Podemos feroz y Caperucita
Pareciera que no se pueda cuestionar nada sin cargarse la democracia cada cinco minutos y medio
Es mejor no hablar de la casta. Lo dicen, sobre todo, los de la casta. Ellos nos advierten que hablando de la casta se alienta el populismo. Y el populismo se llama ahora Podemos, el nuevo lobo feroz de la democracia espa?ola. Antes de ¡°mejor no hablar de la casta¡±, el mantra era ¡°no generalizar hablando mal de los pol¨ªticos¡±. Lo recordar¨¢n, esos dirigentes que dec¨ªan que no hab¨ªa que generalizar eran justo los que generalizaban diciendo que criticarles era criticar la pol¨ªtica y poner en cuesti¨®n la democracia.
En Espa?a, si hablamos de la casta, alentamos el populismo; si criticamos a los pol¨ªticos, ponemos en peligro la democracia; si decimos que el Senado no sirve para nada, nos estamos cargando las instituciones; si afeamos el chiringuito de los cursos de formaci¨®n que se mont¨® UGT en Andaluc¨ªa, atentamos contra una organizaci¨®n esencial en la defensa de los trabajadores y si nos tapamos la nariz con lo que est¨¢ ocurriendo en las inmediaciones de la Monarqu¨ªa, estamos en contra del modelo de Estado que nos dimos los espa?oles en la Constituci¨®n de 1978. De criticar a la Justicia no digo ni mu. La Justicia se acata, pero no se ataca.
En este pa¨ªs, en el que tanto se habla y se vocifera, pareciera que no se pueda cuestionar nada sin cargarse la democracia cada cinco minutos y medio. Si hablas del esc¨¢ndalo de los ERE en Andaluc¨ªa, le haces el juego a la derecha. Y si comentas el caso B¨¢rcenas, est¨¢ clara la sentencia: ¡°De qu¨¦ va a escribir un tipo que trabaja en el grupo PRISA¡±. Claro que si denuncias la corrupci¨®n venga de donde venga, te reprochan que ¡°no todos somos iguales¡± a la hora de afrontarla. Por donde tires, te pilla el toro del bipartidismo.
Para PP y PSOE, la democracia en Espa?a debe ser tan d¨¦bil como la Constituci¨®n que la ampara. Se mira pero no se toca. Tras 36 a?os de vigencia, parece que sigue cosida con alfileres. Es otro de los mantras, el de que para cambiar cualquier cosa hay que alcanzar el esp¨ªritu de consenso de la transici¨®n. Pues en casi cuatro d¨¦cadas, el ¨²nico consenso constitucional alcanzado para cambiarla ha sido poder garantizar a los mercados que les vamos a pagar la deuda. Pero mejor me lo callo. Censurar esa medida puede provocar la desconfianza en los inversores y nos sacan otra vez a pasear a la prima de riesgo, que es a la econom¨ªa lo que Podemos a la democracia: el monstruo del saco con el que nos asustaban cuando ¨¦ramos ni?os.
Alg¨²n d¨ªa, m¨¢s pronto que tarde, se empezar¨¢n a dar cuenta que esta historia ya no se lo traga nadie. Y que, con tanta amenaza, el d¨ªa que llegue el lobo lo vamos a estar esperando con una espuerta de piedras. Por cierto, tampoco es que ellos sean precisamente la simp¨¢tica Caperucita y su entra?able abuelita.
@jmatencia
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