Una reflexi¨®n necesaria
Las Corridas Generales dejan un tono de desencanto en el aficionado que apaga el resultado art¨ªstico, con dos puertas grandes y una docena de orejas
Una mueca de desencanto o un gesto de resignaci¨®n han precedido a cualquier declaraci¨®n de un aficionado cuando se le pregunta por las sensaciones que le han dejado las Corridas Generales de 2012. Si han tenido un tono art¨ªstico medio, con momentos estelares mezclados con otros m¨¢s grises, lo que ha marcado el ciclo es un tono de desencanto que ha difuminado cualquier alegr¨ªa. Suficiente para iniciar una reflexi¨®n con la que conocer las causas de este par¨®n en el positivo discurrir de la feria de Bilbao en la ¨²ltima d¨¦cada.
Las razones de este frenazo pueden atender a varios motivos. Por un lado, la presencia de menos gente en los tendidos ha enfriado el ambiente. Ha acudido menos p¨²blico en primer lugar por la crisis, faltaban localidades que depend¨ªan de empresas que actualmente no se encuentran en tan buena disposici¨®n econ¨®mica.
Por otro lado, buen n¨²mero de aficionados ha decidido plantarse ante los precios de las entradas; no son m¨¢s caras que en otras plazas, pero resulta un espect¨¢culo caro y muchos bilba¨ªnos han seleccionado los d¨ªas para acercarse a Vista Alegre. Sin duda, es momento de bajar precios.
Con todo, tal y como est¨¢ la econom¨ªa hoy en d¨ªa, no es despreciable reunir a m¨¢s de seis mil personas cada tarde en un espect¨¢culo de pago. Antes de valorar solamente la respuesta taurina, habr¨ªa que reflejar las entradas de otros eventos de paso por taquilla, como los teatrales o deportivos, con escenarios y frontones a medio gas. Sin duda, es la ley de la crisis.
Los diestros no han dado la talla cuando ha salido el toro con emoci¨®n
La feria estaba bien trenzada de antemano. Quiz¨¢s un poco plana; es decir, no hab¨ªa ning¨²n reto que despertase la atenci¨®n del panorama taurino. Todo quedaba supeditado a la seriedad de Bilbao y a la importancia de afrontar lo que supone el ruedo de Vista Alegre.
Y por ah¨ª es por donde se ha ca¨ªdo la feria, una continuaci¨®n de las que se celebran por toda la pen¨ªnsula, con corridas basadas en las figuras, en carteles uniformados sin competencia entre matadores acomodados con ganader¨ªas cortadas a su medida.
Las Corridas Generales no han tenido brillo porque se ha perdido la identidad de esta plaza, con varias tardes como las del jueves y viernes con toros que no respond¨ªan a lo que Bilbao presume: trap¨ªo imponente. Adem¨¢s, las corridas del martes y el s¨¢bado se taparon por tener muchos cuernos, pero escaso remate.
A ello, se le ha sumado que los toreros no han dado la talla cuando ha salido el toro con emoci¨®n, como los dos primeros d¨ªas. La puerta grande de El Juli, envuelta en una corrida terciada y justita de fuerza carente del valor verdadero de dos orejas en Bilbao, es el fiel reflejo de lo que ha sido esta Aste Nagusia: un ciclo que no ha satisfecho a nadie por encima de lo bueno y lo malo que se ha visto.
La reflexi¨®n debe abrirse para buscar las razones que han hecho bajar el inter¨¦s de la fiesta, y lo mejor que tienen los experimentados rectores del coso de Vista Alegre es que cuentan con asociaciones de aficionados dispuestas a mojarse en las soluciones posibles. Sin duda, es el momento de contar con todos.
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