Por las sendas del vino madrile?o

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Ruta por bodegas de Madrid

El arte de elegir un buen vino

Madrid tiene vino

¡°El vino ha perdido su dimensi¨®n nutricional y empieza a valorarse como un fen¨®meno cultural, por eso es bueno vincularlo a la geograf¨ªa¡±, explica Carlos Delgado, cr¨ªtico enol¨®gico. En la Comunidad existen tres zonas productoras diferenciadas: San Mart¨ªn de Valdeiglesias, Navalcarnero y Arganda. La regi¨®n cuenta con su propia denominaci¨®n de origen desde 1990, pero Delgado sostiene que ¡°no existe el vino de Madrid¡±. En su opini¨®n, se trata de ¡°una decisi¨®n pol¨ªtica que surge con el impulso auton¨®mico y la necesidad de singularizarse¡±. Para conseguirlo, el consejo regulador y el gobierno regional decidieron crear en 2016 un programa enotur¨ªstico.

En el proyecto participan actualmente 19 de las 51 bodegas con denominaci¨®n de origen. Ofrecen visitas, talleres, catas y actividades de ocio para toda la familia, principalmente los fines de semana. Vinculan el vino con la gastronom¨ªa y la historia de sus municipios, que recorren a trav¨¦s de seis itinerarios culturales sin se?alizar. ¡°Las rutas son una excusa. La gente visita las bodegas y luego se queda en los pueblos haciendo turismo¡±, se?ala Sonia Rodr¨ªguez, t¨¦cnica de Madrid Enoturismo. El primer itinerario es el de La llegada del Imperio Romano, que inund¨® de vi?edos el paisaje de toda la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en el siglo I.

Alcal¨¢ de Henares, la antigua Complutum, marca el punto de partida de una ruta que finaliza en Titulcia. Los aficionados al vino est¨¢n obligados a detenerse en las bodegas V de Valmores, en Nuevo Bazt¨¢n, y Tagonius, en Tielmes. El segundo recorrido es el del Valle de las iglesias. La Reconquista atrajo a nuevos colonos hasta las tierras abandonadas por los musulmanes, que extendieron las cepas, ya que el vino era, y sigue siendo, un elemento clave en la liturgia cristiana. La Orden del C¨ªster eligi¨® San Mart¨ªn de Valdeiglesias para desarrollar las t¨¦cnicas que a¨²n hoy sirven de base para la elaboraci¨®n de los caldos madrile?os. Como no, los religiosos tambi¨¦n dejaron un reguero de ermitas.

La ruta comienza en Pelayos de la Presa y finaliza en Villa del Prado. Por el camino se localizan las bodegas Aumesquet Garrido, Virgen de La Poveda, Cristo del Humilladero, Alberto Ayuso y Las Moradas. ¡°Nuestro objetivo es que la gente entienda la cultura del vino¡±, subraya Alejandro Carreras, en¨®logo de Las Moradas. Esta bodega ofrece visitas toda la semana por 10 euros. El precio incluye conocer vi?edo y bodega, explicaciones sobre el proceso de elaboraci¨®n y una cata. A lo largo del a?o, dependiendo de la estaci¨®n, organiza talleres de poda y de vendimia y, para los m¨¢s peque?os, cursos de mosto y de interpretaci¨®n del territorio.

En Cadalso de los Vidrios se ubica la bodega de Alberto Ayuso, para quien el enoturismo es una parte ¡°muy importante¡± de su negocio. Cuenta con una amplia oferta de actividades que va desde la simple visita a la bodega por 10 euros (incluye cata de tres vinos) hasta un paseo a caballo (solo disponible los s¨¢bados) por el valle de las T¨®rtolas. El precio es de 50 euros, que se ampl¨ªan a 65 si se a?ade el almuerzo en un restaurante de la zona. Existe tambi¨¦n la opci¨®n de contratar una excursi¨®n por el municipio, con numerosos restos medievales y el renacentista Palacio de Villena. Los ni?os pueden disfrutar en un parque de juegos que incluye tirolina y tiro con arco.

Elaboraci¨®n tradicional

El tercer itinerario es el del Tajo y los vinos de la orden de Santiago, que hizo florecer los vi?edos que el rey Alfonso VIII le ofreci¨® como pago de favor en la Reconquista. El trayecto se inicia en Villarejo de Salvan¨¦s y concluye en Castillo de Oreja. Aqu¨ª se hallan las bodegas de Pedro Garc¨ªa, Peral, Jes¨²s D¨ªaz y Andr¨¦s Morate, abierta a diferentes modalidades de enoturismo: desde un picnic en el vi?edo a un paseo en burro. La cuarta ruta, Camino de reyes, se prolonga desde Navalcarnero hasta Aranjuez. En este itinerario se encuentran las bodegas Vi?as El Regajal, Cortijo de Carlos III y Mu?oz Mart¨ªn que, adem¨¢s de dar a conocer la bodega, ofrece la oportunidad de visitar su Museo del vino, localizado en el interior de una cueva de Navalcarnero que se empleaba para conservar los caldos, indica Rosa Benito, una empleada.

Escenas y cr¨®nicas de Goya es el nombre que recibe la quinta ruta. El pintor fue un extraordinario cronista de su ¨¦poca y, como tal, plasm¨® con maestr¨ªa el mundo del vino. El trayecto comienza en la vega del Jarama y termina en Valdelaguna previo paso por Villaconejos y Chinch¨®n. En la zona se localizan los productores Pablo Morate, Se?or¨ªo del Val Azul y Licinia, una bodega de Morata de Taju?a que ofrece visitas de lunes a viernes por 12 euros. El en¨®logo ?scar Garc¨ªa explica que el precio asciende a 18 si incluye los vi?edos, que est¨¢n en Chinch¨®n y son vigilados desde una colina por el castillo de Cassasola, una fortificaci¨®n del siglo XV. En Chinch¨®n tambi¨¦n se encuentra la bodega m¨¢s antigua de la regi¨®n, Del Nero. Fundada en 1870, hace tres a?os que est¨¢ dirigida por la quinta generaci¨®n familiar.

Roberto L¨®pez del Nero celebra que, en un a?o, m¨¢s de 4.000 personas han visitado su bodega, ¡°la ¨²nica que produce vinos de forma tradicional¡± gracias a unas enormes tinajas de barro que ¡°transpiran y hacen evolucionar a los caldos¡±. Ofrece visitas con cata por seis euros y afirma que las rutas le ayudan a promocionar su bodega. No opina lo mismo Maite Maestre, gerente de Mara?ones, una bodega de Pelayos que, como otras, abandon¨® el proyecto porque ¡°cambiaron las personas que lo gestionaban¡±. Ahora organizan sus propias visitas y actividades. El sexto itinerario es el de Los tiempos del ferrocarril, un reconocimiento al esperanzador proyecto que supuso el tren para las villas productoras en la segunda mitad del siglo XIX. La ruta se prolonga desde la capital hasta Pozuelo del Rey pasando por Tielmes y Arganda, donde se encuentra la Bodega Vin¨ªcola de Arganda.