Chismorreo capitalino

En el Madrid del Siglo de Oro, todo pasaba en los mentideros. En esos lugares ¡ªhab¨ªa tres fijos en la capital, aunque solo uno era el denominado mentidero de la villa: el que estaba frente al Convento de San Felipe, junto a la calle Mayor¡ª corr¨ªan noticias de todo tipo: de la Corte, de la pol¨ªtica, de las guerras, de los escarceos amorosos, de nobles o de burgueses. Tambi¨¦n chismorreos y medias verdades. ¡°Nosotros aqu¨ª solo nos ocupamos de la comida¡±, cuenta Lara Alonso del Cid. ¡°Las verdades o mentiras que cuenten los comensales son cosa suya¡±, a?ade la inspiradora, junto a su marido, el cocinero Borja Anabitarte, formado con Arzak, del restaurante El Mentidero de la Villa (Almagro, 20; www.mentiderodelavilla.es; 40 euros por persona).

Este a?o, su Mentidero, en los alrededores de Alonso Mart¨ªnez, cumple 18 a?os y para celebrarlo, hasta el 20 de junio, ofrecen una carta plagada de grandes ¨¦xitos como las anchoas de toda la vida, unos tiraditos de at¨²n o el steak tartar con mayonesa de trufa negra. Platos cl¨¢sicos que en su cuidado sal¨®n, o en su terraza a los pies de la calle Almagro, saben a¨²n mejor. El primer vistazo al men¨² sorprende porque se trata de una propuesta corta. Al probar los platos, resulta evidente que no necesitan nada m¨¢s para convencer.

A los pescados (el ceviche es ineludible) se unen sabrosas carnes cocinadas con precisi¨®n y acierto. Ese saber hacer en los fogones llev¨® a los due?os a diversificar su propuesta. En 2011 se instalaron en Almagro a la vez que el local original (en la calle Santo Tom¨¦) se transform¨® en el catering de la marca. Tambi¨¦n cuentan con una finca en Alalpardo, a 30 kil¨®metros de la capital. Mentideros donde la lengua se suelta al mismo ritmo que se descorcha cualquiera de las botellas de su amplia y acertada carta de vinos.