El primer verano de nuestra nueva vida
Relato en primera persona de lo que nos depara este a?o la estancia en la playa, el chapuz¨®n en la piscina o la paella en el chiringuito

Este a?o, el t¨®pico de ¡°bien merecidas vacaciones¡±, cuya idoneidad siempre he discutido ¡ªen todas las escalas del mercado laboral hay p¨ªcaros y gandules que no las tienen bien merecidas¡ª, no puede ser puesto en entredicho. En el verano de 2020, despu¨¦s de una primavera de estricto confinamiento, en que nos hemos sentido amenazados o afectados por la enfermedad, separados de muchos seres queridos y socavados en nuestra econom¨ªa, todos nos merecemos unos d¨ªas de desconexi¨®n y disfrute en compa?¨ªa de personas beneficiarias de nuestro afecto. Lo cual implica una dolorosa paradoja: justo cuando m¨¢s necesitamos ese tiempo de asueto, m¨¢s incompleto va a resultar, y m¨¢s mermado va a estar por las adversas circunstancias. Si a eso unimos las irritantes molestias inherentes a todo descanso estival, haremos bien en mirar con escepticismo aquello que este veraneo puede depararnos.
Como si lo de ponerse una camiseta sobre la piel cubierta por una costra de sal non fuera suficiente
S¨ª, porque las vacaciones acarrean muchos inconvenientes, incluso en condiciones normales. Ese veraneante al que ves jugando dichoso en la arena con sus hijos, leyendo pl¨¢cidamente bajo la sombrilla, degustando una paella en un chiringuito o tomando un combinado en una terraza por la noche, ha tenido que pasarlas canutas para poder alcanzar cualquiera de esas variantes de cl¨ªmax canicular. Ha debido llevar el coche al taller y gastarse un dineral en la puesta a punto; hacer las maletas, tarea en la que solo los masoquistas encuentran gozo; realizar un viaje, puede que largo y en coche, que le habr¨¢ dejado baldado; por no hablar de las fastidiosas vicisitudes que rodean la propia estancia en destino: la arena que se te mete hasta en lo m¨¢s rec¨®ndito de tu anatom¨ªa, las picaduras de medusa, los batacazos en las olas, el puntual estre?imiento, los kilos de m¨¢s... Demasiado engorro, en mi opini¨®n, para, total, comer un arroz normalito en un bar con mantel de papel y refrescarse en agua marina, que te deja la piel recubierta por una costra de sal, aboc¨¢ndote a una de las sensaciones m¨¢s desagradables que puede experimentar un ser humano: ponerse despu¨¦s una camiseta encima.
Opino que es por esto por lo que tendemos a exagerar las bondades de nuestro veraneo. ?Magn¨ªfico hotel! ?Playa paradisiaca! ?La mejor paella del mundo! De ese modo, nos decimos que ha merecido la pena el esfuerzo, porque si hotel, playa y paella fueran del mont¨®n, al poner sacrificio y placer en la balanza nos dar¨ªamos cuenta de que hemos obtenido el mismo beneficio que si nos hubi¨¦ramos quedado en casa tan tranquilos sin necesidad de acometer labores tan estresantes. Bueno, pues a esta ristra de contrariedades hay que unir este a?o otras.

La primero es superar la peque?a aventura que comporta todo viaje
El 50% de los espa?oles prefieren el coche como medio de transporte en desplazamientos vacacionales de menos de 400 kil¨®metros, seg¨²n una encuesta de 2019 del Ministerio de Fomento. Para distancias mayores, el avi¨®n es el rey. Trenes y autobuses completan las opciones. Jos¨¦ Antonio L¨®pez Guerrero, neurovir¨®logo y profesor de Biolog¨ªa Molecular de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, opina que el coronavirus no debe condicionar la elecci¨®n de medio de transporte: ¡°Viajar en uno colectivo no supone mayor peligro si vamos con mascarilla y evitamos coincidir en espacios peque?os con personas que no son de nuestro entorno. Ir en coche con la familia siempre entra?ar¨¢ menos riesgo, pero su siniestralidad es mayor que la del tren, por lo que un riesgo se sustituye por otro¡±.
En mi caso, viajaremos en coche mis hijas y yo, coyuntura que se me antoja dram¨¢tica, pues he de ejercer de conductor, copiloto, animador infantil y vigilante jurado, para evitar que se l¨ªen a pu?etazos por el control de la tablet. Sin embargo, desde el punto de vista sanitario, es un alivio; podr¨ªa resultar m¨¢s problem¨¢tico compartir coche con amigos. ¡°Normalmente, las transmisiones de la enfermedad se producen por contactos estrechos¡±, dice Javier Arranz, miembro del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). ¡°Estar hablando con alguien a menos de dos metros y durante un cuarto de hora: eso es lo que debemos evitar. En contactos continuados, como puede ser un viaje a la playa en coche con personas con las que no se convive habitualmente, hay que llevar mascarilla. Muchas horas, juntitos y sin mascarilla porque somos un grupo de amigos... Es ah¨ª donde est¨¢ el riesgo¡±.

