Hallada una escultura de la fachada original del P¨®rtico de la Gloria
Las obras de rehabilitaci¨®n de la Torre Sur del Obradoiro destapan bajo los cascotes una figura del taller de Maestro Mateo que podr¨ªa corresponderse con un profeta
Emparedada y oculta bajo tierra y cascotes de relleno. As¨ª ha aparecido una escultura p¨¦trea, decapitada y de 185 cent¨ªmetros de altura, que sostiene en sus manos una enorme cartela y que probablemente estuvo policromada en sus or¨ªgenes, como el propio P¨®rtico de la Gloria. Los primeros estudios aventuran que se podr¨ªa tratar de un profeta que formaba parte del grupo que decoraba, y a la vez sustentaba (esta figura lleva adosada una columna con la que integra un ¨²nico bloque de granito), la fachada rom¨¢nica que proteg¨ªa el P¨®rtico, y que se sustituy¨® por la actual portada del Obradoiro, que reviste la estructura antigua.
No obstante, la identidad del personaje masculino, descalzo, "nimbado pero no alado", con una cartela fuera de lo com¨²n por sus dimensiones y una sorprendente manera de sujetarla, es todav¨ªa es un misterio. Aunque algunos elementos como el letrero que sostiene apuntan a que se trata de un profeta del Antiguo Testamento, en estos no es habitual el nimbo. As¨ª que no se descarta todav¨ªa que se pueda tratar de una figura del Nuevo Testamento o de un ¨¢ngel, pese a que no tiene alas.
La Fundaci¨®n Catedral de Santiago ha mantenido durante un breve periodo de tiempo el secreto hasta que ya no ha podido m¨¢s. Porque ahora es necesario emprender el aparatoso trabajo de desmontaje del muro de siller¨ªa que impide la extracci¨®n de la enorme pieza escult¨®rica, ya que el pr¨®ximo 28 de noviembre ser¨¢ "presentada en sociedad" junto a otras obras ya conocidas en la exposici¨®n sobre Mateo que se inaugurar¨¢ en Madrid, en el Museo del Prado.
El hallazgo fortuito coincidi¨® en la fecha con el d¨ªa de la presentaci¨®n, en la catedral, de la muestra madrile?a sobre el artista. "Fue el regalo final", ha comentado Ram¨®n Yzquierdo Perr¨ªn, comisario de la exposici¨®n y director t¨¦cnico del Museo Catedralicio, en una rueda convocada para esta ma?ana sin que se adelantase el motivo en la nota de prensa. La figura obliga ahora a los historiadores que estudiaron la desaparecida fachada a rehacer algunas de sus teor¨ªas iconogr¨¢ficas, que se basaban en lo que hasta ahora se conoc¨ªa. La imagen conserva restos de cal, por lo que se supone que era una pieza pol¨ªcroma; y por las dimensiones del pergamino que sostiene parece -ha bromeado Roc¨ªo S¨¢nchez Ameijeiras, una de las expertas que estudi¨® la talla- que "ten¨ªa mucho que decir" a los que cruzaban el atrio del templo.
De momento, exist¨ªan "tres parejas y dos im¨¢genes desparejadas" de personajes que decoraban esta obra mateana. De este supuesto profeta no se conoce la existencia de un posible paralelo al otro lado del vano que flanquease, pero los especialistas que la han estudiado coinciden en identificar la escultura como "procedente de uno de los ingresos exteriores de la fachada occidental, la del P¨®rtico de la Gloria, realizada por el taller del Maestro Mateo, a finales del siglo XII o en los primeros a?os del XIII". Particularmente por los pliegues de los ropajes no existen dudas de que se trata de un trabajo de la escuela de Mateo, pero la mayor¨ªa tienden a creer que se labr¨® entre los a?os 1200 y 1215, no en el entorno del 1188 (cuando se colocaron los dinteles del P¨®rtico, aunque esta obra cumbre del rom¨¢nico no se concluy¨® hasta 1211). La fecha m¨¢s tard¨ªa en la que se sit¨²a la muerte del maestro es en torno a 1217, aunque pudo producirse antes.
"La manera de labrar la piedra, en especial la t¨¦cnica a la hora de esculpir la ropa, lo identifican completamente con el taller de Mateo", informa la Fundaci¨®n que dirige el profundo proceso de restauraciones a las que se est¨¢ sometiendo la bas¨ªlica compostelana desde hace casi una d¨¦cada, cuando comenzaron los trabajos en el P¨®rtico que a¨²n no han concluido. La pieza, de un valor "excepcional" y bien conservada a pesar de haber sido decapitada por medios mec¨¢nicos cuando se desech¨® (era una pr¨¢ctica habitual cercenar las cabezas de los santos para despersonalizarlos y desacralizarlos) se suma as¨ª a "otras ocho que ya estaban identificadas como procedentes de esta fachada" rom¨¢nica.
Todas hab¨ªan sido retiradas en el siglo XVI, cuando se emprendi¨® la reforma de la fachada occidental. La ahora descubierta (hallada al nivel del suelo del propio P¨®rtico y de las naves del templo, por encima de la altura de la cripta) sirvi¨® como material de relleno durante siglos en un intento de reafirmar una estructura problem¨¢tica: hasta la rehabilitaci¨®n que se lleva ahora a cabo en la Torre Sur, en principio la m¨¢s da?ada de la catedral, el campanario de 76 metros fue girando e inclin¨¢ndose sobre el firme hasta desplazarse unos 40 cent¨ªmetros. Una vez extra¨ªda, la escultura recuperada ser¨¢ sometida a una limpieza somera, ya que apenas est¨¢ cubierta de tierra, y a un estudio m¨¢s detallado antes de viajar al Prado. Tras la exposici¨®n, volver¨¢ de nuevo a Santiago para quedar depositada en el Museo Catedralicio.
Sobre la escultura ya se han emitido varios informes, firmados por profesores de Historia del Arte como Manuel Casti?eiras (Aut¨®noma de Barcelona), Roc¨ªo S¨¢nchez Ameijeiras (Universidad de Santiago) o Ram¨®n Yzquierdo Perr¨ªn, miembro de la Real Academia Galega de Belas Artes y padre del director del museo de la bas¨ªlica. La tierra y los escombros que cubr¨ªan la figura tapiaban una peque?a sala anexa al P¨®rtico, dentro de la torre de porte barroco. Se cree que el relleno habr¨ªa sido depositado all¨ª hace un siglo, aunque la estatua estar¨ªa ah¨ª con anterioridad, sobre el pavimento original de la torre, en un momento previo a la cimentaci¨®n que se hizo para tratar de reforzar la maltrecha estructura. El muro que ahora es preciso retirar porque estrecha la entrada al habit¨¢culo e impide sacar la escultura se construy¨® tambi¨¦n posteriormente, se supone que con la misma intenci¨®n de refuerzo, aunque los arquitectos que trabajan en la rehabilitaci¨®n han concluido que no es necesario. En el suelo, cerca de la figura, tambi¨¦n apareci¨® una moneda de aspecto medieval que est¨¢ a¨²n pendiente de ser catalogada.
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