Ilustraciones para sacudir de nuevo al mundo
Fernando Vicente pone im¨¢genes al gran cl¨¢sico de John Reed sobre la revoluci¨®n rusa, coeditado por N¨®rdica y Capit¨¢n Swing
¡°?ste es un libro que me gustar¨ªa ver publicado por millones de ejemplares y traducido a todas las lenguas, ya que ofrece una ver¨ªdica y muy v¨ªvida exposici¨®n de los hechos que son tan importantes para comprender debidamente lo que es la revoluci¨®n proletaria y la dictadura del proletariado¡±, escribi¨® Lenin en su brev¨ªsima introducci¨®n a D¨ªez d¨ªas que sacudieron el mundo, quiz¨¢ el mejor relato period¨ªstico nunca escrito sobre la revoluci¨®n rusa de 1917. El l¨ªder puso su granito de arena para hacer el volumen omnipresente porque lo convirti¨® ¡ªy as¨ª fue hasta hace pocas d¨¦cadas¡ª en manual escolar para que los alumnos rusos aprendieran la revoluci¨®n, a pesar de estar contado por el reportero norteamericano John Reed. La edici¨®n que quiz¨¢ nunca imagin¨® el l¨ªder bolchevique fue una tan cuidada e ilustrada, casi de lujo, como la que acaban de lanzar en coedici¨®n los hermanos Diego y Daniel Moreno desde N¨®rdica y Capit¨¢n Swing, la primera en este formato en Espa?a y quiz¨¢ en castellano, sustentada en el trazo de Fernando Vicente.
Lenin siempre aparece gigante entre las muchedumbres que pueblan las 27 ilustraciones que Vicente (Madrid, 1963) ha ideado para esta edici¨®n y que podr¨ªan tomarse por originales de la ¨¦poca, lo que da mayor vivacidad al texto de Reed, ya de por s¨ª ¨¢gil a pesar de la ingente documentaci¨®n, poblado de di¨¢logos y con el valor de que el periodista fue testigo directo de los hechos. "Lenin lo retrat¨® bajo, calvo, con pantalones que le ven¨ªan grandes, pero en el relato de los hechos, el periodista le trata como a un gigante", apunta Vicente, que as¨ª lo ha traducido gr¨¢ficamente. Tambi¨¦n ha querido "hacer un retrato de la revoluci¨®n meti¨¦ndome yo mismo en la est¨¦tica imperante del momento; y a esa est¨¦tica responden, por ejemplo, los retratos de Reed, Lenin y Trotski¡±, apunta el ilustrador, que se document¨® obsesivamente, la fase que m¨¢s le gusta. Para ello visit¨® la Royal Academy of Arts de Londres, donde hab¨ªa una muestra de arte ruso revolucionario, quince a?os de creatividad brutal que, con otro tipo de brutalidad, abort¨® Stalin en 1932.
As¨ª, es posible que el lector tenga sensaci¨®n de familiaridad con las im¨¢genes porque Vicente juega con el arte suprematista, y t¨¦cnicas y estilos que remiten a Malevitch con sus primeros cuadrados negros, como el que sirvi¨® de fondo a la ¨®pera futurista Victoria sobre el sol; o a las composiciones arquitect¨®nicas y a los retratos de Popova, as¨ª como a carteles de R¨®dchenko, a los que les intercambia textos. Tampoco son ajenos juegos de collage. Y, en general, rezuma la carteler¨ªa de la ¨¦poca, uno de los grandes momentos de las artes gr¨¢ficas. S¨®lo le falt¨® ver el filme Octubre, el cl¨¢sico de Eisenstein, quien se bas¨® en el libro de Reed.
Rojo y blanco y negro
Fiel a su estilo (pinturas en acr¨ªlico, detallistas, realizadas en caballete, de pie y en papel de gran formato), s¨®lo jugando con el rojo y el banco y el negro como manda la est¨¦tica revolucionaria del momento, Vicente reproduce, por ejemplo, la puerta del Palacio Real tal y como era en el episodio del asalto del edificio por los bolcheviques, el que m¨¢s le ha impresionado (¡°los ca?onazos por la ventana, la gente no sabiendo bien qu¨¦ pasaba¡¡±). Pero tambi¨¦n se ha otorgado un gran margen de libertad, como suele hacer en la ya casi cuarentena de grandes obras literarias que ha ilustrado, de Barrie o Ende a Emily Bront?, Kafka, Carroll o Lorca: ¡°He inventado episodios, momentos hist¨®ricos que no est¨¢n fotografiados o pintados, como cuando Reed pilla por azar a Trotski en un despacho meditando, solo, en una silla¡±. Y en m¨¢s de una ocasi¨®n, a?ade una met¨¢fora visual ¡°que cuente algo m¨¢s, aunque sea un detalle que se le puede escapar al lector¡±, como la gota de sangre que resbala por el asta de una bandera roja que sujetan brazos tatuados con esl¨®ganes.
Vicente ya estaba metido en la harina roja de la ¨¦poca pues ilustr¨® un El manifiesto comunista de Marx y Engels para N¨®rdica en 2012, que lleva 8.000 ejemplares vendidos. Esta edici¨®n de Diez d¨ªas que sacudieron el mundo cuenta con nueva traducci¨®n de ??igo J¨¢uregui, mucho menos ruda que las imperantes hasta hoy, basadas en las de los a?os 20. Y hace justicia al t¨ªtulo original, al desechar el "conmovieron" o el "estremecieron" para traducir el "shook". Con tres semanas en las librer¨ªas, se han vendido unos 3.000 ejemplares, a pesar del precio (29,50 euros). ¡°Es gente que no hab¨ªa le¨ªdo el libro y le gusta hacerlo ahora en una edici¨®n buena; con las ilustraciones hemos creado una necesidad de un cl¨¢sico de la sociolog¨ªa y el periodismo¡±, afirma Diego Moreno, que baraja la reimpresi¨®n y ha acordado ya con Vicente una edici¨®n de M¨¦xico insurgente (1914), el otro gran t¨ªtulo de Reed, sobre la revoluci¨®n mexicana de Villa y Zapata.
Cosas de la vida: a Reed las autoridades de EE UU le confiscaron el material que trajo de Rusia. Tard¨® casi un a?o en recuperarlo tras pleitear, escribi¨® el libro en apenas dos meses y solo la editorial radical Boni & Liveright se lo public¨® casi como favor. Apareci¨® en marzo de 1919. En todo EE UU vendi¨® 5.000 ejemplares en tres meses. Lo consider¨® un ¨¦xito rotundo.
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Autor:?John Reed.
Editorial:?Nordica (2017).
Formato:?tapa dura (270 p¨¢ginas).
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