Monumentos de barrio
Prueben con sus barrios, hagan memoria y sonr¨ªan
En la periferia sure?a, no solemos tener catedrales ni acueductos ni estatuas sobresalientes. Sin embargo, contamos con lugares que a muchas personas les sirven como referentes geogr¨¢ficos y sentimentales. Antes de nada, me gustar¨ªa aclarar que dentro de los barrios, hay barrios, no se vayan a pensar que somos un todo monol¨ªtico y uniforme. El barrionalismo es as¨ª: acotamos, somos precisas en nuestras posiciones, dir¨ªa que hasta milim¨¦tricas. Yo, por ejemplo, por mucho que hable de Alcorc¨®n, en realidad soy ¡°parqueondarrete?a¡± (del Parque Ondarreta) y ¡°sanjos¨¦devaldere?a¡± (de San Jos¨¦ de Valderas). En mi ¨¢rea, habr¨¢ pocas personas que no sepan de qu¨¦ hablo cuando lean cu¨¢les considero mis monumentos.
Los Castillos. Quiz¨¢ lo m¨¢s parecido que tenemos a edificios hist¨®ricos en toda la localidad. Los mand¨® construir en el primer cuarto del s. XX Jos¨¦ Sanchiz Quesada, marqu¨¦s del Vasto, nombrado Hijo Adoptivo y Alcalde Honorario Perpetuo por la cantidad de obras de car¨¢cter social que hizo para el municipio. En los 60 los abandonaron y 20 a?os despu¨¦s estaban casi en ruinas, pero ten¨ªan el encanto del descubrimiento, de pensar que, quiz¨¢, encontrar¨ªamos algo. Ahora, reformados, albergan un museo del vidrio y actividades culturales.
Belmonte. Una bodega situada al lado de un parque. La combinaci¨®n bancos, c¨¦sped y alcohol deriv¨® en concentraci¨®n masiva de juventud y en botell¨®n, claro. En la misma zona hab¨ªa un kiosco que deb¨ªa medir un metro cuadrado, m¨¢ximo, en el que vend¨ªan palul¨²s, millones de golosinas colocadas por colores y orden alfab¨¦tico y pirul¨ªs, ese caramelo asesino que en un par de lametones mostraba su verdadera cara: una punta afilada equiparable a cualquier arma de destrucci¨®n masiva.
La plaza del casas. Parecido al anterior solo que aqu¨ª hab¨ªa cerca bares y pillaba a mano la ¡°L¡±, una calle con la forma de esa letra en la que hab¨ªa pubs, recreativos y sitios para comer pizza. De ensue?o.
La fuente de los m¨²sicos y la del Mercadona. No disponemos de una Cibeles en la que celebrar triunfos deportivos, as¨ª que nos conformamos con lo que tenemos. Jam¨¢s olvidar¨¦ c¨®mo se llenaron en el ¡°alcorconazo¡± (en 2009 le metimos cuatro goles al Real Madrid en Copa del Rey). Glorioso.
Rotonda de las Palmeras. Pone fin o comienzo a la Avenida de la Libertad y es una bizarrada fant¨¢stica, con un tipo de vegetaci¨®n que nos hace creernos tropicales, Miami o Los ?ngeles.
La plaza Ondarreta. Pegadita al mercado, tiene una helader¨ªa que ya tiene sus a?os y otros negocios que casi no se estilan en la centralidad, como las mercer¨ªas. Con todo, mi gran momento fue haber visto ah¨ª Willow en el cine de verano. Eso, cr¨¦anme, jam¨¢s se olvida.
Mis sitios no son solo m¨ªos, son de quienes los habitaron y los llenaron de sus recuerdos. Prueben con sus barrios, hagan memoria y sonr¨ªan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.