal estaba totalmente vinculada a la profesional. De forma que, cuando, en 1968, toma las riendas de la empresa de transportes familiar, producir¨¢ menos fotograf¨ªa y se centrar¨¢ m¨¢s en la escritura. Se incluye una selecci¨®n de polaroids. Realizadas a partir de los a?os ochenta, reflejan su entorno familiar, plantas, objetos cotidianos y a sus seres cercanos. Son im¨¢genes con una factura muy diferente a la que nos tiene acostumbrado el artista.

¡°En su forma de comprar, en sus peque?os tic o pulsiones se puede observar como iba evolucionando una parte de su producci¨®n fotogr¨¢fica¡±

Sandra Moros, comisaria

La muestra tambi¨¦n destaca su faceta de editor, as¨ª como la de pionero como coleccionista de fotograf¨ªa en Espa?a. Lleg¨® a reunir 900 obras que en su conjunto dan cabida a una variedad de gustos, m¨¢s all¨¢ de la fotograf¨ªa antropol¨®gica. La primera obra que compr¨® fue de Dorothea Lange. Encontraremos fotograf¨ªa americana de los a?os treinta, tambi¨¦n a August Sander, a Cartier-Bresson, a Aaron Siskind y a Diane Arbus, junto a espa?oles como Toni Catany o Pilar Peque?o. ¡°En su forma de comprar, en sus peque?os tic o pulsiones se puede observar como iba evolucionando una parte de su producci¨®n fotogr¨¢fica¡±, advierte la comisaria.

Los retratos de los a?os cincuenta, sesenta y setenta reflejan una forma de trabajar muy libre donde se advierte un claro inter¨¦s por la figura humana. ¡°Era muy intuitivo, y no dudaba en romper encuadres y utilizar de una forma muy atrevida los negros. Buscaba siempre simplificar. En su obra podemos observar gui?os a muchos autores que est¨¢n en su colecci¨®n¡±.

Boda de Ram¨®n Massats y Montse Santamar¨ªa (1959) es uno de sus reportajes ¡ªhaciendo uso del t¨¦rmino utilizado por el autor¡ª m¨¢s desconocidos, donde documenta la boda del fot¨®grafo Ram¨®n Masats. ¡°La influencia de la fotograf¨ªa de moda, est¨¢ muy presente en el tratamiento de los tejidos, y las formas de los vestidos¡±, apunta Moros. ¡°Le hubiera gustado dedicarle una exposici¨®n, pero no lo consigui¨®. Lo consideraba muy diferente al resto y se puede afirmar que es un reportaje que muestra las caracter¨ªsticas de Cuallad¨® en el proceso de construcci¨®n de sus im¨¢genes, con sus encuadres at¨ªpicos, como una foto de la novia en la que prescinde de su cabeza; u otra en la que el primer plano lo ocupa el monaguillo y no los novios¡±.

En L¡¯Albufera, Visi¨®n Tangencial (1985) se muestran tanto las diez fotograf¨ªas que formaron parte del proyecto final como los descartes, lo que permite visibilizar el criterio del fot¨®grafo en la realizaci¨®n del proyecto, dentro de un contexto determinado. En Els paisatges de Joanot Martorell, Gandia i la Safor (1990), el fot¨®grafo teje una especie de espacio secreto compartido con sus modelos. Real Sociedad Fotogr¨¢fica, (ca. 1979-1982), juega con las simetr¨ªas, la imagen dentro de la imagen y las dualidades dentro de distintos espacios acotados.

Cuallad¨® siempre busc¨® el azar sin forzarlo, en un ejercicio de total honestidad. Quiz¨¢s por eso, tal y como apuntaba J. M. Casademont en la revista Imagen y Sonido: ¡°Sus fotos no parecen pensadas para ser ense?adas a los dem¨¢s, sino realizadas como un acto de introspecci¨®n, casi biol¨®gico o si se quiere casi m¨ªstico. As¨ª resulta de los escas¨ªsimos fot¨®grafos actuales en los que es posible contemplar, como en un acuario, la terrible lucha interior del hombre de hoy¡±.

Cuallad¨®: archivo /obra. IVAM. Valencia. Hasta el 18 de enero.