El relato nacionalista de la crisis
La Generalitat exonera a Mas de toda responsabilidad. La culpa es de otros. De Madrid
Desde la llegada de la Gran Recesi¨®n, la pr¨¢ctica totalidad de los Gobiernos europeos que han tenido cita en las urnas han visto c¨®mo sus ciudadanos les daban la espalda. En la eurozona, los partidos gobernantes han sufrido, de media, un castigo electoral de unos nueve puntos porcentuales. Se trata de un desgaste de tal magnitud que ha provocado la ca¨ªda de dos de cada tres Gobiernos salientes. Sin embargo, todas las encuestas, lejos de pronosticar un severo castigo para CiU, se?alan incluso la posibilidad de que pueda ampliar su mayor¨ªa parlamentaria. ?C¨®mo es posible que los ciudadanos no castiguen al Gobierno de Artur Mas por la p¨¦sima situaci¨®n de Catalu?a?
Desde la multitudinaria manifestaci¨®n del pasado 11-S, una de las explicaciones m¨¢s recurrentes ha sido que Mas est¨¢ evitando el enfado de los ciudadanos por la situaci¨®n econ¨®mica gracias a la emergencia del nacionalismo en la agenda pol¨ªtica. El debate en torno a la independencia de Catalu?a ha alcanzado en los ¨²ltimos meses una notoriedad p¨²blica desconocida hasta ahora. Tras este fervor nacionalista muchos han querido ver una estrategia del Gobiernode CiU para distraer la atenci¨®n de los verdaderos problemas. Seg¨²n esta visi¨®n, Mas estar¨ªa ondeando la senyera para ocultar la crisis econ¨®mica y los recortes en servicios p¨²blicos. Con ello, se conseguir¨ªa que los catalanes, al decidir su voto, se olvidaran de su cartera y se dejaran guiar por sus emociones patri¨®ticas.
Esta visi¨®n no es m¨¢s que una adaptaci¨®n de la popular tesis de la ¡°cortina de humo¡±, la cual sugiere que los Gobiernos recurren a maniobras de distracci¨®n para evitar que los ciudadanos vean lo realmente importante. Sin embargo, esta tesis asume un hecho poco razonable: con esta campa?a independentista, la Generalitat estar¨ªa consiguiendo que los catalanes cambiaran sus prioridades y preocupaciones, relegando la crisis econ¨®mica a un segundo plano. En realidad, las encuestas indican que las cuestiones de ¨ªndole econ¨®mica siguen casi monopolizando la agenda de preocupaciones de los catalanes. Seg¨²n la reciente preelectoral del CIS, el 70% de los ciudadanos consideran que el paro y la econom¨ªa son los principales problemas de Catalu?a. En cambio, el autogobierno apenas lo es para el 6%. Si la estrategia de CiU era que los ciudadanos dejaran de pensar en la econom¨ªa, mucho me temo que fracas¨® en su intento.
El Gobierno est¨¢ fomentando con gran maestr¨ªa un relato sobre la situaci¨®n econ¨®mica y las dificultades presupuestarias que vive Catalu?a, en el cual se intenta exonerar a Mas de responsabilidad. La culpa ser¨ªa de otros. En concreto, de Madrid.
Conocedores de que los ciudadanos castigan a los Gobiernos cuando les consideran responsables, los Gobiernos buscan estrategias de evasi¨®n de responsabilidades cuando las circunstancias son adversas, como ¡°la herencia recibida¡±, ¡°los mercados no ofrecen alternativa¡± o, en el caso de Catalu?a, ¡°Madrid nos roba¡±.
El problema de los Estados federales o compuestos, como el nuestro, es que los ciudadanos no suelen tener una idea clara de la distribuci¨®n de competencias entre las diferentes Administraciones. Los Gobiernos aut¨®nomos pueden usar tal confusi¨®n para esconder sus fracasos recurriendo a la estrategia de atribuir la responsabilidad al Gobierno central. En el caso de Catalu?a, esta estrategia est¨¢ siendo particularmente exitosa gracias a la existencia de un ingrediente con una poderosa carga emocional: el nacionalismo.
CiU pretende evitar el castigo electoral fomentando una visi¨®n de la crisis en la que nacionalismo y econom¨ªa son dos caras de la misma moneda. Hoy, en Catalu?a, hablar de crisis y recortes es hablar de nacionalismo. La forma en que se han ligado estas dos cuestiones ha puesto en jaque los intentos del PSC de apartar la cuesti¨®n nacional de la campa?a. Cada vez que un l¨ªder socialista se esfuerza en centrar el debate en los recortes ese acaba inevitablemente derivando en una discusi¨®n sobre las agraviadas relaciones entre Catalu?a y Espa?a. Es por este motivo que el PSC se encuentra atrapado en un debate del que no puede escapar ni llevar a su terreno.
Probablemente, los catalanes votar¨¢n el pr¨®ximo 25-N pensando en su cartera. Pero el relato nacionalista de la crisis permitir¨¢ a CiU mantenerse al margen del descontento ciudadano. El responsable de la grave situaci¨®n econ¨®mica no se encontrar¨ªa en alg¨²n edificio de la pla?a de Sant Jaume. Habr¨ªa que buscarlo m¨¢s lejos. A la otra orilla del Ebro.
Llu¨ªs Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Girona.
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