Un edil ciego tiene que recurrir a la justicia para poder grabar los plenos

En Cualedro, hacer oposici¨®n es una profesi¨®n de riesgo. Eduardo Carnero, ¨²nico concejal de Compromiso por Galicia (CxG) en este Ayuntamiento rural de Ourense, casi no ve nada: tiene una invalidez del 81% causada por una enfermedad degenerativa llamada retinopat¨ªa pigmentaria. Y los plenos de su pueblo son un constante d¨¦j¨¤ vu. Empe?ado en hacer bien su trabajo, en 2012 decidi¨® grabar las sesiones para poder escucharlas en casa y tomar notas con calma. No escribe con soltura y tampoco consigue leer las actas. Pero al alcalde del pueblo le incomodaron desde el primer minuto las grabaciones del edil casi ciego, as¨ª que Luciano Rivero (Partido Popular) prohibi¨® cualquier grabaci¨®n porque "puede interferir en el normal desarrollo de la sesi¨®n pudiendo coartar la libertad de expresi¨®n de los concejales".

Al regidor le daba igual que un micr¨®fono de la Cadena Cope registrase el pleno, pero si un edil decid¨ªa sacar una grabadora y darle al rec, sus colegas de partido se sent¨ªan intimidados. Rivero se sinti¨® arropado por la amplia mayor¨ªa con la que gobierna este municipio de 1.900 habitantes apostado en montes que rodean la enorme llanura de A Limia. Ocho de los once concejales est¨¢n adscritos al PP y ninguno cuestion¨® la decisi¨®n adoptada por su jefe de vetar el derecho constitucional que posibilita la grabaci¨®n de los plenos p¨²blicos. Tras intentar sin ¨¦xito una soluci¨®n amistosa, primero con palabras y despu¨¦s a trav¨¦s de la v¨ªa administrativa, Eduardo Carnero decidi¨® acudir a la justicia. Y un juez lo llen¨® de raz¨®n.

Para prohibirlo, el regidor aleg¨® que el aparato intimidaba a los ediles

La sentencia dictada por el titular del Juzgado Contencioso-Administrativo n¨²mero 2 de Ourense asegura que ninguno de los argumentos del alcalde est¨¢ "debidamente justificado". Incluso reflexiona sobre las actitudes de los ediles al saber que estaban siendo grabados: "Se da a entender que el comportamiento de los representantes p¨²blicos, sus opiniones y manifestaciones, var¨ªan en funci¨®n de si hay p¨²blico en el sal¨®n de plenos o si est¨¢n siendo grabados, lo que desde luego no es aceptable". Para el magistrado resulta "de todo punto improcedente" que Rivero argumentase su prohibici¨®n a trav¨¦s de un Real Decreto que establece el "deber de guardar reserva en relaci¨®n con las informaciones" facilitadas a los ediles. Aclara la sentencia que esa cuesti¨®n no es aplicable en este caso porque los plenos, salvo excepci¨®n justificada, son p¨²blicos y pueden ser difundidos. El juez recuerda que la grabadora es "el ¨²nico medio del que dispone para poder recordar el contenido" y concluye asegurando que el alcalde vulner¨® el art¨ªculo 20 de la Constituci¨®n.

El alcalde hered¨® el puesto de su madre,

El concejal de CxG muestra la sentencia con orgullo. Un lector autom¨¢tico le ayuda a navegar entre los numerosos escritos, recursos y denuncias que ha acumulado en una carpeta de su ordenador durante la batalla. Su habitaci¨®n de trabajo est¨¢ repleta de libros de Derecho, ya que, en otro alarde de arrojo, se ha matriculado en esa carrera. A unos metros de la casa, en uno de los bares del pueblo, algunos vecinos presumen de concejal cuando son preguntados: "El alcalde hered¨® el Ayuntamiento y se piensa que es el sal¨®n de su casa. Eduardo no le hace mal a nadie". Y es que en Cualedro replican al dedillo los modos del clan Baltar. El alcalde hered¨® el bast¨®n de mando de su madre, Marina Cuquejo, sempiterna regidora durante 27 a?os, desde la Transici¨®n hasta su fallecimiento, en 2006. Antes de morir, la madre convoc¨® unas oposiciones en el Ayuntamiento y el hijo se hizo con la plaza de funcionario que ostenta en la actualidad. En 2008, al a?o de llegar a la alcald¨ªa, el actual regidor y Baltar padre inauguraban una estatua de tres metros de altura en honor a la exalcaldesa. Incluso, la portada de la primera revista municipal ideada por el regidor se dedic¨® al "homenaje popular a Marina Cuquejo" con una gran foto de la estatua de su madre.

Los bares de Cualedro han sido escenarios indispensables en el caso magnetof¨®n. No es la primera vez que Eduardo pretende acercar los plenos a los vecinos. Asegura que entre sus funciones est¨¢ la de "divulgar mejor" la opaca pol¨ªtica local, as¨ª que durante el primer a?o de la legislatura distribuy¨® por los caf¨¦s folletos en los que describ¨ªa con palabras inteligibles para el com¨²n de los mortales qu¨¦ se debat¨ªa en las sesiones plenarias. La idea tampoco gust¨® y en alg¨²n caso los folletos, misteriosamente, desaparecieron de las barras. Durante el conflicto judicial por el magnetof¨®n, el regidor tambi¨¦n argument¨® que las grabaciones de Eduardo "se escuchaban en los bares y se manipulaban". "?Y qu¨¦ si se escuchan? Los pagamos nosotros. Ni que esto fuese un montaje de esos del coraz¨®n", exclama otra vecina que toma caf¨¦. Desde el pasado 18 de julio, Eduardo graba los plenos sin crispaci¨®n. El alcalde acata (aunque no comparte) elegantemente el fallo de la justicia.