Incombustible y (todav¨ªa) efervescente
James Taylor dicta una lecci¨®n de actuaci¨®n en vivo en el Palau de la M¨²sica
En los ¨²ltimos a?os el mundo del pop-rock est¨¢ poblado por gran cantidad de dinosaurios que se arrastran como pueden luchando contra su extinci¨®n. Animales antediluvianos que, a pesar de su indiscutible historial, conviven peor que mejor con las nuevas generaciones que, a lo m¨¢s, los ven como especies protegidas y los toleran por el simple hecho de haber seducido a sus padres o abuelos.
A vista de p¨¢jaro James Taylor encajar¨ªa a la perfecci¨®n en esa rudimentaria definici¨®n. A sus 64 a?os carga con una vida plagada de turbulencias, m¨¢s de 45 a?os en la carretera y 50 millones de discos vendidos, pero su ¨²ltimo trabajo con canciones originales data de 2002 y su ¨²ltima entrada en el top ten, de 1977. Los datos no se discuten pero la teor¨ªa se desintegra cuando el espigado y calvo bostoniano irrumpe en el escenario y comienza a cantar. James Taylor conserva su voz y su encanto esc¨¦nico al cien por cien, sus canciones suenan frescas y terriblemente actuales.
El concierto que el cantautor ofreci¨® el pasado viernes en el Palau barcelon¨¦s fue una muestra inequ¨ªvoca no solo de su incombustible personalidad musical sino tambi¨¦n, y mucho m¨¢s importante, de la efervescencia de su trabajo, de su capacidad para seducir y entusiasmar al auditorio sin aspavientos ni hip¨¦rboles, con armas aparentemente sencillas.
A lo largo de casi dos horas Taylor recorri¨® todo su repertorio llegando incluso a Something in the way she moves, la canci¨®n que cant¨® para Paul McCartney y George Harrison en 1968 y que sirvi¨® para que los Beatles le editaran su primer disco en Apple. Un tema que, seg¨²n la leyenda, inspir¨® a Harrison para escribir Something.
Festival del Mil¡¤lenni
James Taylor
Palau de la M¨²sica
4 de mayo
Taylor concluy¨® sus dos sets pagando tributo a su amiga Carole King, el primero con Up on the roof y el segundo l¨®gicamente con un apote¨®sico You¡¯ve got a friend. Rodeando esos temas tan bellos como atemporales, Taylor fue escogiendo canciones de toda su carrera: Carolina in my mind (tambi¨¦n del primer disco), Mexico, Fire and rain, Copperline, Country road y Your smiling face.
Un abanico, del country al blues el¨¦ctrico, que sirvi¨® tambi¨¦n para poner de relieve un acompa?amiento de altos vuelos que arrop¨® al cantautor en todo momento dejando de lado posibles personalismos que la categor¨ªa de los m¨²sicos podr¨ªa haber propiciado: el teclista Larry Golddings, el bajista Jimmy Johnson y, sobre todo, el soberbio bater¨ªa Steve Gadd. Al final se les uni¨® como corista la actual esposa de Taylor, Kim Smedvig, un detalle anecd¨®tico m¨¢s que musical.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.