El Stradivarius recobrado
Restaurado el valioso violonchelo cuyo m¨¢stil se parti¨® en abril en una sesi¨®n de fotos El instrumento puede valer entre 25 y 30 millones de d¨®lares
Deber cumplido. Sierras, gubias, formones y lija lo han hecho posible. Patrimonio Nacional ha dado hoy explicaci¨®n p¨²blica de la restauraci¨®n del violoncello de su colecci¨®n de Stradivarius ¡ªconsiderada la mejor del mundo¡ª que sufri¨® la rotura abrupta de su m¨¢stil el pasado mes de abril durante una sesi¨®n fotogradiogr¨¢fica en el Palacio Real de Madrid.
El instrumento ha sido mostrado en una sala palacial y presenta buen aspecto. Despu¨¦s de pasar tres semanas de julio en manos del luthier Carlos Arcieri, de 70 a?os, colombiano de linaje calabr¨¦s y estadounidense de adopci¨®n con taller propio en Nueva York, el violoncello gravemente accidentado entonces goza ahora de buena salud, seg¨²n la calidad del sonido aterciopelado que emite a manos del maestro chelista Francisco Gonz¨¢lez Espinosa, presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Maestros Luthiers.
Una suite de Bach te?ida por bellas y vers¨¢tiles coloraturas ha sido la elegida por el maestro para mostrarlo ante un p¨²blico reducido, pero conocedor, que escuchaba con unci¨®n c¨®mo reviv¨ªa, despu¨¦s de tan atroz trance, este excelso instrumento musical valorado entre 25 y 30 millones de d¨®lares (19 y 23 millones de euros), seg¨²n reconoce su restaurador.
Surgido de las manos de Antonio Stradivari en su taller cremon¨¦s en 1694, construido con maderas de arce de Transilvania e int¨¦rprete de decenas de excelsos conciertos, el pasado 13 de abril el violonchello cay¨® s¨²bitamente de costado sobre una mesa mientras estaba siendo sujetado en posici¨®n vertical por una conservadora de palacio para una toma fotogr¨¢fica, a demanda de un doctorando cuya tesis versar¨¢ sobre los Stradivarius de palacio.
Entonces, de manera ruidosa y abrupta, su m¨¢stil, el mango conectado a su cabeza que se inserta en la caja sobre la que descansan las cuatro cuerdas del instrumento, qued¨® irreversiblemente partido a la altura del tac¨®n donde se encastra con el cuerpo del violonchello.
Por fortuna, la parte encimera del m¨¢stil, el diapas¨®n, no se hundi¨® sobre la tapa superior surcada por dos grandes efes; tampoco sus fajas laterales, ornamentadas con r¨®leos y animales mitol¨®gicos en tinta china y valiosas incrustaciones de n¨¢car, se vieron da?adas por el seco golpetazo, que dej¨® estupefacta a su conservadora y al fot¨®grafo, con 30 a?os de experiencia, que contemplaron at¨®nitos el incidente. Semanas despu¨¦s de aquel episodio, el diario El Mundo hizo aflorar la noticia, que estremeci¨® los c¨ªrculos musicales europeos y americanos, dada la impar singularidad de la colecci¨®n de cuerda espa?ola. Patrimonio Nacional decidi¨® entonces acometer de manera inmediata la restauraci¨®n y busc¨® entre los mejores especialistas del mundo.
Habitualmente, la colecci¨®n del Palacio Real la supervisaba en Francia el maestro luthier franc¨¦s Etienne Batelet, nonagenario; pero en esta ocasi¨®n se opt¨® por mantener el violonchello en Madrid y restaurarlo sobre el terreno. Tras acopiar toda la documentaci¨®n posible, se encomend¨® la reparaci¨®n a Carlos Arcieri, miembro de una saga de ebanistas italianos que se remonta al siglo XVIII, y que ha cuidado de las colecciones instrumentales de orquestas como la Filarm¨®nica de Nueva York, con taller en Manhattan desde hace 35 a?os, seg¨²n explica.
¡°Mi tarea ha consistido en retirar los elementos anteriores de madera y en la ulterior talla, encastre y barnizado de un nuevo m¨¢stil en madera de arce centroeuropeo, para colocarlo posteriormente dentro del clavijero y de la caja originales¡±, se?ala el luthier. Asegura haber mostrado especial esmero por alinear la tangente de la voluta que remata la cabeza del violonchello con la l¨ªnea del m¨¢stil sobre el cual repuso el diapas¨®n, cuyo ¨¢ngulo modific¨® levemente para facilitar su labor a futuros int¨¦rpretes. El restaurador reconoce haber cambiado el ¡°alma¡±, un segmento de madera de 10 mil¨ªmetros de espesor, que conecta interiormente las tapas superior e inferior del instrumento transmitiendo su vibraci¨®n, pero admite que lo hizo "sin despegar la caja, mediante un garfio largo introducido por las efes" que tajan la cubierta que soporta el cordaje y el puente, ¨¦ste tambi¨¦n en madera, que queda unido a la tapa encimera por presi¨®n. ¡°La barra arm¨®nica no ha sido tocada¡±, subraya.
La nueva pieza del m¨¢stil, que sustitu¨ªa a otra que no era original ya que la primigenia fue sustituida en 1857, ha sido pegada con col¨¢genos de origen animal. Sobre el precio abonado al restaurador se ofreci¨® un guarismo de cinco cifras, ¡°m¨¢s cercano a las cuatro cifras altas que propiamente a las cinco¡±, seg¨²n Jos¨¦ Rodr¨ªguez Spiteri, presidente de Patrimonio Nacional, convocante del acto de exposici¨®n y escucha del violonchello ahora restaurado.
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