Rom¨¢ntico contempor¨¢neo

Es f¨¢cil imaginarse a Heathcliff y Catherine, los protagonistas de Cumbres borrascosas, en alguno de los paisajes del artista alem¨¢n Thomas N?lle (Soest, Alemania, 1948). Pero puede que esos paisajes los haya retratado N?lle en un trayecto entre Badajoz y Lisboa, y no en un p¨¢ramo ingl¨¦s azotado por el viento: se huye del realismo fotogr¨¢fico para introducir la subjetividad creando paisajes propios del universo est¨¦tico rom¨¢ntico. Por eso el Museo del Romanticismo (San Mateo, 13) expone estas im¨¢genes hasta el 15 de abril.

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Un espa?ol en el Swinging London

En este ensayo, By the way, N?lle, afincado en Barcelona desde 1988, recoge parte del material que desde 2008 toma a trav¨¦s de la ventana de trenes, coches y aviones, lo que le da cierto movimiento y abstracci¨®n a las im¨¢genes resultantes: se intuyen monta?as, costas, misteriosas forestas, pueblos fantasma siempre perdidos en la bruma. Un efecto muy rom¨¢ntico. Como en Turner o Caspar David Friedrich, aqu¨ª el paisaje no solo es puramente objetivo sino que introduce elementos de emoci¨®n que lo transforman en una experiencia m¨ªstica.

Para el autor, adem¨¢s, se encuadran dentro de lo que el te¨®rico Norval Baitello llama ¡°no-fotograf¨ªa¡±, es decir, el alejamiento del realismo para dar paso al di¨¢logo entre los mundos interior y exterior del artista.

Entre la obra anterior de N?lle se encuentra el proyecto Seastore, en el que recoge y recopila todo tipo de peque?os objetos (considerados basura por algunos) de la playa de La Barceloneta en torno a la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos para exponerlos como obras de arte en micromuseos port¨¢tiles, por las calles: era una forma de concienciar sobre el deterioro del ecosistema marino. Otros de sus ¨²ltimos trabajos, Tiempos dorados, reflexionaba sobre el abuso del llamado Primer Mundo sobre las poblaciones ind¨ªgenas que resisten en el planeta.