El palacio varado
El edificio del antiguo Museo del Ej¨¦rcito permanece abandonado desde hace ocho a?os. El inmueble, que form¨® parte del desaparecido Palacio del Buen Retiro, se alza junto al Prado, la Real Academia de la Lengua y los Jer¨®nimos
El edificio que alberg¨® durante siglo y medio el Museo del Ej¨¦rcito, en la acr¨®polis cultural de Madrid, permanece abandonado y sin uso desde hace ocho a?os. Varado entre el Museo del Prado, la Real Academia Espa?ola, la iglesia de los Jer¨®nimos y el parque del Retiro, languidece en el olvido de su clausura: los espl¨¦ndidos fondos que atesoraron sus 24 salas fueron traslados al nuevo Museo del Ej¨¦rcito, en el Alc¨¢zar de Toledo.
El veterano edificio madrile?o, con casi 9.000 metros cuadrados de superficie h¨¢bil, seg¨²n fuentes t¨¦cnicas ¡ªcon una longitud de fachada de unos 150 metros por otros 40 de anchura¡ª es, junto al cercano Cas¨®n, el ¨²ltimo vestigio en pie del Palacio del Buen Retiro. Erigido en 1630 con trazas de Juan Bautista Crescenci y Alonso Carbonel, ocupaba su ala norte. As¨ª lo indican sus dos chapiteles flamencos, pizarra y plomo, que rematan su cubierta amansardada. Bajo ella, las cuatro y cinco plantas de sus alas a Poniente y al Este atestiguan la declinaci¨®n del terreno. Ladrillo visto y revocado, m¨¢s caliza esquinera, en colores anaranjados, gris y crema, su atrio al norte muestra seis estatuas de Reyes de Espa?a. Proceden de la coronaci¨®n de las cornisas del Palacio Real, de donde fueron apeadas y dispersas por distintas provincias espa?olas tras una pesadilla premonitoria sufrida por Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, en el arranque del siglo XVIII.
Un edificio pleno de historia
Es, con el Cas¨®n, el ¨²ltimo vestigio del palacio del Buen Retiro, edificado entre 1630 y 1633. Muy da?ado durante la Guerra de la Independencia, fue restaurado mediado el siglo XIX. Aloj¨®, primero, el Museo de Artiller¨ªa y, posteriormente, el Museo del Ej¨¦rcito, uno de los primeros de Europa por su veteran¨ªa y por la calidad hist¨®rica de sus fondos, hoy ubicados en Toledo.
En el interior del palacio se conserva, casi intacto, el llamado Sal¨®n de Reinos, una pieza de grandes dimensiones de cuyos muros colgaron hasta 12 escenas de batallas como La rendici¨®n de Breda, de Diego Vel¨¢zquez, o el Sitio de Bah¨ªa, de Ma¨ªno, m¨¢s retratos ecuestres de Felipe IV y telas de gran formato firmadas, entre otros, por Caxes, Castello y Zurbar¨¢n. El pintor de los frailes fue coautor, con Vel¨¢zquez de los diez lienzos de Los Trabajos de H¨¦rcules, all¨ª dispuestos. La ornamentaci¨®n de la pol¨ªcroma b¨®veda del sal¨®n, a base de her¨¢ldica de los reinos hispanos y grutescos a la italiana, fue decidida por el propio Vel¨¢zquez, aposentador del rey: Felipe IV recib¨ªa a los embajadores en tan magna estancia, cuya suntuosidad se exhib¨ªa como emblema del apabullante poder¨ªo hispano en el siglo XVII.
