Gloria para el fot¨®grafo perdido de la Guerra Civil
Las im¨¢genes de Francesc Boix pasan del anonimato a los fondos del Arxiu Nacional de Catalunya
Las fotograf¨ªas y el testimonio de Francesc Boix (Barcelona 1920 - Par¨ªs, 1951) fueron vitales en el juicio a dirigentes nazis y miembros de los campos de concentraci¨®n tras finalizar la II Guerra Mundial. Boix fue testigo en 1946 ante el Tribunal Internacional de N¨²remberg y en el proceso celebrado en Dachau contra 61 acusados de cr¨ªmenes en Mauthausen, donde se emplearon algunas de las 2.000 fotograf¨ªas que hab¨ªa realizado, a escondidas, durante sus a?os de cautiverio en los campos de concentraci¨®n. Conocido su papel en estos acontecimientos, lo que no se conoc¨ªa es que Boix tambi¨¦n fue el autor de una serie de 706 fotograf¨ªas que realiz¨® durante junio de 1937 y finales de 1938 durante la Guerra Civil espa?ola, en los frentes de Arag¨®n, mostrando la vida diaria de las tropas, tras ser reclutado como soldado de la quinta del Biber¨®n. Este material, tras un complicado proceso de adquisici¨®n e identificaci¨®n ha ingresado este mi¨¦rcoles en el Arxiu Nacional de Catalunya, tras la firma entre los responsables de la Comisi¨®n de la Dignidad que lo han donado, el consejero de Cultura Santi Vila y el director del archivo Francesc Balada que ha asegurado que la pr¨®xima semana ser¨¢ accesible para todo el mundo.
Despu¨¦s de ponerse a la venta en dos ocasiones (en 2010 en la casa de subastas Soler i Llach por 23.000 euros, sin encontrar comprador y en 2013 en la p¨¢gina Todocolecci¨®n por un precio inferior) el lote formado por 1.369 negativos en blanco y negro (706 de Francesc y 663 de su padre Bartomeu Boix, un sastre apasionado de las fotos, con im¨¢genes de la ciudad de Barcelona y de pueblos de los alrededores, las elecciones de 1931 o una visita del presidente Maci¨¤ a Valldoreix) fue adquirido en 2013 por la Comisi¨®n de la Dignidad tras ser avisada por la Asociaci¨®n Fotoconnexi¨®, dedicada a promover el estudio, investigaci¨®n, conservaci¨®n y difusi¨®n de la fotograf¨ªa, mediante la aportaci¨®n de mecenazgo de 47 personas.
Despu¨¦s de limpiar, clasificar, describir e identificar los escenarios que reproduc¨ªan las im¨¢genes, solo faltaba saber qui¨¦n las hab¨ªa realizado. La difusi¨®n entonces de algunas de las im¨¢genes del llamado por entonces "Fondo Argel¨¨s", porque se presupon¨ªa que hab¨ªa pertenecido a un soldado republicano que hab¨ªa estado en este campo de concentraci¨®n de Argel¨¨s sur Mer, hizo que se recibieran muchas llamadas en la sede de la Comisi¨®n y de Fotoconnexi¨®, tal y como ha explicado Josep Cruanyes, responsable de la primera entidad.
Varias de las llamadas pusieron en la pista correcta: en una de las fotograf¨ªas aparec¨ªa una pareja, un capit¨¢n republicano y su prometida. Los nietos de la pareja los identificaron como Ventura Pau y Montserrat Sureda. Pau no era el fot¨®grafo, tal y como se pens¨® al comienzo, pero en el reverso de la copia que conservaban los familiares pod¨ªa leerse: ¡°2 de junio de 1938, Vilanova de Mei¨¤, por el fot¨®grafo de la 30? Divisi¨®n, Francesc Boix¡±. Otra de las llamadas reconoci¨® en una de las im¨¢genes a Maria Fabregat que trabajaba de secretaria en la sede de la Juventuts Socialistes Unificades (JSU) situada en el hotel Col¨®n de Barcelona y que recordaba que hab¨ªa por all¨ª un fot¨®grafo llamado Boix.
En otra imagen, Ricardo Marco de Fotoconnexi¨® identific¨® al dirigente Gregorio L¨®pez Raimundo abrazado a un joven miliciano que no era otro que Boix, en una especie de selfie de la ¨¦poca realizado en el Hotel Colon. Boix trabaj¨® en la revista Juliol de las JSU. No hab¨ªa duda pues. El an¨¢lisis de las graf¨ªas de algunas de las notas que aparec¨ªan en los negativos comparada con la de Boix acab¨® de confirmar lo que ya parec¨ªa una evidencia, pese a que se determin¨® que hab¨ªa una segunda persona: su padre Bartomeu que hab¨ªa tenido una laboratorio en su sastrer¨ªa de la calle Margarit de Barcelona y que habr¨ªa sin duda inculcado el amor por la fotograf¨ªa a su joven hijo.
El resto ya era sabido. Tras la guerra, con apenas 19 a?os, Boix se exili¨® pasando por los campos de Vernet d¡¯Ari¨¨ge y Setfonts. En 1940 fue capturado por los alemanes y despu¨¦s de pasar por diferentes campos, lleg¨® en 1941 a Mauthausen, junto a otros 7.000 republicanos. Por sus conocimientos fue destinado al servicio de identificaci¨®n del campo, un laboratorio destinado a los retratos policiales de identificaci¨®n de presos. Gracias a la ayuda de otros presos pudo realizar y esconder 2.000 fotograf¨ªas y negativos que se guardaron en un domicilio particular. Luego se utilizaron para mostrar la crudeza del genocidio nazi. Tal y como mostraba el documental Francisco Boix, un fot¨®grafo en el infierno, realizado en el a?o 2000 por Lloren? Soler.
En noviembre se expondr¨¢n por primera vez parte de estas im¨¢genes. Ser¨¢ en Lleida. Luego viajara a Zarauz y posiblemente tambi¨¦n podr¨¢n verse en Sant Cugat, en la sede del ANC o en Barcelona, pero no est¨¢ confirmado. Coincidiendo con la exposici¨®n, Ara Llibres editar¨¢ un libro cat¨¢logo con cerca de 200 de estas im¨¢genes.
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