El arque¨®logo que descubri¨® los or¨ªgenes de la viticultura en la pen¨ªnsula ib¨¦rica
D¨¦nia rinde homenaje al Doctor Hermanfrid Schubart por su investigaci¨®n del yacimiento ¨ªbero de l¡¯?lt de Benimaquia
El arque¨®logo alem¨¢n recibi¨® ayer un homenaje en la bodega de Les Freses, en Jes¨²s Pobre. Esta bodega lleva a?os trabajando de la misma manera tradicional con la que lo hac¨ªan los iberos del siglo VI a. C.: fermentando su vino en ¨¢nforas. ¡°Schubart fue un gran investigador y sus hallazgos han puesto nuestra tierra en el mapa¡±, cuenta emocionada Mara Ba?¨®, propietaria de Les Freses y vinicultora. Ba?¨® llevaba a?os siguiendo la pista de Schubart cuando un d¨ªa se decidi¨® a contactar con ¨¦l. La tarea no era f¨¢cil: no sab¨ªa c¨®mo localizarlo. Su pista le llev¨® a Madrid, donde le dijeron que viv¨ªa en Berl¨ªn. Armada de valor y de un list¨ªn telef¨®nico, comenz¨® a llamar a todos los Schubart hasta que al fin dio con el famoso arque¨®logo. ¡°Se mostr¨® muy accesible y dispuesto. Me cont¨® que su hijo veraneaba en Moraira y hoy le hemos tenido aqu¨ª para que nos contara sus aventuras en el Montg¨®. Ha sido alucinante¡±, cuenta Ba?¨®.
Corr¨ªan los a?os 60 cuando el arque¨®logo Hermanfrid Schubart comenz¨® la investigaci¨®n que arrojar¨ªa luz sobre los or¨ªgenes de la producci¨®n de vino m¨¢s antigua de la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Por aquel entonces, Schubart era un joven de 27 a?os que recorr¨ªa las monta?as de D¨¦nia montado en su ¡°escarabajo¡± Volkswagen. Pertenec¨ªa al Instituto Arqueol¨®gico de Berl¨ªn, pero fue enviado a su sede en Madrid para investigar bajo la direcci¨®n de Helmut Schlunk, famoso historiador de la Alta Edad Media. En uno de sus viajes hacia Andaluc¨ªa, Schubart se top¨® con la monta?a que m¨¢s tarde tendr¨ªa un papel fundamental en su investigaci¨®n: El Montg¨®.?Un a?o m¨¢s tarde, Schubart comenz¨® junto a Domingo Fletcher, del Servicio de Investigaciones Prehist¨®ricas de Val¨¨ncia, uno de los descubrimientos m¨¢s grandes de su carrera.
Entre el 11 de abril y el 4 de Mayo tuvo lugar la primera excavaci¨®n del yacimiento ¨ªbero de l¡¯Alt de Benimaquia, en la que se confirmar¨ªa que su origen pertenec¨ªa al siglo VI a. C. Schubart se empe?¨® en recrear la fortificaci¨®n y dibuj¨® en sus planos la composici¨®n m¨¢s fidedigna de las murallas y las torres del antiguo poblado. En ese momento el arque¨®logo no se imaginaba que en el mismo poblado se encontrar¨ªan restos de ¨¢nforas para almacenar vino y alrededor de 7.000 pepitas de uva datadas de ese mismo siglo. La investigaci¨®n de Schubart concluy¨® que l¡¯Alt de Benimaquia albergaba la primera bodega de la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Su organizaci¨®n era sencilla: se pisaba la uva en tres lugares diferentes del poblado que desembocaban en una balsa de fermentaci¨®n donde, por un peque?o orificio, se recog¨ªa el caldo que se envasaba en ¨¢nforas para su conservaci¨®n y transporte posterior por mar.
Les Freses, ha comenzado un proyecto de comercializaci¨®n del vino realizado ¨ªntegramente en ¨¢nfora. Para Mara Ba?¨®, esta es la manera de recuperar el valor del primer vino producido en la pen¨ªnsula ib¨¦rica en cuya reconstrucci¨®n hist¨®rica tanto particip¨® Schubart. El arque¨®logo se declar¨® emocionado por el proyecto de Les Freses y el homenaje recibido. ¡°No esperaba que viniera tanta gente, mi hijo me dijo que vendr¨ªan cuatro o cinco y han venido los alcaldes y numerosos arque¨®logos, es fant¨¢stico¡±, explic¨® Schubart.
Al evento tambi¨¦n acudi¨® el arque¨®logo de D¨¦nia Josep Ahuir que destac¨® la influencia de la cultura fenicia proveniente de Ibiza o Cerde?a en el yacimiento de l¡¯Alt de Benimaquia. Ahuir aprovech¨® para felicitar el trabajo de Schubart y concluy¨® que gracias a su investigaci¨®n se llevar¨ªan a cabo descubrimientos posteriores. ¡°En las excavaciones de los a?os noventa, se encontraron m¨¢s de diez mil semillas de uva. Esto nos da a entender la antig¨¹edad de la tradici¨®n vitivin¨ªcola de la Marina Alta¡±.Schubart agreg¨® que el Montg¨® ¡°tiene desde la antig¨¹edad el poder de atraer influencias y culturas¡± y lanz¨® una reflexi¨®n que bien podr¨ªa aplicarse a nuestros tiempos: ¡°La costa no es una frontera. Es una invitaci¨®n a entrar¡±.
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