¡°Las grandes empresas no se arriesgan, falta aplicar la investigaci¨®n¡±

No es f¨¢cil tener una buena idea para un negocio y, aunque uno d¨¦ con ella, a menudo no basta. Hay que acertar con un contexto favorable para que triunfe: una preocupaci¨®n social que estimule el proyecto, un modelo de negocio que atraiga la financiaci¨®n, una serie de problemas concretos que la idea puede solucionar, un equipo motivado para desarrollarla... A Patricia Aym¨¤ (Barcelona, 1993) le est¨¢ saliendo todo casi redondo.

Esta joven graduada en biotecnolog¨ªa por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona tuvo hace un a?o y medio una buena idea mientras preparaba su trabajo de fin de m¨¢ster. Respond¨ªa a una preocupaci¨®n social cada vez m¨¢s acuciante: hay demasiados residuos de pl¨¢stico de petr¨®leo en el mundo, concretamente, ocho millones de toneladas de pl¨¢stico acaban en el mar cada a?o, y en 2050 se estima que habr¨¢ m¨¢s pl¨¢stico que peces. Por otro lado, la idea tambi¨¦n respond¨ªa a un problema concreto que comparten muchas empresas: algunas industrias tienen un excedente de residuo org¨¢nico (un claro ejemplo es la industria c¨¢rnica y los purines) y a las empresas les es muy costoso deshacerse de ¨¦l. ?Cu¨¢l es el nexo entre los dos residuos, el pl¨¢stico y el org¨¢nico y cu¨¢l es la idea que se le ocurri¨® a Aym¨¤? Hacer de pastor de bacterias.

A Aym¨¤, de no ser biotecn¨®loga, le hubiese gustado ser meteor¨®loga, porque le apasionan los mapas y las predicciones. Pero se decant¨® por otra disciplina, ya que admite que no se le daba muy bien la F¨ªsica. Hay otra profesi¨®n que tambi¨¦n le gusta, aunque lo dice con la boca peque?a: la de ser pastora. En cierta manera, la empresa que ha creado, VEnvirotech, y que le ha dado premios, reconocimiento y buena aceptaci¨®n entre los inversores, tiene algo de ganader¨ªa a muy peque?a escala, a la escala de las bacterias.

El proyecto se basa en alimentar bacterias con residuos org¨¢nicos, pero a la vez controlar esta alimentaci¨®n para que acumulen en su interior reservas energ¨¦ticas. Estas reservas son unos biopl¨¢sticos llamados PHA, biodegradables y compatibles con el cuerpo humano. Aym¨¤ prev¨¦ que si se expande el consumo de biopl¨¢sticos se reducir¨ªan dr¨¢sticamente los pl¨¢sticos de un solo uso (bolsas, packaging, pajitas, etc). ¡°El timing es mejor imposible¡±, dice Aym¨¤, en referencia a que la Comisi¨®n Europea est¨¢ empezando a legislar con dureza contra los pl¨¢sticos de un solo uso.

El problema, claro, es que es mucho m¨¢s caro producir biopl¨¢stico que pl¨¢stico de petr¨®leo. Dar con un modelo de negocio viable fue el principal reto para Aym¨¤. ¡°Le dimos la vuelta. Nuestro modelo de negocio es la gesti¨®n de residuos org¨¢nicos de las empresas que nos contratan. La consecuencia es la producci¨®n de biopl¨¢stico¡±, explica. VEnvirotech coloca una m¨¢quina en las empresas que, mediante las bacterias, se deshace de los residuos. ¡°As¨ª se eliminan los costes de transporte y de intermediarios. Si normalmente una empresa paga entre 60 y 100 euros por tonelada para eliminar residuos org¨¢nicos, con nuestras bacterias en su f¨¢brica se reduce el coste hasta un 70%¡±, detalla. La primera m¨¢quina la instalar¨¢n en el Bon ?rea. ¡°Es el arquetipo de cliente, porque genera residuos org¨¢nicos y a la vez necesita pl¨¢sticos de un solo uso¡±, destaca la emprendedora. Repsol, por otro lado, les compra biopl¨¢stico. Aym¨¤ subraya la importancia de que el proyecto forme parte de la econom¨ªa circular: ¡°Desde el principio quise que fuese as¨ª¡±. El lema de la empresa, ¡°del residuo al valor¡±, lo ejemplifica.

¡°En un proyecto tienes que ser flexible pero con la idea bien enfocada¡±

Actualmente la empresa tiene cinco socios e inversi¨®n del fondo de emprendedores de Repsol y de inversores particulares. En total, casi medio mill¨®n de euros. Aym¨¤ destaca que al empezar un proyecto es importante ser flexible y dejarse asesorar, ¡°aunque con la idea bien enfocada¡±. Ella, por ejemplo, estuvo en varios programas de acompa?amiento como el Explorer Santander, y pas¨® una semana en Sillicon Valley, donde contact¨® con inversores de biotecnolog¨ªa y orient¨® su modelo de negocio.

Aunque la ayudaron mucho, tambi¨¦n se arriesg¨®, algo que ve que falta en las universidades y en las grandes empresas. ¡°Yo propuse esta idea a compa?¨ªas y universidades, y no quisieron. Vi que falta una cultura del riesgo, que no aplican bien lo que investigan. ?Qu¨¦ se puede perder? ?El dinero? Pues ya volveremos a empezar¡±, afirma Aym¨¤, que recibi¨® este a?o el premio Joven Relevante Savills Aguirre Newman del C¨ªrculo Ecuestre. ¡°Para que salgan ideas como la nuestra se necesita m¨¢s investigaci¨®n y m¨¢s recursos¡±, concluye.