Ni gorras ni pamelas de rafia: as¨ª ha de ser un sombrero para que de verdad te proteja del sol
La forma, el color y el tejido cuentan
Los dermat¨®logos lo han dejado claro: para cuidar la piel del sol, no basta con echarse crema. La protecci¨®n f¨ªsica es importante. Es decir, evitar estar muchas horas expuesto, ponerse a la sombra, usar gafas, cubrirse con ropa y que no falte un buen sombrero. Este ¨²ltimo es un complemento clave para resguardar una de las zonas m¨¢s expuestas del cuerpo: la cabeza. Todos deber¨ªamos usarlo, aunque los expertos ponen especial ¨¦nfasis en que lo hagan los ni?os, los calvos, y las personas con el pelo claro. En el caso de los primeros, para evitar problemas futuros. Y los otros dos, concluye un estudio de la Universidad de M¨¢laga, tienen mayor riesgo de sufrir lesiones cut¨¢neas.
Al igual que las gafas, es bueno llevarlo puesto incluso en los d¨ªas nublados. S¨ª, aunque parezca que no, el sol tambi¨¦n pega y mucho. As¨ª que si no lo has hecho ya, es hora de plantearse incorporar uno al armario veraniego. Pero, atenci¨®n, si lo que buscamos es una buena protecci¨®n, no vale cualquiera. Estas son las caracter¨ªsticas que hay que tener en cuenta para elegir el adecuado.
Que cubra mucho y bien
En otras palabras no vale uno con un ala excesivamente fina. Recordemos que lo importante es que haga sombra. As¨ª que, cuanta m¨¢s parte de la cara nos tape, mejor. ¡°La mayor parte de c¨¢ncer cut¨¢neo en la cara es en la parte centro facial, lo que llamamos los surcos nasolabiales y el labio superior. Son las zonas m¨¢s sensibles al sol, y la nariz es la que recibe la mayor radiaci¨®n. Lo ideal es elegir un sombrero que como m¨ªnimo cubra esa zona¡±, cuenta Montserrat Fern¨¢ndez Guarino, dermat¨®loga en el Grupo Pedro Ja¨¦n y en el hospital Ram¨®n y Cajal. En otras palabras, el modelo importa y la t¨ªpica gorra de baseball no es la mejor opci¨®n. Si bien protege la cara, deja completamente a merced del sol el cuello y las orejas.
Mejores opciones son los sombreros que cuentan con ala por toda la circunferencia de la cabeza. Por cierto, debe ser como m¨ªnimo de tres cent¨ªmetros. La cl¨¢sica pamela playera es un excelente ejemplo, aunque quiz¨¢s algo exagerada para ir por la calle. Existen otros modelos que tambi¨¦n cumplen con este requisito, como son el sombrero panam¨¢, el canotier veneciano o el cordob¨¦s, seg¨²n recomienda el gobierno australiano. Y saben de lo que hablan, es el pa¨ªs m¨¢s cercano al agujero m¨¢s grande de la capa de ozono, por lo que est¨¢n m¨¢s desprotegidos a la radiaci¨®n ultravioleta. Esto los convierte en una poblaci¨®n tres veces m¨¢s propensa a padecer c¨¢ncer de piel que cualquier otro ciudadano del planeta, seg¨²n un estudio del Instituto Australiano de Salud y Bienestar.
El color y el material importan
Todos hemos visto im¨¢genes de tuaregs atravesando el desierto enfundados en sus turbantes de color azul o negro, y solo verlo produce un sofoco considerable. Sin embargo, esta poblaci¨®n n¨®mada sabe muy bien lo que hace. Su elecci¨®n es la m¨¢s adecuada para combatir el calor extenuante: ¡°Cuanto m¨¢s oscuro es el color del tejido, m¨¢s absorbe el ultravioleta; por ejemplo a trav¨¦s del blanco pasa mucho m¨¢s que a trav¨¦s del negro o el azul marino¡±, afirma Fern¨¢ndez Guarino. As¨ª que, para una mejor protecci¨®n, toca optar por tonos m¨¢s oscuros.
Elegida ya la forma y el color del sombrero, toca poner atenci¨®n al material con el que est¨¢ hecho. Los que son tejidos de fibras como la rafia o la paja protegen m¨¢s que no llevar nada. Sin embargo, no son los m¨¢s adecuados. Los que resguardan mejor nuestra cara, dicen, son los de tela, que no deja pasar la radiaci¨®n solar. Algunas empresas incluso cuelgan en sus productos la etiqueta que certifica la protecci¨®n UPF, tras haber hecho pruebas con sus sombreros bajo l¨¢mparas de rayos ultravioleta.
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