Multar por no compostar las sobras: ?una soluci¨®n f¨¢cil al problema de los desperdicios?
Si con esto no te convencen de reciclar los desechos org¨¢nicos...
Ni espinas de pescado ni c¨¢scaras de huevo. Ni posos de caf¨¦ ni mendrugos de pan. En el Estado de Vermont no se tira nada. Hoy se cumple una semana de la aprobaci¨®n de una ley que proh¨ªbe tirar alimentos a la basura, y un largo trecho desde 2012, cuando comenz¨® un proceso legislativo dirigido a reutilizar o reciclar el 50% de la basura que antes se considerar¨ªa carne de vertedero. Es la cifra que esperan alcanzar con la prohibici¨®n de tirar la basura org¨¢nica, que deber¨¢ convertirse en compost en el hogar o a trav¨¦s de un servicio. Las autoridades de Vermont conf¨ªan en la buena voluntad de los ciudadanos, otras como las de San Francisco, una referencia en esta filosof¨ªa, impone multas por no hacerlo.
Estas leyes pretenden evitar que los residuos emitan sus gases de efecto invernadero desde los vertederos. Tambi¨¦n son una forma de rebajar la contaminaci¨®n, y un buen tratamiento de la basura org¨¢nica permite que sea reutilizada como abono agr¨ªcola y para obtener biog¨¢s. Todo son ventajas. Entonces, ?por qu¨¦ no se plantea nada similar en Espa?a?
La Uni¨®n Europea dice que, si se hiciera bien con los residuos alimentarios, se reducir¨ªa un 30% el uso de fertilizantesJos¨¦ Manuel Sabucedo, investigador
Para empezar, porque un 72% de los ciudadanos de Vermont hac¨ªan compost en su casa antes de la prohibici¨®n, seg¨²n un estudio de la universidad del estado. La cifra est¨¢ muy lejos de lo que es habitual en Espa?a. ¡°La concienciaci¨®n crece poco a poco, pero a¨²n reciclamos mal. Se tira lo que no se debe a cada contenedor y eso genera problemas¡±, relata el investigador del Instituto Cretus de la Universidad de Santiago de Compostela Jos¨¦ Manuel Sabucedo. Los errores son todav¨ªa m¨¢s comunes cuando se trata del contenedor marr¨®n, al que deben ir los residuos biodegradables y los desechos org¨¢nicos, dice. A pesar de que la Uni¨®n Europea exige la implantaci¨®n de este quinto contenedor en todas las ciudades (que se une a los m¨¢s habituales verde, amarillo, azul y gris), su aterrizaje en Espa?a est¨¢ siendo muy lento. Con Barcelona y Pa¨ªs Vasco a la cabeza, grandes capitales como Madrid, Valencia y Sevilla est¨¢n instal¨¢ndolos poco a poco.
¡°La Uni¨®n Europea dice que, si se hiciera bien con los residuos alimentarios, se reducir¨ªa un 30% el uso de fertilizantes, lo que ser¨ªa muy positivo¡±, indica el acad¨¦mico. Adem¨¢s, el compostaje es una soluci¨®n rentable. Claro que el dinero que genera esta actividad no es un incentivo para quien recoge los platos de la mesa familiar. Si reducir el impacto medioambiental de tirar los restos de comida al vertedero tampoco lo es, ?por qu¨¦ no obligar a hacerlo por ley? O, lo que es lo mismo, ?por qu¨¦ no multar a quien no separe los residuos org¨¢nicos, si eso es bueno para bien com¨²n?
Responder a la cuesti¨®n requiere hacer un complicado ejercicio de confrontaci¨®n. ?Qu¨¦ dir¨ªa un espa?ol y un ciudadano de Vermont al ver que sus vecinos tiran los restos org¨¢nicos en el cubo equivocado? Es dif¨ªcil saber que dir¨ªan en el l¨ªmite de Estados Unidos con Canad¨¢, pero es f¨¢cil anticipar que lo m¨¢s probable es que la respuesta ib¨¦rica no fuese muy en¨¦rgica, que es por donde empieza el cambio. ¡°Para poder penalizar hace falta legitimidad, y a¨²n falta para eso¡±, subraya Sabucedo. ¡°Falta que la gente vea que es un problema real y que, a partir de ah¨ª, cada uno asuma su propia responsabilidad¡±, dice el profesor de psicolog¨ªa social de la universidad gallega, quien subraya que el problema es que existe una difusi¨®n de la responsabilidad en la masa.
