Sue?o envenenado

La expectaci¨®n que hab¨ªa despertado la presentaci¨®n en Barcelona de La Belle de Jean-Christophe Maillot por Los Ballets de Montecarlo hizo que el Gran Teatro de Liceo registrare un lleno la noche del estreno, sin embargo el espect¨¢culo no termin¨® de convencer al p¨²blico. Para unos, La Belle es un trabajo original y transgresor del core¨®grafo franc¨¦s; para otros, resulta coreogr¨¢ficamente aburrida y demasiado colorista. Lo cierto es que el vocabulario coreogr¨¢fico de Maillot carece de la intensidad y emoci¨®n para atrapar al espectador. De las versiones que ha realizado el cor¨®grafo franc¨¦s de los grandes ballets cl¨¢sicos, la mejor hasta la actualidad es la que concibi¨® en 1998 para Romeo y Julieta y que aplaudimos a rabiar en 2002 en el Teatre Nacional de Catalunya.

En la versi¨®n de La Bella durmiente de Maillot, en cartel en el Liceo hasta hoy, nada tiene que ver con el cl¨¢sico de Petipa, e incluso mezcla en la partitura otras m¨²sicas de Tchaikovski a la original compuesta para el ballet. Maillot llena de sensualidad la historia y dota de profundidad psicol¨®gica a los personajes como Carabosse (la hada mala del cuento) magistralmente interpretada por Stephan Bourgond, es aqu¨ª, manipuladora y ego¨ªsta. Ella enlaza los dos mundos, el del pr¨ªncipe, que vive la realidad, y el de la princesa Aurora, inmersa en un mundo de fantas¨ªa que la protege de esa realidad; protecci¨®n que Maillot traduce encerrando a la protagonista en una burbuja.

Uno de los mejores momentos es al principio del segundo acto, interpretado por el elenco masculino, en el que se ve a un grupo de hombres, vestidos de forma contempor¨¢nea, bailando con gesto duro y provocador acosando a Aurora. Al final se precipitaran sobre la burbuja que protege a la princesa rompi¨¦ndola. A partir de este momento todo cambia. Nuestra hero¨ªna es abocada de forma abrupta al mundo real. Sentir¨¢ miedo.

La pareja protagonista, interpretada en la noche de estreno por Noelani Pantastico y Lucien Postlewaite, bailan un largo paso a dos que no logra emocionar pese a la belleza de la m¨²sica y la escenograf¨ªa. Se echa en falta la personalidad esc¨¦nica y el virtuosismo t¨¦cnico que necesita este fragmento.

Pese a ser una versi¨®n visualmente atractiva, La Belle no llega a hipnotizar. El error de Maillot es querer crear un drama contempor¨¢neo conservando la est¨¦tica del cuento infantil. Resulta chocante el colorista vestuario del primer acto, obra de Philippe Guillotel, con la carga psicol¨®gica y planteamiento moderno de la obra. Un aspecto que tambi¨¦n afecta el vocabulario coreogr¨¢fico del trabajo coral. Los bailarines viven situaciones tensas de gran concentraci¨®n que se rompen en segundos convirti¨¦ndoles en alocados ni?os. La intensidad del baile se diluye perdido en la impactante escenograf¨ªa de Ernest Pignon-Ernest.