?Los fracasos de Rajoy?

El viernes pasado, en el Consejo de Ministros, el Gobierno, con bastante realismo, describi¨® un escenario muy negativo sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola en los pr¨®ximos a?os. El reconocimiento, al fin, de estas perspectivas ha hecho que se use con gran profusi¨®n la palabra ¡°fracaso¡± al definir su gesti¨®n en lo que lleva de legislatura. La palabra es adecuada, sobre todo al compararlo con las expectativas creadas por sus promesas electorales de hace dos a?os, y por ello el suspenso es justo.

Podemos decir que todos, como pueblo, como pa¨ªs, estamos fracasando y que pagaremos caro este fracaso. Pero me gustar¨ªa destacar que tal vez haya algunos campos en los que las consecuencias de este fracaso han servido para conseguir ¨¦xitos en otras pol¨ªticas que seguramente formaban parte de las intenciones del Gobierno, aunque no las haya explicitado. No estoy diciendo que se haya aceptado, ni mucho menos alargado, la crisis para conseguir estos otros objetivos, pero s¨ª afirmo que se ha luchado contra ella con unas armas y no con otras, a partir de segundas intenciones. Algunos ejemplos.

• Reforma laboral. Era una medida necesaria para mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo. ?Pero tan dif¨ªcil era entender que eliminar obst¨¢culos a los ajustes de plantillas cuando se est¨¢ en recesi¨®n econ¨®mica supone un gran incentivo para la reducci¨®n de las mismas, pero no crea ning¨²n incentivo a la contrataci¨®n, mientras no crezca la demanda? Era perfectamente previsible que, en ausencia de medidas de reactivaci¨®n, el efecto sobre la ocupaci¨®n iba a ser fuertemente negativo, tal como ahora constatamos. ?Por qu¨¦ no se hizo de otra forma o se acompa?¨® de otras medidas? ?Cu¨¢l era la verdadera intenci¨®n de la reforma? Si la intenci¨®n era la que pienso, se debe hablar de ¨¦xito.

• Recentralizaci¨®n. Corregir los niveles de d¨¦ficit era una necesidad urgente. La reclamaci¨®n espa?ola de un per¨ªodo m¨¢s dilatado es absolutamente razonable. Pero el d¨¦ficit se produce a diversos niveles y la naturaleza de los servicios que presta el Estado y las Comunidades Aut¨®nomas es muy distinta. El ¡°reparto del d¨¦ficit¡± no ha respondido a ning¨²n criterio claro, sino a una arbitrariedad. Sobrecargar el esfuerzo de austeridad sobre las Comunidades, supone una doble intenci¨®n: en lo social, significa disminuir el alcance y la calidad de los servicios p¨²blicos m¨¢s b¨¢sicos (sanidad, educaci¨®n y ayudas sociales); y en lo pol¨ªtico es un intento, por parte del Estado, de recuperar estos servicios. Vamos en el camino de que sean otros ¨¦xitos¡­

• Sanidad. De forma m¨¢s expl¨ªcita, los recortes en la sanidad p¨²blica (que evidentemente estaba necesitada de algunas reformas) est¨¢n conduciendo a la privatizaci¨®n de muchos servicios. ?Estar¨¢ esto ligado a que, debido a la evoluci¨®n demogr¨¢fica y a los avances tecnol¨®gicos, todas las previsiones europeas indican que el gasto sanitario tendr¨¢ un enorme crecimiento y llegar¨¢ a ser el sector de mayor peso en el PIB? ?Puede el sector sanitario-farmac¨¦utico privado dejar perder las grandes oportunidades de negocio que esto supone? Otra pol¨ªtica exitosa a la vista¡­

• Rescates bancarios. El sector financiero necesitaba sin ninguna duda un rescate, pues su situaci¨®n pon¨ªa en peligro el futuro de nuestra econom¨ªa. Pero las f¨®rmulas que se han utilizado para esta operaci¨®n, ?han sido las m¨¢s convenientes para el objetivo de salida de la crisis? ?La forma c¨®mo se ha pagado y financiado el rescate, ha sido equitativa, o ha comportado muchos perdedores y grandes ganadores? El caso de Bankia es el ejemplo m¨¢s claro. Aunque no sabemos todav¨ªa c¨®mo acabar¨¢, no se puede decir que la operaci¨®n Bankia haya sido un fracaso. Lo ha sido para aquellos que han perdido buena parte de su dinero, y lo ha sido para todos nosotros que seguiremos pagando durante a?os el coste del rescate, pero para los estamentos econ¨®micos ligados a Caja Madrid y para las autoridades pol¨ªticas de dicha Comunidad que han estado detr¨¢s del tema, ha sido un tremendo ¨¦xito¡­

La inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos, debemos lamentar muchas de las pol¨ªticas del Gobierno Rajoy contra la crisis, y vistos sus resultados, debemos considerarlas un gran fracaso. Pero no me extra?ar¨ªa que hubiese muchas personas y muchos sectores que las calificaran de ¨¦xito en relaci¨®n a sus expectativas y deseos. No seamos ingenuos. Adem¨¢s, se puede aplicar de estos an¨¢lisis a otros niveles de gobierno, sobre todo europeos.

Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.