Antes de desplazarme a ese agobiante lugar que llaman playa, aprovecho para bajar con mis hijas unos d¨ªas a la piscina de la urbanizaci¨®n. Pero me encuentro con que este a?o funciona con cita previa y por turnos horarios para evitar aglomeraciones; los primeros d¨ªas me toca por la ma?ana temprano y a ¨²ltima hora de la tarde, que son los momentos en que por nada del mundo me dar¨ªa un chapuz¨®n: no tolero el salir del agua para estar a la sombra. Pero si me animara, hacer unos largos puede considerarse seguro, me aclara Joan Grimalt, qu¨ªmico e investigador del Instituto de Diagn¨®stico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) del CSIC: ¡°Este es uno de los virus menos resistentes en sistemas acu¨¢ticos. Adem¨¢s, el cloro, que es un desinfectante que por normativa sanitaria se echa para eliminar cualquier tipo de infecci¨®n, desactiva el virus. Tambi¨¦n la sal marina¡±.
Ya, pero como soy hipocondriaco, y s¨¦ muy bien que las piscinas (tambi¨¦n las playas) agilizan en algunos la expulsi¨®n de babas y mucosas, temo que estas puedan contagiarme. El profesor Grimalt me tranquiliza: ¡°Si una persona contagiada traga agua y la escupe, es muy improbable que lo que tira tenga virus activo. Se ha descrito que en las aguas residuales con ARN [¨¢cido ribonucleico, o material gen¨¦tico del virus] procedente de las heces de personas infectadas, no hay ning¨²n caso de contagio de trabajadores de plantas de aguas residuales por el hecho de trabajar all¨ª. Eso en un agua de m¨¢xima capacidad de infecci¨®n, en las peores condiciones; si encima le ponemos sal o cloro, la posibilidad de contagio por el agua parece ser muy remota¡±.
La piscina de la urbanizaci¨®n va por turnos. Me tocan las horas a las que jam¨¢s me ba?ar¨ªa: primera y ¨²ltima del d¨ªa. Si me animara, los expertos insisten en que es seguro
Las playas van a contar con control de acceso. Imagino el hondo pesar que esto causar¨¢ a esas personas que llegan a ¨²ltima hora de la ma?ana y, sorteando cuerpos semidesnudos, se plantan en primera fila. El que se asegure una menor afluencia y, por tanto, un per¨ªmetro de seguridad entre veraneantes, no solo nos evitar¨¢ la papeleta de tener el pie de tu convecino pegado a tu nariz mientras tomas el sol, sino que prevendr¨¢n el contagio. Como se?ala el Informe sobre la transmisi¨®n del SARS-CoV-2 en playas y piscinas, del CSIC, ¡°la principal v¨ªa de transmisi¨®n del SARS-CoV-2 en playas, r¨ªos, lagos y piscinas es a trav¨¦s de secreciones respiratorias que se generan con la tos y los estornudos y el contacto de persona a persona, por lo que deben mantenerse as recomendaciones generales relativas a cualquier otro lugar¡±.
Es de esperar que la distancia social pueda mantenerse en la arena, pero ?en el agua? Los revolcones han propiciado relaciones interpersonales m¨¢s ¨ªntimas que las que algunos tendr¨¢n en todo el verano con sus parejas. Las autoridades sanitarias definen como contacto de riesgo aquella que se da entre personas que est¨¢n a menos de un metro y medio de distancia y durante un tiempo inferior a 15 minutos. Excepto cuando estamos relajados en nuestro trozo de arena, la proximidad con otros se presupone ef¨ªmera. ¡°Es una cuesti¨®n de tiempo de contacto¡±, subraya Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d¡¯Hebron y portavoz de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica (Seimc). ¡°Si yo me cruzo en la playa con otra persona, puedo hacerlo a menos de metro y medio. Tambi¨¦n en el agua, donde no hay virus¡±.

