Botella regular¨¢ la prostituci¨®n en la calle y la mendicidad
La norma de convivencia afectar¨¢ al ¡®botell¨®n¡¯, el ruido y la venta ambulante
¡°En 1948, un problema de convivencia en las calles de Madrid era la cr¨ªa de gallinas. Ahora hay muchos m¨¢s, y muy diferentes¡±, explica la concejal de Asuntos Sociales de la capital, Dolores Navarro.
Hace referencia a la ordenanza del 17 de julio de aquel a?o, prolija y de inconfundible aroma franquista, que ha sido modificada o derogada parcialmente desde entonces, pero sigue en vigor.
Entre otras disposiciones, proh¨ªbe secar ropa en los balcones, sacudir alfombras por la ventana si no es entre las siete y las nueve de la ma?ana, partir le?a en la calle, ¡°las ri?as en general y poner objetos que obstaculicen el paso de tranv¨ªas¡±. Y establece, por ejemplo, que ¡°todos los habitantes de la Villa han de observar la compostura y correcci¨®n de palabra y modales que exige el elevado concepto de ciudadan¨ªa, del que debe ser modelo la capital, absteni¨¦ndose de proferir ofensas a la patria, al r¨¦gimen, a la religi¨®n, a la moral y a la cultura¡±.
Ahora, 64 a?os despu¨¦s, el Ayuntamiento de Madrid, democr¨¢ticamente en manos del Partido Popular, planea unificar antes del pr¨®ximo verano todas las normas dispersas que afectan a la convivencia de los ciudadanos, desde las m¨¢s llamativas, como la mendicidad y la prostituci¨®n callejera, el botell¨®n y la venta ambulante de CD o latas de cerveza, hasta otras menos evidentes como equilibrar el derecho a tomar el fresco tranquilo y a jugar al bal¨®n en la calle, o de circular en bicicleta por una v¨ªa peatonal.
En su programa electoral, tan exquisitamente literario como exento de concreci¨®n, el anterior alcalde y ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP), promet¨ªa recuperar el ¡°tercer lugar¡± definido por Ray Oldenburg como ¡°un espacio neutro de la comunidad, donde las personas se re¨²nen voluntariamente y de manera informal al margen de las desigualdades y el nivel social para promover la participaci¨®n de la comunidad y la conexi¨®n social¡±. A esa aspiraci¨®n serv¨ªa, por ejemplo, peatonalizar las calles o reforzar la seguridad con c¨¢maras de videovigilancia.
Ana Botella, que tom¨® el bast¨®n de mando de Gallard¨®n en noviembre, y cuyo relato pol¨ªtico pasa necesariamente por su mayor fortaleza, la pol¨ªtica social, ha decidido ahora construir, con retazos normativos desperdigados, una ordenanza de convivencia.
Botella da este paso, en ¡°respuesta a la demanda ciudadana¡±, para ¡°facilitar la intervenci¨®n de los distintos servicios municipales en el espacio p¨²blico¡±, aunque ¡°las medidas sociales y educativas primar¨¢n sobre la coerci¨®n¡±.
La norma vigilar¨¢, entre otras actividades, la degradaci¨®n visual del entorno urbano; el uso inadecuado del espacio p¨²blico para juegos o apuestas, as¨ª como para la mendicidad y la oferta y demanda de servicios sexuales; los atentados contra la dignidad de las personas; el consumo de bebidas alcoh¨®licas (y la micci¨®n) en la v¨ªa; la venta ambulante, en particular de comidas y bebidas; y otras conductas vand¨¢licas o inapropiadas (ruido, m¨²sica).
Este mes pondr¨¢ en marcha varias mesas para tratar estos temas con partidos y asociaciones. Adem¨¢s, elaborar¨¢ un texto de intenciones que sirva de punto de partida, con las l¨ªneas generales aprobadas por la Federaci¨®n de Municipios y Provincias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.