El Anat¨®mico Forense obliga a las funerarias a trabajar en plena calle
La Comunidad de Madrid afirma que se trata de un centro p¨²blico al que solo pueden acceder los empleados y los que vayan a hacer alguna gesti¨®n
Desde el lunes, los familiares de los fallecidos cuyos cuerpos se guardan en el Instituto Anat¨®mico Forense (IAF) tienen que contratar el sepelio con las funerarias en plena calle. La direcci¨®n del centro, dependiente de la Consejer¨ªa de Justicia, ha prohibido a estos trabajadores entrar en el edificio oficial, ni siquiera para tramitar las inhumaciones. De hecho, los vigilantes de seguridad les impiden acceder al inmueble y solo puede entrar el personal autorizado y los que vayan a realizar alguna gesti¨®n. En caso contrario, deben esperar en la calle. All¨ª se firman los entierros, seg¨²n ha comprobado EL PA?S.
El Instituto Anat¨®mico Forense se encuentra en un ala trasera de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, en plena Ciudad Universitaria. Fue inaugurado a finales de los a?os setenta. Desde entonces, recibe a los fallecidos a los que hay que practicar autopsias y que murieron en la capital o en un importante n¨²mero de municipios de la regi¨®n. All¨ª se analizan los cuerpos de personas que se han suicidado, han sufrido un accidente, han muerto en soledad, en extra?as circunstancias o que han sido asesinadas. Lo habitual hasta ahora era que las funerarias estacionaran sus veh¨ªculos en las proximidades del edificio y que informaran a las familias una vez que hab¨ªan hecho la reclamaci¨®n del cuerpo.
Pero todo esto cambi¨® la semana pasada, cuando una orden de la direcci¨®n del centro prohibi¨® a las funerarias informar a los familiares de los fallecidos. En la puerta principal, un vigilante impide el paso a cualquier persona que no sea trabajador, proveedor, familiar o amigo de un finado.
Esta a modificaci¨®n supone que los empleados de las funerarias no puden acceder ni siquiera a los lavabos del instituto ni pedir la documentaci¨®n que permita inhumar al fallecido. ¡°Nos tratan como a perros. Hemos estado toda la vida dentro del edificio y no hemos molestado a nadie. Al rev¨¦s, hemos informado a las familias de todo lo que ten¨ªan que hacer, porque ni sus propios empleados son capaces de hacerlo¡±, se quejaba ayer un funerario con 17 a?os de experiencia en el instituto forense.
Ocho muertos al d¨ªa
Cada d¨ªa ingresan en el Instituto Anat¨®mico Forense (IAF) una media de siete u ocho fallecidos, a las que es preciso realizar autopsia. Los m¨¦dicos las efect¨²an por la ma?ana, por lo que a mediod¨ªa suelen estar listos para ser trasladados a los diversos tanatorios.
En el IAF trabajan cinco compa?¨ªas funerarias, incluida la empresa municipal. Este n¨²mero puede verse incrementado si el fallecido procede de fuera de la capital, como ocurri¨® ayer con una persona procedente de Navalcarnero.
Las causas de ingreso suelen ser diversas, como suicidios, homicidios, muertes violentas, accidentes, fallecimientos con circunstancias extra?as o personas que han perdido la vida en soledad.
El IAF emite sus informes para los jueces y tribunales. Sus empleados pertenecen a la Comunidad de Madrid, como ocurre con los juzgados de la regi¨®n. A ¨¦l llegan los fallecidos por asesinato porque dispone de un aparato de rayos X, necesario para saber donde se alojan las balas en caso de muertes por arma de fuego.
La imagen que se pod¨ªa ver ayer era lamentable. Familias enteras alrededor de un hombre con traje y corbata mientras uno de ellos firmaba, sobre un poyete de los jardines que rodean al edificio, toda la documentaci¨®n necesaria para trasladar el cuerpo a un tanatorio y enterrarlo hoy. Se daba tambi¨¦n la circunstancia de que los familiares ten¨ªan que pedir fotocopias del DNI del finado al instituto, cosa que antes hac¨ªa la propia compa?¨ªa contratada. As¨ª, los jardines en torno al edificio se convert¨ªan en improvisadas oficinas ante la sorpresa de los alumnos de la Facultad de Medicina que se dirig¨ªan a sus clases. ¡°Se trata de un desprecio impresionante no solo a nosotros, sino tambi¨¦n a las familias. Lo pasan fatal y encima tienen que ponerse aqu¨ª en medio, haga fr¨ªo, calor, llueva o nieve¡±, protestaba un empleado de una funeraria privada.
Por su parte, los empleados de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid, pese a ser propiedad del Ayuntamiento, reciben el mismo trato y tienen que trabajar fuera. De todas formas, esta compa?¨ªa ha estacionado una furgoneta de atenci¨®n al p¨²blico en la calle para que los clientes puedan contratar con mayor intimidad. La desplazan todos los d¨ªas desde el tanatorio de la M-30 hasta la Ciudad Universitaria.
Los funerarios se quejan de que dentro del instituto hay espacio m¨¢s que suficiente, con habitaciones con sof¨¢s incluso, para atender dignamente a los allegados de los fallecidos. ¡°Pero no los habilitan, porque no les interesa¡±, a?aden. El problema se agudiza en d¨ªas como ayer en el que ingresaron 12 fallecidos, solo se tramit¨® un caso pendiente. ¡°Ahora mandan toda la documentaci¨®n por fax a los respectivos tanatorios pese a que estamos nosotros aqu¨ª, justo en la puerta¡±, a?ade otra empleada de una funeraria.
¡°Centro p¨²blico¡±
Un portavoz de la Consejer¨ªa de Presidencia y Justicia explic¨® ayer que se ha ampliado el servicio de vigilancia al IAF durante las 24 horas del d¨ªa, como ya se hace en el resto de sedes judiciales. ¡°Se han seguido los mismos criterios y solo pueden entrar los empleados que trabajen all¨ª y las personas que vayan a hacer una gesti¨®n, como familiares o alumnos en pr¨¢cticas. Es necesario llevar un control de las entradas y salidas¡±, afirm¨® este portavoz. Este descart¨® que se vaya a habilitar un espacio dentro del inmueble para que los funerarios puedan realizar su trabajo. ¡°Es un centro p¨²blico y en estos no hay sitios para las empresas¡±, a?adi¨® el portavoz.
Un centro obsoleto y sin grandes medios
El Instituto Anat¨®mico Forense (IAF) iba a ser el primer edificio que iba a cerrar en caso de abrirse el fallido Campus de la Justicia. El primer inmueble de esta zona situada en Valdebebas, al norte de la ciudad, se destinar¨ªa al Instituto de Medicina Legal. All¨ª se centralizar¨ªan todas las autopsias de la regi¨®n. Aquel traslado qued¨® solo en el papel. El edificio fue el ¨²nico que se levant¨®. Ahora permanece en medio de una enorme parcela, cerrado y sin ning¨²n destino a la vista.
En algunos momentos, el IAF ha sufrido graves problemas de espacio e instalaciones, sobre en ¨¦pocas de verano, en las que las c¨¢maras no han dado abasto para guardar los casos pendientes. Tampoco cuenta con grandes o modernas instalaciones acordes con el volumen de trabajo que tiene.
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