¡°?Las ratas? cierre bien la tapa del WC¡±
La caza de roedores en Barcelona, la ¨²nica ciudad que ha censado las cloacas
Las ratas viven en colonias. ¡°Su comportamiento es casi como el de los leones¡±, explica Xavier T¨¦llez, uno de los coordinadores de Ibertrac, la empresa especializada en control de plagas. T¨¦llez las conoce a la perfecci¨®n. Su trabajo es matarlas. ¡°En las colonias hay un macho dominante y varias hembras. Existe una jerarqu¨ªa y hay mucha agresividad y violencia, sobre todo, cuando un macho intenta apoderarse del har¨¦n de otro¡±, ironiza.
El primer censo de ratas, dise?ado por la empresa alicantina Lok¨ªmica, realizado en una ciudad espa?ola asegura que en Barcelona hay m¨¢s de 213.000 ratas de alcantarilla. Una por cada siete habitantes. A T¨¦llez y su equipo no le sorprende la cifra. El experto mantiene que la novedad es que antes el verano era una ¨¦poca m¨¢s propensa para plagas como las cucarachas. Las ratas ¡°que son territoriales y exploradoras¡± no se hac¨ªan tan evidentes al ojo humano hasta que no llegaba el fr¨ªo. Pero las cosas han cambiado: antes los avistamientos se disparaban entre noviembre y marzo pero este a?o las alarmas en la empresa controladora de plagas se ha mantenido constante. El coordinador de Ibertrac cree que se debe al cambio de tiempo, a las tormentas¡ y a decenas de microfactores que provocan que estos animales salgan a la superficie provocando mil y un escalofr¨ªos.
Ayer, T¨¦llez y Ana Montblanc, una de las operarias de la empresa antiplagas, ten¨ªan la misi¨®n de continuar las funciones de exterminio en un enorme local en desuso del barrio barcelon¨¦s de la Sagrera. ¡°Estos son los t¨ªpicos lugares donde encontrar ratas¡±, asegura Montblanc con la experiencia que le dan 11 a?os en el sector de las plagas. ¡°Tengo para escribir un libro. Hay veces que tienes que convertirte en psic¨®loga con los clientes por los miedos y fobias que hay aparejados a los roedores y a las cucarachas¡¡±, ironiza. Montblanc es el vivo ejemplo de que el imaginario colectivo est¨¢ equivocado al creer que al sexo femenino siempre le horroriza m¨¢s estas plagas. La operaria transporta en una maleta trampas y cebos con los que combatir cualquier tipo de amenaza. En las manos de Montblanc la ¨²nica opci¨®n a la que pueden acogerse los roedores es la muerte. Aun as¨ª, alerta: ¡°Nunca a golpes ni a palos¡±.
La pregunta se hace r¨¢pido: ¡°?Pero en un lugar as¨ª cerrado. Por d¨®nde entran las ratas?¡±. La respuesta tambi¨¦n es r¨¢pida. Asumirla cuesta m¨¢s tiempo. ¡°Pueden entrar por cualquier lugar pero lo m¨¢s habitual es encontrarse un WC sin tapa o abierto por donde accede la rata de la colonia que hace la funci¨®n de exploradora. Si lo que hay en el local interesa, entonces avisa al resto¡±, aclara T¨¦llez. Quiz¨¢s era mejor no haberlo sabido. ¡°La prevenci¨®n es importante. Baja siempre la tapa del WC y si un lugar va estar vac¨ªo un tiempo, no est¨¢ de m¨¢s colocar un peso sobre la tapa¡±, aconseja.
T¨¦llez y Montblanc revisan las trampas. Localizan el cad¨¢ver reciente de uno de los animales. Desde principios de mes se ha impuesto una nueva normativa. ¡°Ahora cuando llegamos a un lugar, primero tenemos que colocar trampas no t¨®xicas¡±, aclara T¨¦llez. El roedor come y despu¨¦s deja tras de si un rastro que con una luz ultravioleta es perseguible. ¡°Parecemos el CSI. As¨ª sabemos de d¨®nde vienen las ratas¡±. En este local hay dos desag¨¹es abiertos. Los ¡°malditos roedores¡± salen de uno de ellos. La nueva norma obliga a, despu¨¦s de verificar la presencia de ratas, colocar cebos de baja intensidad de veneno. ¡°Es un anticoagulante. La colonia de ratas lo comen y muere al cabo de unos d¨ªas¡±, asegura. Si con esa intensidad no acaban con la manada, incrementar¨¢n la dosis. ¡°Hay veces que se complica. Hemos llegado a necesitar c¨¢maras de videovigilancia, en algunos casos, para averiguar de d¨®nde ven¨ªan. Tambi¨¦n hay el problema de las ratas viejas que no son tan curiosas y evitan los cebos¡±.
Ana sigue colocando trampas. Revisa la zona y detecta pisadas de roedor. ¡°Hay veces que las oyes aunque tambi¨¦n hay mucha leyenda urbana¡±, reconoce. Pese a las habladur¨ªas, la operaria nunca olvidar¨¢ aquel local del Raval donde vio un ejemplar ¨²nico: ¡°Pens¨¦ que era un gato¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.