Los misterios del biling¨¹ismo
La promesa de cooficialidad en un futuro estado soberano es para lograr el apoyo de castellanohablantes al proyecto independentista
No es un logro menor que el Sal¨®n del Libro de Par¨ªs haya convocado a escritores catalanes en las dos lenguas oficiales de Catalu?a. Y que, adem¨¢s, todo transcurriera dentro de la m¨¢s absoluta normalidad. Por supuesto, nada que ver con las fratricidas disputas y malentendidos varios que gener¨® la Feria de Fr¨¢ncfort de 2007, con motivo de la invitaci¨®n por parte de la Generalitat de escritores s¨®lo en lengua catalana. Yo soy de los que piensa que la literatura catalana es la que se escribe en catal¨¢n, de la misma manera que la japonesa es la que se escribe en japon¨¦s. Tambi¨¦n en el Fr¨¢ncfort de 1991, cuando fue invitada la literatura espa?ola, solo fueron escritores en lengua castellana porque se aplic¨® la misma l¨®gica, eso si se entiende, claro est¨¢, que la literatura espa?ola no incluye las otras del reino. Pero tambi¨¦n soy de los que piensa que esas reglas irrebatibles y de sentido com¨²n bien pudieron flexibilizarse un poco, aunque m¨¢s no fuera para introducir generosidad y prop¨®sito de acercamiento, dado la materia delicada en que se convierte todo lo relativo a las lenguas. Es decir, que bien se pudo en 1991 invitar a las otras literaturas escritas en las lenguas del reino: gallega, vasca y catalana. De la misma manera que en 2007 se pudo hacer lugar a la literatura castellana escrita en Catalu?a.
La apuesta biling¨¹e, como titul¨® este mismo diario el ¨¦xito de Par¨ªs, nos lleva a hacer algunas consideraciones sobre el papel del castellano en un hipot¨¦tico estado catal¨¢n. Desconozco cu¨¢l es la opini¨®n de Oriol Junqueras en esta cuesti¨®n, aunque me la puedo imaginar. Y tambi¨¦n desconozco lo que piensa Artur Mas al respecto, aunque me cuesta m¨¢s imagin¨¢rmelo. Pero s¨ª he le¨ªdo desde algunas plataformas independentistas de que en el caso de una Catalu?a independiente se considerar¨¢ al castellano lengua oficial junto al catal¨¢n. (Otra cosa es la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en la educaci¨®n, f¨®rmula que defiendo, como tambi¨¦n se la defiende desde altas instancias de la magistratura espa?ola e incluso europea).
Hay mucha gente que entiende perfectamente el catal¨¢n. Y que consume medios de comunicaci¨®n en catal¨¢n: prensa, radio y televisi¨®n,? pero no lo habla
Este pronunciamiento por parte de esas plataformas tranquiliza bastante, no tanto porque uno crea en la inminente independencia de Catalu?a, sino porque ahora mismo este debate deber¨ªa estar resuelto en nuestra comunidad. Somos muchos los que vivimos en Catalu?a desde hace a?os y no hablamos ni escribimos en catal¨¢n. Pero ello todav¨ªa despierta ciertas suspicacias en ¨¢mbitos soberanistas. Hay en el principado mucha gente que entiende perfectamente el catal¨¢n. Y que consume medios de comunicaci¨®n en catal¨¢n: prensa, radio y televisi¨®n: pero no lo habla. Yo mismo, que llevo m¨¢s de cuarenta a?os en Catalu?a, hago todo ello menos hablarlo. Mi colega y paisana Patricia Gabancho me dijo un d¨ªa que ella tiene una teor¨ªa sobre por qu¨¦ los argentinos no aprendemos el catal¨¢n. Todav¨ªa no me la pudo transmitir, pero es evidente que si alguien concibe una teor¨ªa para esta cuesti¨®n es porque este tema exige m¨¢s atenci¨®n y procesamiento mental del que puso una conocida tertuliana cuando afirm¨® muy irritada que Messi deber¨ªa hablar en catal¨¢n dado los muchos a?os que lleva en Catalu?a.
Cuando esos sectores del independentismo prometen la cooficialidad del castellano y el catal¨¢n en un futuro estado soberano, lo hacen porque saben que deber¨¢n contar con los que no hablamos catal¨¢n para obtener el apoyo a su proyecto independentista. Y no s¨®lo para llegar a esa meta sino incluso para asegurar luego el derecho de esos castellanoparlantes en el nuevo estado a hablar en la lengua que les venga en gana. (?Por qu¨¦ no podr¨ªa un catalanoparlante dirigirse a un castellanoparlante en su lengua y ¨¦ste contestarle en la suya, sin que ninguno de los dos sintiera menoscabado sus derechos ling¨¹¨ªsticos?)
Suelo comprar La Vanguardia en catal¨¢n. Pero el otro d¨ªa sin darme cuenta la compr¨¦ en castellano. Reci¨¦n terminada de leer, ca¨ª en la cuenta de que la hab¨ªa le¨ªdo en castellano, tan convencido estaba de haberlo hecho en catal¨¢n. En fin, misterios del biling¨¹ismo.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario
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