Dada la historicidad del antiguo museo ¡ªen ¨¦l se refrend¨® la Ley S¨¢lica y sirvi¨® de velatorio de Felipe V y de su hijo Luis I¡ª desde distintos medios madrile?os, acad¨¦micos, literarios y art¨ªsticos se barajan desde tiempo atr¨¢s distintas f¨®rmulas para recobrar un edificio de su val¨ªa, incrustado en el coraz¨®n culto de la ciudad: as¨ª, el arquitecto y acad¨¦mico de Bellas Artes y de la Espa?ola, Antonio Fern¨¢ndez Alba, acaricia la idea de instalar en ¨¦l una suerte de Museo de la Palabra o Museo del Espa?ol, habida cuenta de la proximidad del edificio a la sede de la Academia Espa?ola, apenas a un latido de distancia. ¡°Ser¨ªa extraordinario poder dedicar el edificio a albergar la representaci¨®n de las 21 academias hispanoamericanas¡±, dice Jos¨¦ Manuel Blecua, director de la Espa?ola. La instituci¨®n que preside ha debido desplazar hasta el final de la calle de Serrano algunas importantes dependencias.
Fern¨¢ndez Alba considera que la dimensi¨®n pl¨¢stica de la lengua espa?ola podr¨ªa encontrar all¨ª expresi¨®n, en un nuevo museo ling¨¹istico-art¨ªstico, sobre el cual han discurrido algunas de sus m¨¢s recientes reflexiones. Contempla tambi¨¦n instalar una sede del Instituto Cervantes.
Su Sal¨®n de Reinos sirvi¨® para mostrar el poder¨ªo espa?ol del siglo XVII
La Gerencia de Infraestructuras del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte titular del veterano edificio, orden¨® tiempo atr¨¢s un informe arquitect¨®nico, arqueol¨®gico y documental sobre el Sal¨®n de Reinos, encomendado al experto Javier Contreras, que lo entreg¨® en 2010. Por su parte el museo del Prado encarg¨® un estudio de la estructura del edificio que realiz¨® la empresa Intemac, recuerdan fuentes acad¨¦micas. El Museo del Prado dedujo de aquel estudio que la adecuaci¨®n para nuevos usos, principalmente de exhibici¨®n, implicar¨ªa un remozamiento evaluado en 90 millones de euros: se contempl¨® desde instalar el Gernika de Picasso y otros lienzos de Goya de ¨ªndole b¨¦lica dentro de un discurso pacifista hasta la reposici¨®n del Sal¨®n de Reinos con su decoraci¨®n primigenia, como previera el historiador El¨ªas Tormo en el primer tercio del siglo XX.
La idea de incorporar el nuevo espacio al Prado, con acceso interconectado incluido¡ª fue contemplada en el Plan de Actuaci¨®n de 2009 a 2012, ¡°pero ha desparecido del plan siguiente, que abarcar¨¢ hasta 2016¡±, explican fuentes del museo. ¡°Dada la actual situaci¨®n de crisis, no es el momento de especular con ideas de este tipo¡±, se?ala Miguel Zugaza, director del Prado. Fuentes del Ministerio de Cultura se?alan por su parte: ¡°La responsabilidad del momento obliga a ser prudentes sobre nuevas obras¡±.
Sin embargo, voces del mundo de la Arquitectura, las Letras y la Academia se?alan, por su parte, que tiempos de crisis como los presentes resultan ser id¨®neos para gestar nuevos proyectos alejados de anteriores tentaciones fara¨®nicas. ¡°El estado actual del palacio es aceptable¡±, remarcan fuentes t¨¦cnicas.
Por ello, se va abriendo paso la idea de aunar en el palacio un futuro Museo del Siglo de Oro, la misma centuria que asisti¨® al nacimiento del palacio y al esplendor universal de las Letras y las Artes hispanas. El p¨²blico tendr¨ªa all¨ª acceso a una joya museogr¨¢fica ¨²nica en Europa; y las necesidades de expansi¨®n del Museo del Prado y de la Espa?ola podr¨ªan verse satisfechas. El futuro museo paliar¨ªa as¨ª efectos perversos de la actual crisis.
Mientras, en el adormecido palacio, solo impera el silencio.
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