Los ¨²ltimos del Gallinero

Un sol de justicia cae sobre el Gallinero, un poblado chabolista que ha llegado a albergar a m¨¢s de 500 personas en condiciones de pobreza extrema. Viv¨ªan entre ratas, suciedad, humedad y basura. Las infraviviendas de esta zona del distrito de Villa de Vallecas situada junto a la autov¨ªa de Valencia (A-3) se multiplicaban por decenas. Llegaban a la colina y se hacinaban.

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Carmena y Garrido anuncian el realojo del Gallinero

De las chabolas al alquiler social

Ahora la situaci¨®n ha cambiado. El bullicio y el deambular de decenas y decenas de chicos se ha transformado en unas pocas familias que esperan su realojo en el pr¨®ximo mes de septiembre. Despu¨¦s de a?os de espera, los moradores disfrutar¨¢n de una vivienda en alquiler social que les costar¨¢ unos 65 euros de media al mes. El calor de estos d¨ªas hace que los ni?os casi no jueguen en la calle y que las familias se guarezcan en sus infraviviendas. Ya casi no hay coches y el movimiento de personas es casi nulo.

Los rumanos que viven en esta zona se asentaron en Madrid por primera vez en el poblado de Malmea, situado detr¨¢s de unos concesionarios de coches junto a la autov¨ªa de Burgos (A-1), en el distrito de Fuencarral. De all¨ª, pasaron al Gallinero, donde han permanecido ya sin moverse. Sus habitantes se han dedicado a la mendicidad, a recoger chatarra e incluso a la sustracci¨®n de cable de cobre. Algunas de las mayores operaciones de la Guardia Civil contra estos robos han terminado en esta zona, con despliegues de decenas y decenas de agentes.

Las promesas de que se ten¨ªa que acabar con esta zona marginal se han repetido en los ¨²ltimos a?os. Una de las primeras visitas que hizo la entonces alcaldesa Ana Botella al acceder al cargo fue la del Gallinero. Lo hizo sin prensa y con una discreta policial para conocer de forma directa lo que lo que hab¨ªa en el margen derecho de la A-3, a tan solo 12 kil¨®metros de la Puerta del Sol. Tambi¨¦n se convirti¨® en una de las promesas de Manuela Carmena y de su formaci¨®n Ahora Madrid.

La situaci¨®n de esta zona marginal ha cambiado mucho. Seg¨²n fuentes del Samur Social, en la actualidad residen menos de 50 personas cuyo desalojo definitivo est¨¢ previsto para septiembre. Tan solo falta por firmar algunos convenios con entidades sociales que tutelen a estos ¨²ltimos residentes. Algunos de los rumanos ya han adelantado que no piensan vivir en un piso de alquiler. A los 65 euros de alquiler, tienen que a?adirles los gastos de comunidad, luz, agua y gas, por lo que la factura puede alcanzar los 200 o 300 euros. Eso supone una cantidad muy alta para ellos, que no saben si pueden afrontarla.

Varios afectados ya han dicho que no pueden sufragarlo todos los meses y que, por eso, se replantean regresar a su pa¨ªs. ¡°Adem¨¢s, algunos de ellos no est¨¢n acostumbrados a vivir en un piso¡±, reconocen fuentes del Samur Social. De hecho, prefieren estar juntos entre s¨ª y ser m¨¢s n¨®madas. El realojo supondr¨¢ que a los residentes se les asignar¨¢n casas por distintos distritos de la periferia. Se intentar¨¢ evitar que sean estigmatizados en sus nuevas residencias. El Ayuntamiento se ha comprometido a que todos los menores est¨¦n escolarizados en el pr¨®ximo curso.

A algunos rumanos se les trasladar¨¢ a un alojamiento alternativo temporal, compartido y supervisado por los servicios sociales. All¨ª estar¨¢n hasta que se les proporcione su vivienda definitiva.

El acuerdo firmado el 9 de julio entre la alcaldesa y el presidente regional, ?ngel Garrido, recoge que, una vez que la zona sea desalojada, se derribar¨¢n todas las infraviviendas para evitar que sean okupadas. Tambi¨¦n habr¨¢ una actuaci¨®n de las dos Administraciones ¨Cque financian la operaci¨®n al 50% cada una¡ª para restaurar el espacio del Gallinero e integrarlo en su medio natural.