Cr¨®nica en negro

Mayo de 2010. Han recortado el sueldo de los funcionarios una media del 5%, aunque su aplicaci¨®n llega al 7%. Nos dicen que este sacrificio ser¨¢ provisional y que los brotes verdes florecer¨¢n en el oto?o. Hay cuatro millones de parados.

Junio de 2010. Se anuncia una reforma laboral que facilita el despido y rebaja la indemnizaci¨®n a los trabajadores. Nos dicen que es imprescindible para crear empleo; que la rigidez del mercado laboral es un grave obst¨¢culo para la recuperaci¨®n.

Julio de 2010. Se aumenta el IVA del 16% al 18%. El objetivo es incrementar la recaudaci¨®n p¨²blica para reducir el d¨¦ficit. A¨²n as¨ª el Gobierno anima al consumo, que se ha venido abajo.

Enero de 2011. El Gobierno eleva la edad de jubilaci¨®n de 65 a 67 a?os. Se modifica tambi¨¦n el c¨¢lculo de las pensiones. La mayor¨ªa perder¨¢ un 10% en el c¨®mputo final. Los sueldos est¨¢n congelados y persisten los recortes del pasado a?o. La inflaci¨®n ha sido del 3%. Hay 4.548.000 personas paradas y la reforma laboral ha sido in¨²til. La recaudaci¨®n tributaria se hunde.

Diciembre de 2011. Cambio de gobierno. Han subido el IRPF. Haciendo cuentas, viene a suponer unos mil euros al a?o. Dicen que ser¨¢ provisional y que ayudar¨¢ a la recuperaci¨®n. Nueva congelaci¨®n salarial para los funcionarios.

Enero de 2012. Han subido el IBI. En muchas ciudades el alza de este impuesto ha sido del 100%. M¨¢s impuestos municipales y menos servicios. El IPC del pasado a?o ha subido un 2,4%. El paro ya afecta a 5.273.000 personas.

Febrero de 2012. Han aprobado una nueva reforma laboral que abarata de forma dr¨¢stica la indemnizaci¨®n por despido y pone en manos del empresario casi la totalidad de la relaci¨®n laboral, incluida la jornada y las condiciones laborales. Es para crear empleo, dicen, aunque se extiende la idea de que la crisis es la excusa para recortar derechos.

Marzo y abril de 2012. El Gobierno presenta unos presupuestos de p¨¢nico, corregidos por un re-recorte. El hachazo fundamental ser¨¢ en sanidad y educaci¨®n. Se establece el copago en las medicinas, se despide a la mayor¨ªa de los interinos y se aumenta la jornada a los funcionarios. Habr¨¢ menos m¨¦dicos por paciente y m¨¢s alumnos por aula. Los servicios p¨²blicos empiezan a resentirse de forma grave. Se decreta una amnist¨ªa fiscal para el dinero negro.

Junio de 2012. El Gobierno andaluz recortar¨¢ a los funcionarios en torno al 6% del salario, a raz¨®n de unos 200 euros por mes, m¨¢s la casi totalidad de la paga extraordinaria.

Julio de 2012. Apoteosis de recortes. El IVA sube del 18% al 21%. El Gobierno elimina la paga de Navidad: han inventado un impuesto especial, completamente inconstitucional, que afecta solo a los funcionarios p¨²blicos. Los parados ser¨¢n castigados por no encontrar empleo. La ley de Dependencia queda, pr¨¢cticamente, paralizada. Tres millones de personas consumen, en plena crisis, art¨ªculos de lujo pero el Gobierno no ha aprobado ni un solo impuesto para las rentas m¨¢s altas. Funcionarios y parados cubrir¨¢n las p¨¦rdidas de la banca especulativa.

Si se suman todos los recortes salariales, las ganancias de los empleados p¨²blicos han descendido el 21%. No hay datos del sector privado. Si se a?ade la inflaci¨®n ¡ªseis puntos acumulados¡ª el descenso de ingresos sube al 27% y si contabilizamos la subida de otros impuestos, alcanzar¨¢ el 30%. Los sacrificios no han servido para nada. Las clases medias est¨¢n desapareciendo. Hay un mill¨®n y medio de personas paradas m¨¢s que cuando empezaron los ajustes. Los ingresos tributarios han descendido un 35%. Hasta un ni?o podr¨ªa ver que este camino no conduce a ninguna parte; que la espiral de recortes-bajada de consumo-recesi¨®n es incuestionable; que detr¨¢s de este dolor no hay salidas, sino m¨¢s y m¨¢s dolor. Pero el Gobierno no. Sus diputados aplauden y alguno se permite gritar: ?A trabajar!

Por medio ha habido tres procesos electorales: generales, municipales y auton¨®micas. Ninguno de los candidatos ni sus partidos llevaban en su programa ni una sola de estas medidas. La democracia llora en un rinc¨®n. Indignaci¨®n es poco para definir el clima que se respira en la calle.