Es una situaci¨®n que no ayuda a implementar la agenda pol¨ªtica. Europa pidi¨® que para este a?o se alcanzara el 50% del reciclaje de este tipo de desecho, una cifra que deber¨ªa crecer un 1% al a?o hasta el objetivo del 65%, previsto para 2035. La realidad es que, por ahora, Espa?a solo gestiona bien alrededor del 30% de los desechos. La media europea ronda el 45% y buena parte de los pa¨ªses hicieron ya los deberes con antelaci¨®n. Entre ellos, Alemania (66,1%), Austria (57,6%) y Eslovenia (54,1%). El Plan estatal Marco de Gesti¨®n de Residuos del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico para el periodo entre 2016 y 2022 incluyen el mismo objetivo que la directiva europea.
Gestores o consumidores: ?de qui¨¦n es la culpa?
No todo es dejadez, a lo largo de la geograf¨ªa espa?ola hay iniciativas positivas. Una de ellas es el plan Revitaliza, puesto en marcha por la Diputaci¨®n de Pontevedra con la intenci¨®n de acercar el compostaje a la ciudadan¨ªa. En 2018 fue elegido por la agencia europea Zero Waste Europe como la experiencia medioambiental m¨¢s destacable de Espa?a, recordando que el compostaje con lombrices permite ¡°reducir los residuos en casa y fabricar un excelente abono¡±. En otras comunidades, como Islas Baleares, est¨¢n empezando a potenciar la recogida selectiva de residuos org¨¢nicos. M¨¢s al sur buscan ¡°implantar de forma generalizada la recogida selectiva de residuos org¨¢nicos¡±, como recoge la Ley 8/2018, de 8 de octubre, de medidas frente al cambio clim¨¢tico y para la transici¨®n hacia un nuevo modelo energ¨¦tico en Andaluc¨ªa, aunque a la hora de trasladar ese objetivo a la realidad los pasos, si se dan, son lentos. A nivel estatal, est¨¢ la ley de cambio clim¨¢tico, que el Gobierno ha lanzado como v¨ªa para salir de la crisis del coronavirus.
¡°Leyes para la gesti¨®n de residuos hay, claro. Lo que pasa es que, como muchas otras en este pa¨ªs, o no se cumplen o se cumplen solo a medias¡±, critica Julio Barea, responsable de la campa?a de residuos de Greenpeace, quien cree que los datos que apuntan a que Espa?a recicla bien ¡°est¨¢n manipulados¡±. ¡°No todos los gestores son iguales, hay mucha confusi¨®n, cifras que no se pueden comparar y mucho dinero invertido en patrocinios para lavar la imagen¡±, asegura. El informe ¡®Maldito Pl¨¢stico: reciclar no es suficiente¡¯ recoge que solo uno de cada cuatro envases se recupera. ¡°El sistema de recogida toc¨® techo hace tiempo¡±, dice Barea, quien subraya que si los mares est¨¢n ¡°colmatados de pl¨¢stico¡± y la contaminaci¨®n no deja de crecer es, en parte, por la mala gesti¨®n de los residuos. ¡°Es culpa de las empresas y las administraciones¡±, subraya.
?Y los consumidores? ?Nos libramos? ¡°Tambi¨¦n tienen responsabilidad, por supuesto, pero el sistema les est¨¢ cargando toda la culpa cuando apenas se les dan facilidades¡±, dice Barea. Y pone como caso claro las dificultades para implantar un sistema de devoluci¨®n de envases, los pocos contenedores que existen en las zonas muy pobladas y la falta de informaci¨®n. ¡°Hay una dejaci¨®n de funciones por parte de la administraci¨®n, que ha dejado muchas cosas en manos de la empresa privada, que solo busca beneficios y poco gasto¡±. ¡°La situaci¨®n es insostenible: es todo un desprop¨®sito¡±, concluye el activista de Greenpeace.
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