?Y los patrimonios?
Hay que aumentar los ingresos con una mayor presi¨®n fiscal sobre las grandes fortunas y la lucha contra el fraude
Estamos inmersos en un debate sobre c¨®mo evitar que los desequilibrios de los presupuestos nos lleven a una reducci¨®n de los servicios p¨²blicos b¨¢sicos y, por tanto, a un progresivo desmantelamiento del Estado de bienestar. No nos enga?emos: esto ya ha empezado, y si no se da un giro en las pol¨ªticas, puede ser irrecuperable. Estamos observando los problemas de Portugal, pero olvidamos que aqu¨ª tambi¨¦n se est¨¢n dando situaciones de pobreza, de falta de recursos, y hasta de hambre, intolerables en un pa¨ªs que forma parte de los pa¨ªses ricos del planeta. Es urgente entender que hay salidas. En este sentido quiero hacer algunas reflexiones.
- El Estado de bienestar. Creo que hay razones para preguntarse si el nivel del Estado de bienestar en algunos pa¨ªses europeos ser¨¢ sostenible en el futuro, y estas dudas se aplican claramente a nuestro caso. Ni las perspectivas demogr¨¢ficas ni las econ¨®micas permiten asegurar unos incrementos de productividad y de competitividad suficientes. Por ello es bueno reflexionar sobre los abusos, sobre los ingresos, y sobre los costes, sin olvidar que la esencia original del Estado de bienestar es la equidad y la cohesi¨®n social, y por tanto no podemos quedarnos en la f¨¢cil soluci¨®n de los recortes brutales.
- Gastos e ingresos. En nuestro caso hay abusos en la utilizaci¨®n inadecuada que incrementa los costes, y problemas en la insuficiencia de ingresos producida por una equivocada pol¨ªtica fiscal. Adem¨¢s de hacer las reformas necesarias para evitar los primeros, hay que aceptar que el problema principal actual ha sido la gran disminuci¨®n de los ingresos. Con un nivel de servicios similar a la media de la UE, la presi¨®n fiscal espa?ola se sit¨²a unos 10 puntos por debajo de la media europea, y adem¨¢s tenemos una participaci¨®n de los usuarios en los costes casi nula, debido a la gran extensi¨®n de la gratuidad total. No es pues de extra?ar que entremos en una etapa de discusi¨®n sobre los ingresos. Dejo de lado, para otro momento, la contribuci¨®n con un copago en funci¨®n de la renta, y abordo los impuestos.
- Efectos de los ingresos. Una pol¨ªtica de subida de impuestos, y en especial los de mayor repercusi¨®n (IVA e IRPF), no es acertada ahora, ya que muchas veces la consiguiente reducci¨®n del consumo, de las rentas y de la ocupaci¨®n, hace disminuir la base y, a pesar de los aumentos de tarifas, no se consigue una mayor recaudaci¨®n. Adem¨¢s tiene un efecto global muy negativo, ya que grava precisamente aquellas actividades (salarios y consumo) que son los que deber¨ªan ayudar a la recuperaci¨®n econ¨®mica. Y tiene otro aspecto socialmente a¨²n m¨¢s peligroso que es la percepci¨®n, real por parte de los contribuyentes, de que los costes de la crisis recaen sobre los que menos responsabilidades han tenido en su generaci¨®n, y en cambio deja indemnes a quienes mayores fortunas acumularon durante la ¨¦poca de gran crecimiento.
- Renta y patrimonio. Por causa de la recesi¨®n, la capacidad recaudatoria del IRPF est¨¢ alcanzando sus l¨ªmites. Tanto por razones de eficacia recaudatoria, como por consideraciones de justicia social, deber¨ªa dirigirse la mirada menos hacia las rentas del trabajo y mucho m¨¢s hacia las rentas del capital y, sobre todo, hacia los patrimonios, es decir, hacia los incrementos patrimoniales, hacia la tasa directa sobre los patrimonios y la que grava su transmisi¨®n por v¨ªa sucesoria. Necesitamos una fiscalidad que no grave solamente los flujos de dinero sino tambi¨¦n los stocks. Los grandes aumentos de la pobreza y la desigualdad en los ¨²ltimos a?os (Espa?a es el tercer pa¨ªs con mayor desigualdad de la UE) han sido consecuencia de la acumulaci¨®n de grandes fortunas, algunas en bienes inmobiliarios y otras de tipo financiero. Es posible que, en estos momentos no est¨¦n generando grandes rentas, y por tanto no est¨¦n tributando mucho. Pero la acumulaci¨®n existe y sus propietarios son los grandes ganadores de la etapa precrisis. Ser¨ªa pues justo pedir que ayudaran a salir de la misma. Uno tiene la sensaci¨®n, y otros lo han estudiado t¨¦cnicamente, que con una tasa moderada sobre estos capitales y sobre su transmisi¨®n, se podr¨ªan obtener ingresos para poder evitar muchos de los dolorosos recortes que se van a hacer.
Al igual que muchas rentas, muchos de estos patrimonios est¨¢n ocultos. Por ello, una vez m¨¢s, no hay ninguna reforma fiscal que no pase por una lucha decidida contra el fraude fiscal.
Joan Maj¨®, ingeniero y exministro.
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