Aceptar la muerte, celebrar la vida: por qu¨¦ las velas y calaveras ayudan a sobrellevar el duelo
El D¨ªa de Muertos, una festividad mexicana que se aleja de la norma en los pa¨ªses europeos, puede ser una valiosa gu¨ªa para reconciliarnos con un final inevitable
¡°Para el habitante de Nueva York, Par¨ªs o Londres, la ¡®muerte¡¯ es una palabra que jam¨¢s se pronuncia, porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la festeja, es uno de sus juguetes favoritos y su amor m¨¢s permanente¡±, dec¨ªa Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1950). Para los mexicanos el culto a la muerte es el culto a la vida en s¨ª misma. Puede parecer descabellado para el resto del mundo, pero esta actitud ante el inevitable final puede facilitar el proceso de duelo por el que todos acabamos pasando.
Los d¨ªas 1 y 2 de noviembre la muerte adquiere en M¨¦xico un dulce sabor a pan de muerto y un fuerte aroma a flor de cempas¨²chil e incienso de copal (una resina arom¨¢tica de los ¨¢rboles) que te transporta a los rituales cham¨¢nicos de las comunidades ind¨ªgenas. Sobre un altar cubierto de papel picado de colores, anaranjado, morado, rosa y verde reposan las velas, la comida, la fruta, las calaveritas de az¨²car, el chocolate, el caf¨¦ de olla, la coca-cola, los tequilas, los cigarros y las fotograf¨ªas de los seres queridos que est¨¢n al otro lado; son elementos que psicol¨®gicamente recuerdan la ausencia f¨ªsica del ser amado y que ayudan a sobrellevar la tristeza del momento. Esta exuberante puesta en escena demuestra que, pese a que en el interior del mexicano hay tanto miedo a la muerte como en cualquier habitante del planeta, este la contempla cara a cara, con paciencia e iron¨ªa; entiende que esa es la ¨²nica certeza que tiene en la vida.
Esa extra?a combinaci¨®n de desolaci¨®n y alegr¨ªa que tanto ha caracterizado la vida de los habitantes del pa¨ªs azteca desde la ¨¦poca prehisp¨¢nica es una forma de mitigar la herida que queda tras la p¨¦rdida. ¡°El mexicano siempre piensa que los muertos est¨¢n ah¨ª; cree que aunque una persona haya fallecido, el alma permanece, y ese es un pensamiento enteramente m¨ªtico, m¨¢gico, religioso. En cambio, en una sociedad en la que se percibe al ser humano como una entidad enteramente biol¨®gica no hay espacio para pensar nada m¨¢s all¨¢¡±, dice Dami¨¢n Olvera, etnohistoriador de la Escuela Nacional de Antropolog¨ªa e Historia de M¨¦xico. Eso explica que, en realidad, el D¨ªa de Muertos, una festividad considerada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO, es una expresi¨®n f¨ªsica de lo que hay en la mentalidad de la mayor¨ªa de los mexicanos.
Luz de velas para dar paz a los vivos y guiar a los muertos
La muerte siempre ha sido relevante en M¨¦xico. En el antiguo calendario mexica tonalpohualli, conformado por 260 d¨ªas, hay al menos seis festejos dedicados a ella. Etnias como los olmecas, mexicas, aztecas, mayas, pur¨¦pechas, zapotecas y muchas otras hac¨ªan ofrendas no solo a sus dioses, sino tambi¨¦n a sus difuntos, con suntuosos banquetes que ten¨ªan la intenci¨®n de convencerles de que regresaran ciertos d¨ªas del a?o. Seg¨²n cre¨ªan, el velo que separa la vida de la muerte era m¨¢s fino en fechas se?aladas, tanto que los dos mundos casi pod¨ªan tocarse.
