Veneno en cada gota de tinta
Natalie Pinot le saca chispa a Louella Parsons, lengua viperina de Hollywood, en una divertida comedia de Secun de la Rosa
Sus columnas hab¨ªa que leerlas con guanteletes, para protegerse de la afilada doble ele de su firma, y su programa radiof¨®nico Hollywood Hotel conven¨ªa escucharlo con un ant¨ªdoto a mano, para que su verboso veneno no causara en la audiencia el mismo efecto que el que verti¨® Claudio, hermano traidor, en el o¨ªdo desprevenido del padre de Hamlet. Louella Parsons, personaje en el que se inspira Louella Persons, comedia dram¨¢tica de Secun de la Rosa, fue durante tres d¨¦cadas juez parcial, notario de parte y censor oficial de las conductas de las estrellas del cine estadounidense. Sus cotilleos pusieron bajo sospecha de alcoholismo al abstemio, de adulterio a la mujer devota y al marido fidel¨ªsimo, y de filocomunismo a cualquiera que le cayera gordo. ¡°Ejerci¨® el poder como Catalina de Rusia. Sus interesados chismes se tomaban como si fueran la verdad revelada en el monte Sina¨ª¡±, escribi¨® Hedda Hopper, su rival en el arte de la manipulaci¨®n y el despelleje.
LOUELLA PERSONS
Autor. Secun de la Rosa. Int¨¦rpretes: Natalie Pinot y Juan Manuel Casero. Luz: Jon Berm¨²dez. Vestuario: Merlacostu. Direcci¨®n: Benja de la Rosa. Teatro Lara. 23 y 30 de julio.
En poco m¨¢s de una hora, De la Rosa pasa revista a la vida del ¨¢spid que encontr¨® en la escritura amarillo ros¨¢cea una manera de sublimar problemas de todo tipo, y deja patentes su homofobia, su amoralidad profunda, su servilismo para con William Randolph Hearst, el plut¨®crata cuyos medios de comunicaci¨®n propalaron en su d¨ªa las calumnias propiciadoras de la Guerra de los Estados Unidos contra Espa?a. Natalie Pinot, su afinada int¨¦rprete, humaniza a la Parsons, la fragiliza hondamente, nos la acerca, consigue que nos haga sonre¨ªr, que sus dilemas y su drama personal nos conciernan y que no perdamos ripio de sus tejemanejes, puntuados por las eficaces intervenciones silentes de Juan Manuel Casero, antagonista que pone un contrapunto oportuno. El hall del Teatro Lara, con sus columnas de hierro forjado, su escalera decimon¨®nica y sus puertas batientes es una escenograf¨ªa sobrevenida pero id¨®nea, que sit¨²a el espect¨¢culo en su justa ¨¦poca. Sonoriz¨¢ndolas, podr¨ªa sac¨¢rseles mayor partido a las locuciones radiadas.
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