Cuando en la Plaza Mayor hab¨ªa toros y dragones

Antes de ser un espacio emblem¨¢tico atestado de terrazas y turistas, la Plaza Mayor de Madrid ha tenido muchas vidas. Fue, por ejemplo, escenario de multitudinarias corridas de toros, con gradas y balcones atestados de gente. Sus nobles muros han acogido celebraciones reales fastuosas, juegos de ca?as entre caballeros y autos de fe en los que la temible Inquisici¨®n juzgaba a los supuestos herejes. Quienes pasearan por este espacio en los siglos XVII y XVIII tal vez se cruzaran con la tarasca, una especie drag¨®n mitol¨®gico de grandes ubres, articulado y gigante, que recorr¨ªa las calles durante las procesiones del Corpus Christi. Todas estas facetas ¡ªy muchas m¨¢s¡ª protagonizan la exposici¨®n La Plaza Mayor. Retrato y m¨¢scara de Madrid, la gran muestra sobre este entorno que organiza el Ayuntamiento de la capital en el Museo de Historia de Madrid coincidiendo con el cuarto centenario del lugar y que puede visitarse desde hoy.

¡°La Plaza Mayor se concibe como un espacio c¨ªvico, alejado de la Iglesia y de la Corte (aunque los Reyes estaban presentes en las celebraciones) que inmediatamente se convierte en centro neur¨¢lgico de Madrid¡±, explica Beatriz Blasco, catedr¨¢tica de Historia del Arte y comisaria de la exposici¨®n junto a Antonio Bonet, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que es comisario honor¨ªfico. La muestra re¨²ne cuadros, dibujos, estampas, fotograf¨ªas, postales, maquetas y todo tipo de objetos (algunos de ellos, in¨¦ditos) relacionados con el lugar desde su creaci¨®n, en 1617, hasta la actualidad.

Blasco destaca que que importancia del lugar arranca desde el inicio: ¡°Es la primera vez que se hace un tipo de construcci¨®n monumental para todo un conjunto, con fachadas sim¨¦tricas y un tipo de vivienda comunitaria. Una vez edificada, se convierte en un prototipo para todas las plazas mayores de Espa?a y Latinoam¨¦rica¡±. Aquel primer dise?o de Juan G¨®mez de Mora sufri¨® varios incendios, en 1631, 1672 y finalmente en 1790, cuando hubo que reconstruirla por completo con los planos de Juan de Villanueva, Arquitecto Mayor de la Villa.

Entre las 300 piezas de la muestra se incluyen los cuadros Fiesta en la Plaza Mayor de Madrid, de 1630, y Perspectiva de la Plaza Mayor, de 1620, as¨ª como un cuadro de Antonio Joli de 1750 que muestra la poco representada facesa de la plaza como mercado. ¡°Nos lo han cedido de la Pinacoteca de Caserta, en Italia¡±, dice Hortensia Bardero, directora del museo municipal, que tambi¨¦n ha obtenido cesiones de la Biblioteca Nacional y el Archivo Hist¨®rico Nacional, entre otros. ¡°Esta exposici¨®n es la m¨¢s grande que se ha hecho sobre el tema y va a suponer un gran hito para nosotros porque atraer¨¢ mucho m¨¢s p¨²blico del que viene normalmente, incluso turistas extranjeros¡±, a?ade Bardero.

La muestra va recorriendo los cambios de estos 400 a?os. Por ejemplo, cuando a mediados del siglo XIX se decidi¨® que la plaza albergara un jard¨ªn como manera de alejar de ella la fiesta de los toros y acercarla a un aspecto afrancesado, y c¨®mo en la d¨¦cada de 1920 un fuerte movimiento apost¨® por devolverla a su estado anterior. Y c¨®mo la estatua ecuestre de Felipe III desapareci¨® de la estampa durante la II Rep¨²blica y volvi¨® a su emplazamiento original con la dictadura de Francisco Franco. Al dictador se le deben sus ¨²ltimas reformas, uniformar todos los tejados con pizarra negra y crear un aparcamiento subterr¨¢neo en su subsuelo. De hecho, hasta 1968 los coches pod¨ªan aparcar en ella y muchos tranv¨ªas la surcaban.

El ¨²ltimo apartado de la exposici¨®n, situado en el patio exterior, incluye instant¨¢neas de Santos Yubero y Ram¨®n Masats que desgranan el paso del siglo XX por sus paredes, e incluso la ¨²ltima corrida de toros que se celebr¨® en su interior, en un no tan lejano 1970.? Las ¨²ltimas fotograf¨ªas? muestran instalaciones de este a?o (y el pasado) para celebrar su cuarto centenario, como la que cubri¨® sus adoquines con c¨¦sped y la que instal¨® una vibrante nube de colores en su cielo. Seguro que cuando cumpla su quinto centenario se habr¨¢ reinventado m¨¢s veces.

Museo de Historia de Madrid. Fuencarral, 78. De martes a domingo, de 10.00 a 20.00. Hasta el 11 de noviembre. Gratis.