La luz era entonces, y sigue siendo en el siglo XXI, un elemento primordial en el culto a la muerte. Esto se debe a la creencia de que el fuego ser¨¢ la antorcha que alumbrar¨¢ el camino de la persona para atravesar el Mictl¨¢n, como se conoce al inframundo en la mitolog¨ªa azteca (el Xibalb¨¢, para los mayas). Es un elemento que brinda paz emocional a los familiares y que actualmente se traslada a las velas de pr¨¢cticamente todos los altares del D¨ªa de Muertos. El deseo de conocer el inframundo era, quiz¨¢s, m¨¢s fuerte que el de llegar al Omeyocan, el cielo para los mexicas.
La idea de la muerte siempre est¨¢ presente en la mente de los mexicanos, la ven reflejada en peque?as cosas cotidianas. Desde ni?os est¨¢n familiarizados con el tema. Hay dibujos para colorear en los que plasman el D¨ªa de Muertos, caricaturas animadas, comidas, chuches y postres con elementos f¨²nebres como el pan de muerto y las calaveritas que simulan peque?os cr¨¢neos elaborados con az¨²car o chocolate. Tambi¨¦n hay calaveritas literarias, que son unas composiciones de versos en donde describen, con tintes graciosos e ir¨®nicos, la muerte de los otros. No es por crueldad, es que hablar del tema ayuda.
Un bast¨®n para transitar lo inevitable
¡°La fiesta y los rituales pueden facilitar cualquier duelo, contribuyen a atravesar mejor esos momentos tan dif¨ªciles, son un mecanismo de defensa que te ayuda a calmar la ansiedad y el dolor emocional por medio de la comida y la bebida. De ah¨ª las frases ¡®las penas con pan son menos¡¯ o ¡®para todo mal, mezcal¡±, explica Juan Jos¨¦ Ric¨¢rdez, psic¨®logo por el Instituto de Estudios Superiores de Oaxaca. Adem¨¢s, en las sociedades m¨¢s golpeadas ¡°desde peque?o aprendes a convivir con la constante posibilidad de morir¡±, lo que podr¨ªa entenderse como ¡°reconciliarse con la terrible idea de la muerte y optar por burlarse de ella¡±.
¡°Verbalizar la p¨¦rdida, ponerle un nombre y un espacio como en un altar de D¨ªa de Muertos, son elementos que tambi¨¦n pueden ayudar al proceso del duelo¡±, asegura Ric¨¢rdez. Algo que sociedades como la europea no tienen tan normalizado. ¡°En Espa?a, el D¨ªa de todos los Santos y el D¨ªa de los Fieles Difuntos son un mecanismo social para exteriorizar de forma simb¨®lica el dolor; la gente sale y visita las tumbas de sus familiares fallecidos, sin embargo, a¨²n tenemos una actitud m¨¢s sobria con la muerte. No hemos tenido una educaci¨®n de normalizarla y visibilizarla. Le das un lugar, pero nunca lo celebras, todav¨ªa es un tab¨². Si lo callamos es como algo que no nos llega, no toleramos lo desagradable¡±, explica, por otra parte, Mar Arg¨¹ello, psic¨®loga del Centro Psicol¨®gico CEPSIM.
Lo dec¨ªa esta semana el escritor catal¨¢n F¨¦lix de Az¨²a en una entrevista en EL PA?S: ¡°Nuestra ¨¦poca oculta la muerte. Lo que se ense?a a los ni?os es que se trata de un esqueletito muy mono dibujado por Walt Disney¡±. La mayor¨ªa de las culturas actuales ponen mucho ¨¦nfasis en la belleza, en la vitalidad y en la juventud; un escenario en donde pareciera que la vejez y la muerte quedan relegados. Es por eso que conviene no olvidar estas palabras de los fil¨®sofos S¨¦neca y Montaigne, que refuerza la muerte mexicana: la meditaci¨®n sobre la muerte es una meditaci¨®n sobre la libertad, porque quien ha aprendido a morir, ha desaprendido a servir y es libre.
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