Dimite el de¨¢n que custodiaba el ¡®Codex Calixtinus¡¯

Hac¨ªa tiempo que la fiscal¨ªa de Santiago, la polic¨ªa e incluso el juzgado que instruye la causa de la desaparici¨®n del C¨®dice Calixtino hab¨ªan pedido a la Iglesia la retirada de un de¨¢n que estaba a punto de pasar a la historia como el modernizador del archivo catedralicio cuando se esfum¨® el manuscrito. A partir de ese momento, primeros de julio de 2011, el nombre de Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz Fern¨¢ndez (Mondo?edo, Lugo, 1930), circul¨® por el mundo entero asociado a la inconmensurable p¨¦rdida, y este can¨®nigo de rostro severo y verbo cultivado y expresivo qued¨® para siempre ligado a la negligencia que permiti¨® el robo de la joya medieval. Desde que falt¨® el C¨®dice, D¨ªaz present¨® por escrito su dimisi¨®n al arzobispo de Santiago, Juli¨¢n Barrio, en reiteradas ocasiones. En octubre de 2011, al fin, el jefe de la Iglesia gallega acord¨® su cese como can¨®nigo archivero, un cargo que ostentaba desde hac¨ªa 36 a?os, pero no acept¨® su marcha del gobierno catedralicio. Ahora, cuando todav¨ªa no hay fecha para el juicio del exelectricista que confes¨® haber robado el Codexmovido por su sed de ¡°venganza¡± contra el de¨¢n, el arzobispado compostelano reconoce que Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz se va.

Esta ma?ana, el gabinete de prensa del palacio arzobispal enviaba un correo a los medios negando que la dimisi¨®n se produjese por ¡°exigencia de la Conferencia Episcopal o del propio cardenal de Madrid [anterior arzobispo de Santiago], monse?or Rouco Varela¡±. A trav¨¦s de anteriores notas, Barrio hab¨ªa expresado su apoyo a D¨ªaz y el agradecimiento por los servicios prestados.

En la Universidad de Santiago hay numerosos catedr¨¢ticos de historia que reconocen su val¨ªa e incluso se atreven a calificarlo como el mejor archivero del templo, por delante de se?eros personajes como Jos¨¦ Mar¨ªa Cepedano y Antonio L¨®pez Ferreiro. Pero la m¨¢cula de D¨ªaz es grande. ?l mismo dej¨® entrever que sospechaba qui¨¦n hab¨ªa sido el autor del robo el d¨ªa que tuvo que dar la cara ante las c¨¢maras para anunciar que el C¨®dice hab¨ªa desaparecido y que hab¨ªa tres llaves de la c¨¢mara donde se guardaba. Luego, cuando fue detenido el exelectricista del templo, trascendi¨® que exist¨ªa una amistad bastante estrecha entre el religioso y el trabajador, y que tanto se les ve¨ªa charlando como amigos como discutiendo enfrentados. En realidad, el esc¨¢ndalo del C¨®dice sac¨® a la luz otras complicadas relaciones entre m¨¢s personas vinculadas a la bas¨ªlica.

Despu¨¦s de su misa diaria a primera hora en la Catedral de Santiago, el ladr¨®n, Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Casti?eiras, sol¨ªa acudir al convento de monjas en el que reside D¨ªaz Fern¨¢ndez para verlo oficiar. El electricista ten¨ªa fijaci¨®n con el cura, y supuestamente la sigue teniendo, a juzgar por los comentarios que realiz¨® a una de sus abogadas cuando ya estaba en la c¨¢rcel: ¡°Yo espero que don Jos¨¦ Mar¨ªa quiera seguir siendo mi amigo cuando salga de aqu¨ª¡±.

Tras la recuperaci¨®n del C¨®dice, desde fuentes oficiales se difundi¨® la teor¨ªa de que el robo del texto del siglo XII y de importantes cantidades de dinero (1,7 millones de euros recuperados, aunque el juzgado sospecha que a¨²n puede haber m¨¢s) se deb¨ªa a un ajuste de cuentas de tipo econ¨®mico. Seg¨²n esto, Casti?eiras habr¨ªa asegurado que la catedral hab¨ªa dejado de pagarle gruesas facturas. Sin embargo, la Iglesia neg¨® que hubiera cuentas pendientes, y enseguida, desde fuentes judiciales, se sostuvo otra tesis: la de que Casti?eiras, un hombre extremadamente religioso, hab¨ªa querido aplicar por su mano la ¡°justicia divina¡± tras ver cosas en la seo que no le gustaban.

Mes y medio despu¨¦s de su ingreso en la prisi¨®n de Teixeiro (A Coru?a), de donde previsiblemente no podr¨¢ salir antes de ser juzgado, el extrabajador de la catedral pidi¨® volver a declarar ante el juez Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn. Fue para decirle que el de¨¢n y otro importante cargo de la Iglesia hab¨ªan pactado con ¨¦l, hac¨ªa ocho a?os, la desaparici¨®n del C¨®dice Calixtino. Seg¨²n esta afirmaci¨®n que hizo Casti?eiras, los fajos de dinero acumulados en su casa habr¨ªan sido fruto de unos pagos adelantados por parte de quienes le hab¨ªan encargado el secuestro del manuscrito para dar proyecci¨®n universal al templo de peregrinaje. El juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Santiago nunca dio cr¨¦dito a esta declaraci¨®n y la consider¨® ¡°una historia m¨¢s¡± del ¡°liante¡± ladr¨®n del C¨®dice.

Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz, ¨²ltimo can¨®nigo que entr¨® en el cabildo de Santiago por oposici¨®n, de¨¢n desde 2006, reelegido en 2010 hasta 2014, siempre dijo que la ¡°primera v¨ªctima¡± del robo del siglo hab¨ªa sido ¨¦l. Cuando se enter¨® de que el libro hab¨ªa desaparecido, tuvo que ser llevado a Urgencias y su salud decay¨® posteriormente. Ahora, el Arzobispado de Santiago asegura que se va por ¡°motivos personales¡±. D¨ªaz sospechaba que ten¨ªa pinchado el tel¨¦fono, y efectivamente, en el sumario aparecen reflejadas algunas de sus conversaciones.