Quiero a mis hijas, pero no tenderme en arena a hacer castillitos
Por lo general, aborrezco tirarme al suelo en cualquier situaci¨®n; imag¨ªnese cuando exige rebozarse en barro. Contemplo a aquellos padres que lo hacen con una mezcla de admiraci¨®n y odio por el mal lugar en el que me dejan. Yo prefiero que mis ni?as jueguen con los ni?os de la sombrilla de al lado..., lo que conlleva que interact¨²en sin distancia de seguridad y durante un largo periodo de tiempo. Sobre este particular, Arranz se pronuncia as¨ª: ¡°En principio no deber¨ªamos permitirlo, y tomar las mismas precauciones que en las escuelas. Habr¨¢ que estar m¨¢s encima de los ni?os para que no se acerquen a otros, si son desconocidos¡±. Grimalt: ¡°Si son ni?os del mismo grupo familiar, pueden jugar juntos; si se juntan con otros que no conocen o hace tiempo que no ven, hay posibilidades de contagio. Lo mejor es que no lo hagan¡±. En fin, que se complicar¨¢ mi rutina de quedarme a la sombra leyendo un libro, pues adem¨¢s de tener que estar ojo avizor para que no se me ahoguen, ahora tambi¨¦n deber¨¦ estar pendiente de que no hagan amistades.
Los paseantes de playa siempre me han parecido un incordio. Avanzan, furibundos, obstaculizando al ba?ista. Este a?o deber¨¢n llevar mascarilla. ?Bien! Conf¨ªo en que eso los disuada
?Qu¨¦ va a ocurrir este a?o con los paseantes de la playa? Denomino as¨ª a quienes gustan de recorrer la orilla en paralelo al mar, nunca he sabido si para hacer ejercicio, para lucir palmito o para ambas cosas; el caso es que en determinadas latitudes, estas personas que no pueden estarse quietas provocan congestiones de tr¨¢fico dignas de un cruce del centro de Madrid en hora punta. Su singular sentido de la marcha choca con el habitual, que consiste en desplazarse perpendicularmente de la arena al agua y viceversa. En algunas playas he visto a nobles ba?istas que deb¨ªan detenerse antes de entrar en el mar porque se les ven¨ªa encima uno de esos furibundos caminantes, a los que no les pidas que se detengan. Siempre me he preguntado: ?qui¨¦n tiene prioridad en esos casos? ?No deber¨ªa ser el ba?ista, pues, al fin y al cabo, est¨¢ haciendo algo que solo puede realizarse en una playa y, a la postre, est¨¢ siendo m¨¢s fiel con el esp¨ªritu playero? ?Uno puede caminar en cualquier parte!
Dado que no est¨¢ establecido por ley un sistema de prioridades, a veces, en playas atestadas, he cre¨ªdo conveniente la instalaci¨®n de sem¨¢foros que regulen tan intenso trasiego. O de barreras, como en los pasos a nivel (Dios no quiera que te arrolle uno de esos transe¨²ntes). Cabe plantearse: si para pasear por la Gran V¨ªa o las Ramblas hay que llevar mascarilla, so pena de multa, ?acaso no deber¨ªan enmascararse obligatoriamente tambi¨¦n dichos inadaptados mar¨ªtimos? ?Qu¨¦ alegr¨ªa si eso les disuadiera! Grimalt me hace ver un rayo de esperanza. ¡°Si uno se va a pasear por la playa, as¨ª como lleva gorra y protecci¨®n solar, ser¨ªa bueno que usara mascarilla. Aun as¨ª, es relativamente improbable un contagio, porque el aire, en la playa, tiene bastantes part¨ªculas de sal debido al aerosol marino. Pero ciertamente hay m¨¢s posibilidad de contagio que cuando mante- nemos la distancia de seguridad¡±, expone.
No hay verano completo sin comida o cena en chiringuito
Visto el tes¨®n con que abrazamos las terrazas en la fase 1, es de esperar que este a?o el furor por colonizar una mesa en la costa supere lo conocido hasta ahora. Aun as¨ª, siempre es preferible sentarse en el exterior. ¡°La misma distancia en espacio cerrado tiene m¨¢s riesgo que en espacio abierto; de cara al verano, siempre que podamos ser¨¢ mejor elegir comer fuera¡±, dice el doctor Almirante. Algunos platos t¨ªpicos de la estaci¨®n solemos pedirlos para compartir. El riesgo de contagio por picotear de una raci¨®n de gambas o pesca¨ªto frito es escaso, dice el neurovir¨®logo L¨®pez Guerrero, y puede minimizarse con sencillas medidas. ¡°Se puede evitar sirvi¨¦ndose cada comensal las gambas en su plato con un tenedor, en vez de cogi¨¦ndolas de la fuente con las manos, o incluso pidiendo al camarero que nos sirva la raci¨®n repartida en distintos platos, uno por cada familia. En cualquier caso, la infecci¨®n se producir¨ªa por no guardar una distancia entre personas m¨¢s que por coger una aceituna. Fraccionar raciones o servirse cada uno en su plato ser¨ªan medidas adicionales¡±, se?ala.

?Preparado entonces para convertir sus vacaciones en una yincana? Ante todo, y como dice L¨®pez Guerrero, sentido com¨²n. ¡°Siempre sera? mejor relajar una medida cuando tenemos otras diez en la cabeza, que pensar que no hay riesgo y acudir a los eventos tranquilo y a lo que surja. Ahi? es donde el virus puede hacerse fuerte en posibles rebrotes¡±.
Lee este y otros reportajes en el nuevo n¨²mero de BUENAVIDA, que regresa el s¨¢bado al quiosco, gratis, con EL PA?S.
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