El valor oculto de las semillas de la sand¨ªa
Ni se te ocurra tirarlas
La sand¨ªa es sin¨®nimo de verano, de vida relajada y de alimentaci¨®n saludable. Eso como tarjeta de presentaci¨®n. Desde un punto de vista formal, es fruto de la sandiera, una planta de tallos rastreros de la familia de las cucurbit¨¢ceas. Se la reconoce con facilidad desde fuera por su considerable tama?o y su forma esf¨¦rica. Bajo una piel verde oscura y gruesa, esconde una pulpa dulce y esponjosa que se funde nada m¨¢s entrar en la boca, ya que el 94,6% es agua. De ah¨ª, que sea un tentempi¨¦ muy refrescante para combatir la can¨ªcula veraniega y que suela ser una de las frutas favoritas de los ni?os.
Su origen se sit¨²a en ?frica tropical, si bien hoy se cultiva en todo el mundo. Se conocen m¨¢s de cincuenta variedades de sand¨ªa y una de las forma m¨¢s extendida para clasificarlas es atendiendo a la presencia o ausencia de semillas. As¨ª, se diferencia entre las sand¨ªas diploides o con semillas, que son las m¨¢s abundantes, y las triploides o sin semillas. En realidad, estas ¨²ltimas s¨ª tienen semillas, pero son muy tiernas, de color blanco y no importunan en la boca. En cuanto a la pulpa de la sand¨ªa, puede ser roja o amarilla.
Su temporada buena es el verano, algunas, incluso, hasta principios de oto?o. Sin embargo, hay ejemplares de invernadero todo el a?o. Puede consumirse como fruta fresca o en forma de zumo, sin olvidar que el gazpacho de sand¨ªa comienza a ser un duro rival para el tradicional elaborado con tomate.
Unos golpecitos para saber si est¨¢ buena
Uno de los gestos cl¨¢sicos del frutero de toda la vida es el de tomar entre sus manos una sand¨ªa lustrosa y pegarle unas palmadas o unos golpes con los nudillos. ?Para qu¨¦ lo hace? Para escuchar su sonido. Si suena a hueco, est¨¢ madura y lista para consumir. Otra opci¨®n fuera de los golpes es agudizar la vista. Cuando la parte de la c¨¢scara que ha estado en contacto con el suelo es de color amarillo cremoso y no tiene manchas diferentes del verde de la piel, la sand¨ªa est¨¢ en su punto.
Es importante comprarla lista para su consumo, porque es de las frutas que no madura nada separada de la planta. Eso s¨ª, tampoco se echa perder muy r¨¢pido e incluso cortada puede pasarse 48 horas en el refrigerador sin inmutarse.
Agua a tutipl¨¦n
El 94,6% de la sand¨ªa es agua, por lo que no es dif¨ªcil aventurar que su aporte energ¨¦tico es casi testimonial: solo 20 kilocalor¨ªas por cada 100 gramos, con poca fibra (0,5 gramos) y 4,5 gramos de hidratos de carbono. ?Qu¨¦ aporta entonces? El color rojo de su pulpa da la pista de que se trata de un alimento rico en licopeno (2.454 mcg), un carotenoide que est¨¢ siendo estudiado ya que al ser un potente antioxidante podr¨ªa jugar un papel clave para la salud.
La sand¨ªa solo aporta 20 kcal por cada 100 gramos: el 94,6% es agua, tiene poca fibra, 4,5 gramos de hidratos de cabrono y es especialmente rica en licopeno.
Otro micronutriente, aunque no en una cantidad significativa, es el potasio (120 mg), pero si consideramos que las raciones suelen superar los 200 gramos, se consigue un aporte nada despreciable.
Por qu¨¦ no deber¨ªas tirar las pepitas
Las pepitas de la sand¨ªa a menudo importunan el bocado. A unos les desagradan m¨¢s que a otros, pero pocos saben que esas semillas son un tesoro nutricional que no conviene tirar. ¡°El componente principal de la c¨¢scara de las pepitas de sand¨ªa es la fibra. La semilla que hay en su interior destaca por su riqueza en nutrientes¡±, afirma Cristina Lafuente G¨®mez, dietista-nutricionista en Alimmenta. ¡°Su contenido en magnesio (515 mg / 100 g) y en oligoelementos como el zinc (10,2 mg / 100 g) y el manganeso (1,6 mg / 100 g), es especialmente relevante¡±. Adem¨¢s, aportan prote¨ªnas (28,3 g / 100 g) y grasas (47,4 g / 100 g), sobre todo poliinsaturadas (28,1 g/100 g). Dicho de otra manera: las pipas de la semilla ponen su granito de arena en el c¨®mputo de prote¨ªnas vegetales de la dieta. Este valor nutricional es muy similar a otras semillas, como las pipas de calabaza o de girasol, o los propios frutos secos.
Pero no todo es perfecto. Su digesti¨®n es complicada, por lo que Lafuente sugiere limitar su consumo ¡°a un pu?adito a la semana¡±. Otra opci¨®n es secarlas previamente en el horno, ya que el calor rompe las estructuras que podr¨ªan da?ar el est¨®mago. Una vez secas, se pican en un mortero o picadora el¨¦ctrica y pueden a?adirse como topping en ensaladas. En algunos sitios se venden peladas, pero su aporte de fibra es menor.
S¨ª, la corteza tambi¨¦n se puede comer
Tal vez no a bocado limpio, pero con un poco de elaboraci¨®n, puedes aprovechar los nutrientes de la corteza. Aqu¨ª van tres ideas de parte del Watermelon Board (la Asociaci¨®n de Productores de Sand¨ªa de EE UU). La primera, y dado que su textura es similar a la del pepino, consiste en cortarla en palitos y escabecharlos. Para que queden m¨¢s jugosos, evita las semillas, pero deja un poco de pulpa. O fr¨ªelos y a?¨¢delos a platos con otras verduras cortadas en juliana. Incluso se puede hacer zumo con la piel, siempre que antes la limpies bien.
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